31 de diciembre de 2008 | | 1 comentarios

Acabar y vuelta a empezar

Alguien me decía hace poco que no conocía a nadie que estuviera especialmente contento con este año 2008 que llega a su fin...¿inconformistas por naturaleza? ¿un año poco sustancioso? Fuera como fuese, toca plegar el calendario, pedir la cuenta, pagar religiosamente y apurar la copa antes de irse.

Es típico decir que el mejor año está por llegar, como aguardando la esperanza de que en un futuro se sucedan de forma consecutiva 365 días de absoluta felicidad. Cosa imposible o estadísticamente poco probable, como la lotería de navidad a la que seguimos jugando. Compensemos pues, esa imposibilidad, pensando que todos los años tendrán su cuota extraordinaria, su porcentaje desafortunado y su fracción, como no, rutinaria, que los hará, uno por uno, excepcionales.

Por mi parte, sería incierto si dijera que no reconocí atisbos de felicidad en 2008 paseando por algún rincón de la Toscana italiana, caminando por una calle empedrada en pleno enero por el corazón del renacimiento, sumergida en una de tantas calas de Menorca, tomando un vino absolutamente ajena al mundo real en La Rioja, en mi cumpleaños, con una caña entre amigos en Cuenta o frente a aquel plato de jamón de Teruel y aquellas vistas asombrosas de Albarracín.

No digamos la felicidad que producen los hechos que se prolongan en el tiempo, las casas que se compran sobre un plano y que poco a poco van haciéndose realidad, los trabajos que se van sucediendo, la familia que aumenta o los amigos que perduran. Esos que siempre, cada año, ayudan mucho a que la balanza se incline positivamente. Mención aparte merece el rasgo por el que espero recordar 2008 de forma especial hasta el infinito y más allá: ÉL.

Pero también hubo momentos para los que es difícil no querer salir de este año dando un portazo cuanto antes. Amargo acontecimiento el del infarto de mi padre, agridulce la cirugía de mi madre. Año en el fue imposible no verse afectado por los hechos inesperados. Y la incertidumbre laboral, asunto que merece punto y aparte y a la que sueño aniquilar un año de estos. Quién sabe si no será 2009 ese año.

Hoy, cuando alcen sus copas, cuando formulen sus deseos, cuando se coman la última uva en compañía de aquellos que les alegran la jornada más aciaga, piensen que todos los años serán un compendio de días buenos, malos y regulares y que lo importante es que cada uno de ellos tengan una razón para ser felices, y si no la tienen, como diría un buen amigo mío, invéntensenla. Yo intentaré aplicarme el cuento.

19 de diciembre de 2008 | | 2 comentarios

El empujoncito

Se acaba la semana y gracias a tener las mañanas ocupadas por un curso de tramitación de expedientes administrativos he llegado algo más despejada de lo que es habitual al viernes...para que vean hasta que punto nos tiene quemados la sala de estudio que la ley 30/1992 se ha convertido en un mundo maravilloso.
Por lo general, cuando me pongo a piñón con una oposición me gusta encerrarme en una burbuja, pero este curso, impartido por la administración local en la que trabajo, me ha obligado a compartir aula con otras 5 personas en mi misma situación (interinos que se la juegan el 24 de enero) por lo que ha sido una constante puesta a prueba que a ratos me agotaba -cómo controla ésa- -qué avanzado lleva el temario aquella- esos pensamientos me invadían cuando me sentía una náufraga de la Constitución y las ordenanzas municipales.
Ya me ha pasado muchas veces y sé que la inseguridad es un sentimiento lógico a estas alturas y también sé que se agudizará según se vaya acercando la fecha del examen...pero no deja de ser una dura prueba que hay que superar con una buena dosis de optimismo y autoestima.
Para ello a veces no basta con que uno se mire al espejo y se repita cien veces -a por ello-. En algunas ocasiones, cuando uno pierde la fe, requiere una prueba que le devuelva esa fe perdida, así que en estos momentos en los que ya dudo de toda capacidad y conocimiento, nada me podía venir mejor que recibir una buena nota en un primer examen de oposición que, aunque nada tiene que ver con la que estoy estudiando ahora, me ha inyectado un poquito de ánimo.
Dicho esto, cuando pasaba por el blog de Grine me he dado cuenta de que me ha caído un meme que no voy a dejar de contestar. Son 6 cosas cotidianas que te hacen feliz aunque no las suelas tener en cuenta:


- Levantarme con tiempo suficiente para desayunar y hacerlo como una reina: zumo natural, tostadas, café...raro es el día que no cumplo.
- Los mensajes que alguien me mandó por la noche y que recibo cuando enciendo el móvil.
- Encontrarme casi a diario una película o un libro interesante que llevarme a casa. Ventajas del puesto de trabajo.
- Los mails diarios que me intercambio con una amiga.
- Quedar a la salida y tomarme un vino o una cervecita. No hay mal día que no se arregle con eso.
- Pensar en los planes del siguiente fin de semana.

Y como soy buena...no se lo voy a pasar a nadie, si alguien quiere hacerlo, pues todo suyo.


16 de diciembre de 2008 | | 4 comentarios

Montando el belén

Ya está ahí la Navidad con sus cosas típicas. Entre ellas, los belenes. Así, en plural, porque los hay de todo tipo.

En la biblioteca se ha montado un belén de plastilina que ha ido creciendo en las últimas semanas. Al principio era para los niños, pero al final una mano poco inocente -digamoslo así- ha asignado a cada trabajador de la biblioteca un personaje belenístico. A mí me ha tocado Herodes. No me pregunten porqué ya que me obligarán a poner cara de buena persona.

Sinceramente, no tocaba un trozo de plastilina desde primaria y digamos que tengo claro que nunca me ganaré la vida trabajando para Lladró...así que si he conseguido que Herodes tenga pinta de ser humano, ya me puedo dar con un canto en los dientes.

Les dejo algunos detalles de la figura para que vean lo que soy capaz de hacer con estas manitas.





Claro que cualquiera compite con artistas que son capaces de hacer estas cosas...


10 de diciembre de 2008 | | 1 comentarios

Desmaterialización obligada

La crisis está causando estragos. Eso me dice a quien le cuento el último misterio por resolver. Después del misterio del móvil ha llegado el misterio de los tapacubos.
Un buen día, te levantas y rumiando aún el madrugón que te pegas para estudiar, te diriges al garaje para coger el coche que te llevará a la cueva. Cuando llegas, echas un vistazo a tu flamante Ford Fiesta del 2002 y te das cuenta de algo falla, abres lo ojos un poquito más intentando hallar las diferencias y...¡pardiez! ¡pero si no tiene tapacubos traseros! y claro...a ti se te rompe un poquito el corazón al ver esas ruedas desnudas, sin sus embellecedores plateados.
Entonces haces lo que nunca habías hecho, vas por por la carretera observando cuántos coches van por ahí sin tapacubos: casi ninguno...y es que a pesar de ser un objeto sin función esencial para el coche, el tapacubos se ha inventado para echarlo en falta cuando no está.
Reconozcamos que los tapacubos estaban bastante sucios y que ya tenían sus años, por eso mismo me pregunto...¡¿quién es tan ruin como para robar unos tapacubos viejos de un coche que no tiene ni un extra?!
Con tanto misterio sin resolver, lo que está claro es que voy camino de la más absoluta desmaterialización. Desde el misterio del móvil he decidido no invertir nunca jamás es un móvil caro, desde el misterio del tapacubos infiero que no hay nada que quede a salvo de los amigos de lo ajeno, por mucho que para ti no tenga el mínimo valor...¿qué será lo próximo?
En fin...ya lo decía Calderón:
Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. ¿Habrá otro, entre sí decía, más pobre y triste que yo?; y cuando el rostro volvió halló la respuesta, viendo que otro sabio iba cogiendo las hierbas que él arrojó. La vida es sueño.

9 de diciembre de 2008 | | 3 comentarios

La Rioja

Embriagaos dice el poeta y nada mejor que hacer un ejercicio de escapismo hacia tierras de La Rioja, donde se ponen a nuestra disposición los elementos necesarios para que el tiempo se pare y los sentidos se agudicen.

Resumo la escapada: arte y culto al buen yantar. O lo que es lo mismo, productos típicos de la tierra en el plato o reducidos a su mínima expresión: el pincho, acompañados siempre de un vino en cualquiera de sus tipologías: crianza, reserva y gran reserva, según haya sido su proceso de envejecimiento. Y es que los caldos con denominación de origen se configuran como elemento indispensable en la vida riojana, ya sea por la omnipresencia de bodegas en toda la provincia, especialmente en La Rioja alta o por la costumbre típica: el chiquiteo.

No nos hemos perdido nada de lo que nos habíamos marcado en el itinerario. Primero Logroño, donde recorrimos con especial interés su mayor atractivo: la calle laurel, también conocida como senda de los elefantes y fuera de ella también nos dimos algún que otro homenaje gastronómico.

También desafiamos las inclemencias del tiempo, gajes de viajar en diciembre, recorriendo la provincia: los monasterios de Yuso y Suso, cuna de la lengua castellana, Nuestra Señora de Valvanera, maravillosamente emplazado y casi único punto de la comarca sin niebla ese día, Santa María la Real en Nájera, las catedrales de Calahorra, cerrada por obras y Santo Domingo de la Calzada, abierta por casualidad, las bodegas y el Museo del vino de Dinastía Vivanco en Briones y el encantador pueblo de Haro.

Un no parar del que ahora estoy aterrizando. Un cúmulo de momentos que me han inyectado oxígeno suficiente para afrontar la recta final. Unas cuantas copas de vino que me han hecho ver difuminadas algunas cosas y muy claras otras. Unos días con sus noches, en los que transcurre el tiempo de forma diferente según quien te acompañe.

Si deciden dejarse caer, no olviden comentármelo y pedirme una excelente planificación :) y alguna dirección donde darse un banquete digno de dioses.



5 de diciembre de 2008 | | 0 comentarios

El pie izquierdo

Hay viernes en los que apetece de verdad saltar de la cama y gritar...es vierneesssssssssssssssss y hay otros en los que la energía no te da ni para dar un pequeño saltito desde el somier. Esta mañana mi grito debía haberse oído más allá del Kilimanjaro, hasta la frontera con Alaska, no es para menos, tengo frente a mí un sábado, un fin de semana, un puente, un viaje...pero apenas he metido los pies en las zapatillas, me he arrastrado hasta la cocina, me he hecho un zumo de naranja y he refunfuñado la idea de que aún había que pasar este viernes completo con la batería al mínimo. Vaya forma de empezar o de acabar...según se mire.

Hay días en los que uno se queja por todo...peor sería que fuera lunes de nuevo...no, eso sí que no. Y es curioso, porque llevo toda la semana entusiasmada, deseando que suene, aunque lo haga pronto, el despertador del sábado, porque será el momento de coger la nacional e ir a desembocar a la tierra del vino. Pero esta mañana, la del ansiado viernes que nunca llegaba, me ha dado los buenos días de una forma algo taciturna, quejicosa, malhumorada.

Suerte que los viernes pasan y a éste ya le restan pocas horas. Suerte que ahí están los demás con sus caras de viernes, sus alegrías de viernes para contagiarte las ganas de puente que recuerdas haber tenido de lunes a jueves y desde el día 1 que empezaste a planear el viaje.
Al fin La Rioja, al fin monasterios y un vistazo a las glosas y al origen de Berceo. Al fin una o varias copas de vino para que se torne todo borroso y podamos, realmente, desconectar.

1 de diciembre de 2008 | | 0 comentarios

Día internacional de la lucha contra el SIDA

La semana pasada cayó en mis manos una lectura que hoy adquiere mucho sentido. Ya he comentado alguna vez que apenas le dedico tiempo a lectura por motivos obvios, el poco tiempo libre que me queda lo destino a cualquier cosa que no tenga que ver con libros, algo que me remuerde de vez en cuando la conciencia pero para lo que ahora no tengo espacio ni ganas. Sin embargo, sí que hago alguna excepción cuando cae en mis manos un cómic interesante, obviamente porque la lectura es mucho más ligera.
Ahora que está en auge el cómic autobiográfico puedes encontrar cosas verdaderamente interesantes, así que el otro día en apenas un par de horas devoré un cómic llamado Pedro y yo de Judd Winick, que narra en primera persona la historia real de este dibujante que protagonizó hace ya algunos años un programa al estilo Gran Hermano llamado "The Real World" en la MTV y que convivió durante algunos meses con un enfermo de sida llamado Pedro.
La historia, con gran carga sentimental, cuenta cómo fue aquella convivencia, pero también ilustra su continuación más allá del programa y utiliza la historia de Pedro, un cubano afincado en Estados Unidos enfermo de SIDA, para realizar una gran labor pedagógica en torno a la enfermedad, desmentir falsedades y aleccionar sobre su tratamiento y el respeto hacia los enfermos y portadores.
Para acabar de desbancar la idea de ver el cómic vinculado al humor, tengo que decir que con esta historia lloré, y mucho. Además, ha despertado algún que otro recuerdo porque hace ya diez años que le dediqué un relato corto al mismo tema que fue emitido en un programa de radio que se hacía en M80 llamado Cuento contigo. Como todavía no estábamos en la era digital, sigo conservándolo en una cinta de cassette que intentaré rescatar algún día de estos para poder volver a escuchar la voz de la locutora, que era una maravilla.

Qué recuerdos...

27 de noviembre de 2008 | | 4 comentarios

El aparato




Seguridad en ti misma, ¿hay algo más valioso?

¡JA!

Pues sí, ayer dimos el gran paso. Después de comenzar la ronda de reconocimientos odontológicos por allá por mayo, ya tengo colocados unos bonitos apliques metálicos en los dientes que tienen como objetivo quitarme el apiñamiento de los dientes inferiores. Hay que ver...toda la adolescencia renegando de ponerme aparato y ahora lo llevaré hasta la treintena.
El resultado provisional es que me duele la mandíbula y tengo un constante dolor de cabeza a consecuencia de la tirantez de la boca. Lo peor sin duda es el tema de la comida, esta mañana comerme una tostada ha sido un logro y no digo nada cuanto he querido seguir mi rutina de comer cereales. No me extraña que todo el mundo diga que con la ortodoncia se adelgaza, no es que se te quite el hambre, es que la mitad de la comida se te queda entre los alambres.
Aunque llevaba mucho tiempo concienciada, aún no me he acostumbrado a verme con un montón de cositas metálicas pegadas a los dientes. A principio no se sabe cómo hacerles hueco en la boca y hablas raro. Lo bueno es que la parte de abajo se me ve poco, algo que será físicamente imposible de ocultar cuando me coloquen los chismitos en la parte de arriba dentro de quince días.
En fin...voy a hacer acopio del merchandasing odontológico para estas situaciones: cera para cubrir los brackets, cepillo interdental, cepillo especial para ortodoncias y todas esas cosas que espero que hagan un poco más llevadera la experiencia de los primeros días. Ya les iré haciendo partícipes de mis quejas.

24 de noviembre de 2008 | | 0 comentarios

Poesía en escena II

El sábado volvimos a apuntarnos al plan de Poesía en escena. Ya saben, ciclo de poesía de diversas modalidades, conjugando diferentes artes. Así, un día nos encontramos ante poesía teatralizada y otro musicada. En definitiva, poesía mezclada con diferentes elementos y hecha por distintos autores, poesía que siempre queda bien y combina con todo.

Esta vez, poesía femenina y joven: Vanesa Pérez-Sauquillo y María Eloy-García. La primera, muy espontánea con su poesía apoyada en el gesto preciso, en el recital lento y pausado, en el tema cotidiano como demostración de que se puede hacer poesía sobre la ropa tendida y la cajera del supermercado, por qué no. La segunda, más introvertida, más lírica, muy suave en el gesto y en el verso. Y haciéndoles compañía a la izquierda del escenario, un cuarteto de jazz fuera de lo común, con sus instrumentos al uso y con otros que no lo eran tanto y una voz sorprendente, inusual, que borboteaba al hilo de los versos.

Y después nos fuimos corriendo, que habíamos quedado. Las invitadas al plan de la tarde enlazamos con el plan de la noche, con el oriental que no pestañea y nos contamos, porque hacía mucho que no nos veíamos en sábado y nos animamos con los futuros viajes y planeamos nuestro fin de año, que esta vez, caerá en día 3.
Y después de todo nos despedimos, porque creo que volveremos a coincidir más pronto que tarde, porque el sábado que viene puede que haya poesía en escena o puede que un musical, aún no se sabe con certeza. Lo iremos decidiendo sobre la marcha, según llegue el cuerpo al final de la semana.

23 de noviembre de 2008 | | 0 comentarios

No sin mis tildes

Yo sabía que volverían, como oscuras golondrinas, las tildes a mi pantalla. Mucho blog y mucha red social, pero me olvidé de que todo eso no es nada sin un buen segurata que te lo guarde.
Dejé la actualización del antivirus de un día para otro: para cuando tenga tiempo, para cuando salga una nueva versión, para cuando las ranas críen pelos y así sucesivamente, hasta que alguno de esos bichos malolientes entró a hacer de las suyas y un buen día me vi obligada a escribir sin tildes, me las habían robado del ordenador y poco importan las virtudes de la informática cuando las tildes no pueden incorporarse al cuerpo de un mail y el resultado es que acabas poniendo un imperativo donde quieres poner un tiempo pasado. Moraleja: en mi escala de valores la gramática queda por encima de las nuevas tecnologías.

Hasta aquí hemos llegado – dije - puedo tener problemas al subir fotos, una conexión lenta hasta el tedio, tener el ordenador lleno de restos de programitas que descargo para comprobar su utilidad y que luego apenas utilizo...pero me niego a escribir sin tildes.

Mano de santo: antivirus, escaneo del sistema, limpieza general y volvieron las tildes a su lugar, los imperativos bien diferenciados de los tiempos pasados, como debe ser. Qué alivio.

20 de noviembre de 2008 | | 5 comentarios

Llegando

Viernes: Objetivo y reto. Atravesar desiertos de psicotécnicos, lagunas llenas de usuarios, manglares de textos legislativos por alcanzar el ansiado ídolo: una aventura. Disimular la ojera, las pilas gastadas con unos polvos translúcidos y un poco de rímmel: un fingimiento. Sonreír si te dan las comisuras para ello: una pirueta gimnástica. Emitir sonidos inteligibles o dar una opinión coherente sobre algún tema: salir del encefalograma plano. Quererle a él más que a Morfeo: una cuestión que queda en entredicho. Cambiar los ¡¡¡!!! por ZZZzzzz: pura supervivencia. Cumplir el viernes lo que se promete el lunes: un desproposito. Una idea repentina: sacar a bailar al último usuario de la semana.

18 de noviembre de 2008 | | 0 comentarios

Terapias literarias

Les contaba hace unos meses en este blog una tierna historia y hoy tengo que redundar en el tema porque he vuelto a toparme con su nombre por casualidad, primero porque he reclamado que su novela "La línea Plimsoll", pedida hace ya algún tiempo, llegue a los estantes de la biblioteca y segundo, porque en la misma tarde y sin saberlo me he topado con su nombre hojeando Babelia, el suplemento cultural de El País del día 15 de noviembre.

Habla desde la tribuna del suplemento Juan Gracia Armendáriz, no se sabe si por mera ficción como punto de partida o como nada agradable experiencia personal, de hemodiálisis, de enfermedad y sobre todo, de literatura, como bálsamo harto recurrido para el lector convaleciente y cómo no, para el escritor, que puede utilizarlo como recurso literario para crear, llegando a ahondar en la experiencia incluso de manera patológica.

Y es que utilizar una experiencia personal como inspiración requiere ahondar en lo más profundo, allá donde los demás no quieren llegar porque supone la visualización de un fondo abismal, de tal forma que el escritor puede convertirse en un temerario, un incendiario a costa de su propia salud (física y sobre todo, psicológica) para obtener el fruto final que le compense: la creación de una obra que, a buen seguro, luego será símbolo perpetuo del fondo tocado.

Buen análisis el de Gracia Armendáriz, o ¿quién sabe? quizás sólo sea buena la opinión de un lector que lee con buenos ojos...

17 de noviembre de 2008 | | 0 comentarios

La vida es sueño (y los sueños, sueños son)

El arte tiene como base la creación de algo nuevo. Un creador, sea cual sea el arte que cultive, debe innovar, sacar a la luz algo que no se haya visto hasta la fecha o, a lo sumo, tomar el arte de otros y reinventarlo, haciendo una nueva versión que podrá llevar su sello, pero que siempre sera sometida a comparación.

Versionar una obra no equivale a mejorarla, aunque ese caso pueda darse, sobre todo cuando se trata de determinadas obras que han perdurado durante siglos y llevan el calificativo de clásicos que las hace inviolables. En esa categoría hay obras que no deberían tocarse y hay otras que han de prestarse a la versión de forma obligatoria, para que de cuando en cuando puedan ser revisitadas y mantengan su vigencia y por tanto, puedan poner de relieve la excelencia que las hace ser obras universales.

Una de esas obras de reinvención obligatoria es La vida es sueño, que fue llevada a escena por primera vez en 1635 y que 373 años después sigue prestándose a las mas diversas escenografías sin que por ello el texto pierda fuerza. La versión de Juan Carlos Pérez de la Fuente introduce en el texto versado del siglo de oro elementos que van más allá de la modernidad, una escenografia sobria y un vestuario decididamente futurista, sin que se pierda en ello una trama excelente en el que confluyen personajes de fuerte calado.

Segismundo, el preso abocado a ser un tirano, interpretado por Fernando Cayo en esta versión de la Compañía del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid, resulta absolutamente apabullante, consigue que el espectador le crea la brutalidad y le conmueva un monólogo que es de lo mejor que existe en género dramático. Lo mismo ocurre con Clarín (Daniel Huarte), con Rosaura (Ana Caleya) y con el rey Basilio (Chete Lera), por poner algunos ejemplos. Buenos, muy buenos actores, de los que te suenan por la televisión y cuya verdadera dimensión se reconoce sobre las tablas.

Si alguien sigue mi consejo y quiere ver este clásico imprescindible, que tome nota, estará en el Teatro Albéniz de Madrid del 4 al 21 de diciembre.

14 de noviembre de 2008 | | 0 comentarios

Sucinta semana

Reencontrada con un buen amigo, de los que corren en dirección del fuego.
Extasiada con una copa de vino tinto y las guías de viaje.
Arrastrada por la marea facebook y los regalos virtuales.
Preocupada por el devenir y lo por suceder.
Reconciliada por una noche con el Carpe Diem.
Embelesada por los principios y los para siempre que perduran todavía.
Confiada en la fortuna y en la inestable justicia del esfuerzo.
Anonadada ante las fugas en los controles de la Guardia Civil.
Reestablecida de la flojera de los viernes al calor de la barra de un bar.
Instruida en el conflicto palestino, en la edición y en la economía doméstica.
Y a pesar de todo...preparada para escuchar que la vida es sueño...

[y los sueños, sueños son.

11 de noviembre de 2008 | | 2 comentarios

Los limoneros

El premio del público del Festival de Berlín 2007 se titula Los limoneros y es una historia agria sobre el conficto palestino-israelí que toma como punto de partida la lucha de una viuda por defender su única pertenencia, unas hectáreas de limoneros que son su único sustento y que de la noche a la mañana, pasan a ser un peligro para la defensa de Israel.

La historia pone de manifiesto una vez más las irreconciliables diferencias de dos pueblos separados por un muro de hormigón, un muro de la vergüenza como tantos otros que se han construido a lo largo de la historia para separar físicamente lo que el devenir de los acontecimientos y la religión se han encargado de situar en polos opuestos.

En medio de la pobreza y la falta de oportunidades está Salma, que no duda en defender lo que a ojos de los demás es un simple trozo de tierra y que ve cómo su vida se llena de obstáculos en medio de una sociedad machista y profundamente arraigada en sus costumbres religiosas. Por otra parte está Mira, la nueva vecina y esposa del ministro de defensa israelí, que verá como el conflicto pone a prueba su estabilidad personal.

Una película que, si bien es totalmente recomendable y tiene momentos muy tiernos, también constituye un duro testimonio de lo que pueden dar de sí las posturas extremas y la injusticia. No hay que olvidar que está basada en una historia real en la que la lucha no tenía como objeto unos limoneros sino unos olivos y que por tanto, no es una ficción que finaliza con los títulos de crédito sino que tiene su continuación en la realidad.

7 de noviembre de 2008 | | 1 comentarios

Equipación

Todo viaje, por pequeño que sea, tiene su preparación. Hay quien se equipa para la temporada de esquí, quien piensa en abrigarse para ir al círculo polar y quien se informa del trámite de las vacunas necesarias para volar a Senegal. Parecen reportajes del Conde Nast Traveler, pero no es así, toda esa gente que hace esos planes existe, pulula a mi alrededor y parecen haberse confabulado para que yo tenga que aceptar mi ya de por sí dura rutina de opositora, como una especie de penitencia en la que al final no sé si veré la plaza o a dios, cual Santa Teresa de Jesús.

Ante estas duras pruebas de la vida, los verdaderos opositores acabamos desarrollando mecanismos de supervivencia, así que yo, persona seria a la hora de aprovechar al máximo las experiencias, estoy preparando concienciudamente mi próxima escapada para que no me pille falta de resistencia y pueda seguir el ritmo que sea necesario.

En un mes, con ocasión del puente de diciembre, pisaré tierras de La Rioja. Mis visitas al gimnasio se han espaciado notablemente, pero aún así, creo que mi fondo físico será suficiente para afrontar la ruta por los monasterios. Segura de esto, he decidido que debo poner todos mis esfuerzos en potenciar mi capacidad de ingesta de caldos de la tierra, así pues, ayer mismo comenzó mi entrenamiento con una botella de tinto crianza de 2005, añada calificada como excelente por el Consejo Regulador, acompañada de un buen plato de jamón, que sin ser necesariamente de la tierra, potencia su gusto y unas tostas para que la cata no resulte indigesta.

Así pues, durante todo este mes, seguiremos, cual my fair lady, ahondando en la práctica y en las buenas maneras enológicas y si todo sale bien, el señor de Pigmalión y yo seremos capaces de controlar las mejillas sonrosadas con la primera copa y nuestra dicción no decaerá con la segunda.

Queda, por tanto, demostrada la verdad incuestionable con la que abríamos el post. Todo viaje, por pequeño que sea, precisa de preparación.

*Imagen tomada de www.ginatonic.net

5 de noviembre de 2008 | | 3 comentarios

Vote for change

1865. Es abolida la esclavitud en Estados Unidos bajo la presidencia de Abraham Licoln.

2008. Barak Obama, se convierte en el primer afroamericano que asume la presidencia de Estados Unidos.


4 de noviembre de 2008 | | 6 comentarios

Comida japo

Pese a la mofa de alguno de los individuos que se asoma a este blog de forma absolutamente imperceptible, que te guste la comida japonesa no es un requisito para ser un cultureta gafapasta. De hecho, se puede ser así sin que te guste la comida japo o te puede gustar la comida japo sin tener ni una dioptría. Así es la idiosincracia del gusto.

Dicen que hay fiebre japonesa, que lo japo está de moda. Así que sin miedo a ser vituperada afirmo que si lo que está de moda es el manga, no me produce el menor interés, pero sin embargo, si hablamos de gastronomía japonesa, puedo decir que ha sido un descubrimiento que merece toda mi atención.

No hablamos de comida china, tampoco de comida asiática en plan general, ni tan siquiera nos referimos al wok. Hablamos de comida japonesa, con sus elementos básicos, arroz, pescado, mariscos, tallarines y un largo etcétera, que destacan por estar muy cuidadosamente elaborados y presentados. Obviamente, sabemos que gran parte de la comida japonesa se come fresca, así que a todo aquel al que le produzca aversión la palabra "crudo" que sepa a lo que se expone, pero también lo que se pierde: sabores en estado puro.

Apenas soy una iniciada, pero he de reconocer que la comida japo ma va enganchando y eso que al principio el arte de aprender a manejar los palillos no te ayuda mucho a disfrutarla. Puede que también haya tenido suerte porque, salvo en mi primera visita a un restaurante de estas características, siempre he ido con personas entendidas en la materia que saben lo que piden cuando abren la carta. Y eso, como no, otorga ventaja.

3 de noviembre de 2008 | | 2 comentarios

Obras

Tanto hablar el sábado de metros cuadrados, propuestas de decoración y papel pintado en el cálido ambiente de una trattoria, que por el sabor de su canolos bien podría estar situada en cualquier pueblo siciliano, me inspiró a ir el domingo a visitar las obras de mi futura casa.
En la nada agujereada que había hace seis meses se levantan ahora 3 bloques y en el que corresponde a mi vivienda queda por construir sólo la tercera y última planta. Ya están los trasteros, los garajes y ya se podían ver los ladrillos apilados y listos para empezar con el siguiente paso.
Ahí queda el testimonio gráfico:

1 de noviembre de 2008 | | 1 comentarios

Una de...

Siempre me ha encantado esta canción y aunque dudaba que se pudiera igualar o mejorar el original de Seal, ahí está Alanis.
Una canción que ya tiene un par de años pero que me pone las pilas en los días atareados.

31 de octubre de 2008 | | 2 comentarios

Variedades

Realmente no es que tenga mil motivos para no aparecer por aquí, si no simplemente dos: el estudio y el trabajo. Queda un hueco mínimo para otras cosas y algún entretenimiento ha de quedar relegado, esta vez le ha tocado al blog, para desgracia de los amantes de Sibelius en las inmediaciones de Pintor Rosales.

El hueco mínimo aún guarda ratos para el cine y para la poesía. Lejos quedan las series y la media de películas ha bajado sustancialmente, aún así, se me amontonan unas cuantas bajo el epígrafe
¡¿no me digas que no has visto la de...?! que últimamente se repite más de lo que quisiera, dejando al descubierto las lagunas que anteriormente podía, mal que bien, disimular. Son los efectos de frecuentar la compañía de un cultureta. Aún así, he visto cosas: Quemar después de leer, a lo Coen, Il y a longtemps que je t'aime, soberbia Kristin Scott Thomas y El niño del pijama de rayas, bonita pero sin llegar a la lágrima para la que suscribe, que no ha leído el libro.

Por otro lado está la poesía. Para disfrutar de ella en profundidad se necesita tiempo y tranquilidad, factores de los que ahora mismo no dispongo, así que sufro en silencio las consecuencias de no estar a la altura en la lectura que precisa Rilke o los simbolistas franceses que vendrán. Aún así, no me doy por vencida y sigo persistiendo en el intento desesperado de adaptarme a las circunstancias.

Como nunca está de más ver lo que la poesía pueda dar de sí en su modalidad escénica, el sábado 25 me fui a ver en compañía de poetas y no poetas a Gracia Iglesias, dentro del ciclo Poesía en escena organizado por el Centro de Estudios de la Poesía de Sanse. Ella misma aporta la crónica en su
blog.
Mientras el invierno sigue abriéndose paso a través del otoño, me quedo pensando en la cena japonesa que me espera esta noche, en la celebración familiar y en la visita nocturna al sur de la capital que me espera mañana para brindar por esos nuevos techos que esperamos sean capaces de soportar lluvias como las de estos días. Pienso en eso y en algún futuro viaje que ya va tomando sabor a vino tinto y por qué no...en quedarme encerrada durante unas horas entre cuatro paredes vacías.

27 de octubre de 2008 | | 0 comentarios

Réquiem por un móvil

No sabes cuánto te importa algo hasta que te lo quitan...un axioma con una connotación sentimental que bien puede extenderse a los elementos materiales que nos rodean y con los que mantenemos una feliz dependencia unilateral día a día.

Yo he tenido esa sensación cuando he dado por desaparecido mi móvil en extrañas circunstancias. Pudieran ser mis dedos dejándolo caer en cualquier abismo oscuro, una indeterminada mano negra deslizándose en mis pertenencias o lo más probable, la combinación de ambas: un desafortunado descuido y una persona en su día de suerte.

La necesidad y la dependencia se crean día a día, incluso con un teléfono móvil. Cada día lo alimentas con un poquito más de ti, al principio sólo llamas o escribes mensajes, pero más tarde acaba siendo un almacén inagotable de números, notas, mensajes, recordatorios, grabaciones y fotos. Todas ellas irreemplazables.

Con mi móvil se ha ido todo eso. No me preocupa el aparato, que dicho sea de paso, era estéticamente muy bonito y tecnológicamente muy bueno, ya que puede ser más mal que bien reemplazado. Tampoco me preocupa pasar unos días incomunicada, aunque ese tema esté solucionado gracias a la celeridad de las compañías telefónicas. Me duele el montón de mensajes que no podré releer, las fotos que no descargué a tiempo, la agenda que siempre tenía pendiente de hacer la copia de seguridad...y no tienen que decírmelo porque lo sé, no cuidar todo eso ha sido toda una inconsciencia por mi parte, pero así soy yo, dentro de mi programación, aún mantengo parcelas descuidadas.

Ahora tengo que adaptarme a un nuevo aparato y ando recopilando la información que está en mi mano. La otra, la información de valor incalculable que alguien habrá reseteado sin que le temblase la mano, estará flotando en ese terreno inhóspito al que van a dar los datos de soporte inestable.

22 de octubre de 2008 | | 3 comentarios

New York vs. Madriz

Está claro que, te guste o no, a Nueva York hay que reconocerle su mayor característica: ser "la ciudad" por antonomasia y es cosa frecuente que a veces me parezca que es la última estación inaugurada por el metro de Madrid por la cantidad de gente que conozco que ha pasado por allí. Sobre todo en los últimos dos años.

Nada es comparable y puede que la Gran Vía no sea Broadway, espejismo de neones y espectáculos, allá donde casi todos los turistas recalan para ver un musical a lo grande con entradas compradas en el último minuto a precios asequibles. Así que para aquellos viajeros de ultramar que se quejaban de que una fórmula así no existiera en España, ahí va un
enlace para tener en cuenta.

Porque a veces las buenas ideas también sobrevuelan el océano y recalan en el espacio intermedio que une a Europa con África.

20 de octubre de 2008 | | 1 comentarios

Los amigos de mis amigos son mis amigos

Es probable que llegue tarde aun fenómeno del que ya se ha hablado mucho, pero en el que hasta hace poco no me he visto inmersa. Sabía de Facebook lo imprescindible, que es una red social que te permite acceder a la información de todo aquel que se registre y que a su vez, te dé permiso para acceder a su página y que además, muestra los vínculos de todos las personas que tenga vinculadas y así hasta el infinito...una enorme tela de araña.

Visto así, la verdad es que no me apetecía mucho meterme en más rollos. Ya bastante hay con los blogs, con los blogs que se conocen a través de otros blogs y que al final enganchan como si fueran escritos por amigos tuyos de toda la vida a los que en realidad no conoces más que de leer sus quehaceres diarios, ver sus fotos de flickr y leer sus comentarios de twitter...al final como empieces a enlazar se convierte en un vicio y no acabas nunca, siempre hay alguien con algo interesante que contar.

Así que aunque al principio me resistí, cuando recibí el cuarto o quinto aviso de algún amigo que se registraba en Facebook, decidí darle una oportunidad. Como siempre, si quieres acceder a la información tienes que pasar por el trámite de registrarte, así que de repente he podido comprobar lo que es de verdad una red social y, aunque parezca exagerado, he sentido vértigo. No sólo debido a que de primeras puedes conocer a un montón de gente, sino a que casi sin indagar puedes encontrarte hasta con la última persona que no esperabas encontrarte sobre la faz de la tierra.

Coincide además que en estos días he tenido alguna conversación con alguien que discrepaba de las virtudes de Internet como una fuente poderosísima de comunicación e interrelación. Efectivamente, nadie puede quitarle mérito a su capacidad para poner en contacto a muchas personas a través de una pantalla, pero ¿qué hay de cierto en esas relaciones? El mejor ejemplo lo he encontrado en Facebook, en el comentario de una antigua compañera de instituto en la página de una amiga mía "qué bien encontrarte por aquí, cualquiera diría que vivimos a 300 metros y nos nos vemos nunca".

Juzguen ustedes mismos...¿son reales esas relaciones? ¿qué hay más allá de la curiosidad que nos puede suscitar mirar por un agujero, a modo de Gran hermano, lo que puedan hacer otras personas a las que realmente nos nos uniría nada si no fuera por un encuentro casual en la red?

Sinceramente, creo que en un alto grado, son relaciones que en la vida real jamás mantendríamos. De hecho, es muy probable que nos dé por ver las fotos que haya colgado alguien al que si nos encontrásemos en la calle, apenas dirigiríamos un tímido hola, por lo que da la impresión de que Internet acaba siendo un universo paralelo, diferente al que habitamos cada día, como si a todos nos permitiese tener una doble vida.

16 de octubre de 2008 | | 3 comentarios

Las prisas

Reconozco que desde hace mucho tiempo llevo a gala la alta rentabilización que le saco a las horas del día. Hace mucho que no sé lo que es perder el tiempo y aunque repito mucho eso de hay tiempo para todo si uno se organiza, no hay tiempo que perder o tengo que recuperar el tiempo perdido...empiezo a echar de menos tener unas jornadas más holgadas, poder elegir qué hacer o no hacer sin tener posteriores cargos de conciencia.

Sobre todo me doy cuenta de la mella que ha hecho en mí la cuadratura diaria a la que me someto cuando alguien me hace perder el tiempo. Puede parecer exagerado, pero el hecho de sacar tiempo de donde no lo tengo para acudir a una cita, que alguien me pida que aguarde durante un buen rato para posteriormente hacerme saber que he ido hasta allí para nada me cabrea, y sé que cabrearía a cualquiera, pero ya ni me molesto en tomármelo con filosofía.

Dicen que hay muchas razones por las que persistir en el objetivo, pudiera ser el objetivo en sí mismo, el dinero, la seguridad, la satisfacción.
Pero sobre todo, señores, hay un motivo por el que esto tiene que acabar como tiene que acabar: poder dejar de administrar de forma tan exagerada el tiempo.

12 de octubre de 2008 | | 1 comentarios

Los Secretos

Se podían haber quedado sobre el escenario Manolo García o Sabina o Fito. Se podían haber quedado tranquilamente y nadie se hubiera quejado del cambiazo, o sí, porque las entradas se agotaron en nada y estaba todo vendido y cuando se dice vendido se refiere a que al parecer no tuvieron que regalar un cuarto de aforo de la plaza para que aquello luciera como lució: lleno hasta la bandera con una media de edad que puede contar algo sobre la movida madrileña y no sólo de oídas.

Comenzaron con el obligado homenaje dentro del homenaje. Difícil era hacer un concierto aniversario y que la figura de Enrique Urquijo no planeara sobre el escenario, el coso y la grada, de ello se encargaron las imágenes proyectadas y las letras, que ahora tienen otra voz, pero que siempre tuvieron otra alma: nostálgica, triste y tan profunda que ha arraigado en el tiempo como sólo pueden hacerlo los buenos temas que acogen en su estribillo un puñado de sentimientos universales.

Enrique Urquijo podría haber estado allí, pero la vida es así y a los seres atormentados que son capaces de crear mientras intentan salir del hoyo, se los lleva para que lo que perdure sea su esencia desgarrada e introvertida. La posibilidad de que Enrique fuera hoy un compositor acabado y alejado de los escenarios sería motivo para que a más de uno se nos rompiera el corazón. Hay que creer en la muerte a veces, en la muerte digna acorde con la vida que se haya vivido, no lo digo yo, lo dice Rilke.

No me podría quedar con un solo tema, porque siempre queda algo que no he escuchado de Los Secretos, alguna canción inédita que no me llama la atención por su ritmo sino por su letra No creo que sea fácil perdurar 30 años con un éxito aceptable, sin caer en el ridículo, sin anclarse en los orígenes, adaptándose a las pérdidas. Así que gusten o no, tienen un mérito indiscutible.

10 de octubre de 2008 | | 5 comentarios

00:00 Viernes

Siete horas de sueño, siete horas de trabajo, siete las horas que debería dedicarle al estudio y que se quedan en poco más de la mitad, no he visto la semana, el cuerpo se acostumbra a todo, ya te queda nada, ¿tienes fecha?, cómo se nota la crisis, dicen los economistas ingleses..., me encantan tus ojos, Rilke nació en Praga, ¿por qué vas siempre en pijama?, este trabajo no me hace feliz, desde que no nos vemos, ¿tú tienes claro lo que quieres ser?, busco el Guardián entre el centeno, no puedes ir corriendo a todas partes, te comía, qué ganas tengo de que apruebes, la cinta de correr suena raro, qué bien te quedan los vaqueros, tengo que retocar esas poesías, necesito comer chocolate, qué frío hace en este lugar, tengo que fotocopiar el tema del poder judicial, voy a cortarte el pelo en capas más cortas, tenemos que darte una buena noticia, quiero una cocina como ésta, resérvame la elegancia del erizo, ¿cómo llevará el día?, el cuerpo aguanta lo que le eches.

7 de octubre de 2008 | | 1 comentarios

Invierno

Pues sí, ya tenemos aquí el invierno y ya sé que hay a quien le encanta poner las manos alrededor de una taza de chocolate caliente, arroparse bajo la manta, cantar bajo la lluvia, tirarse bolas de nieve, todo ello muy poético...pero definitivamente, no es mi caso. Se me congelan los pies y las manos y aunque no sea una frase para analizar morfosintácticamente, como bien dice Pereza, con los pies fríos no se piensa bien...en fin, admitamos que en Madrid el frío es desagradablemente seco, casi nunca llueve, casi nunca nieva, como mucho hay que conformarse con algo de viento recién sacado del congelador. Y la oscuridad...porque otra cosa no, pero levantarse con luz da otro rollo al comenzar el día, pero esta estrecha franja de luz entre las 10 y las 6 de la tarde a mí me sabe a poco.

Por las noches no hay problema. Me he comprado un nórdico de tamaño matrimonio bajo el que podrían dormir 7 que ya he he estrenado por mucho que mi madre me diga que soy una exagerá y que voy a criar pollos...me levanto sudando, pero bien calentita oye.

Supongo que a medida que pase el tiempo y entremos oficialmente en el invierno todo tomará un cariz más agradable, pero es que ahora, en ese intervalo en el que uno ve que debe abandonar la gabardina pero tampoco sabe cuando ponerse el abrigo, coincide que estoy pelada de frío porque en los edificios públicos no se pone la calefacción hasta noviembre. Así que aquí estamos, aguantando el tirón con varias capas. Esperando encontrarle el puntito romántico al frío.
Menos mal que hay quien me comprende y que este invierno creo que tendré quien me caliente las manos...

1 de octubre de 2008 | | 0 comentarios

Postales de Moscú

He de admitir que este verano he acabado un poco decepcionada. La estadística de postales recibidas ha caído drásticamente. No sé si es que mis amigos han viajado poco o que yo no he hecho los pertinentes recordatorios antes de que partieran hacia tierras lejanas y ciudades desconocidas, pero el dato es negativo.

Está claro que es mucho más rápido mandar un mensaje multimedia y que da cierta pereza comprar una postal, escribirla y entenderse en algún idioma extraño para comprar un sello. Casi puede ser tildado de pasado de moda, pero el espíritu de la postal que recorre medio mundo hasta llegar a tu casa, no es comparable con nada.

Me he acordado esta mañana al abrir el buzón y toparme con la última y casi única postal del verano. Una bonita estampa de la Catedral de San Basilio de Moscú, uno de esos edificios de cúpulas coloridas que dan ese aspecto único a la Plaza Roja, aunque seguidamente, en el breve texto, el remitente me explica que la postal no se envía desde allí sino desde otra de las paradas del viaje: San Petersburgo, antigua Leningrado.

La nota curiosa la pone el manejo del ruso que ha debido adquirir mi querido amigo para que la postal llegase a su destino. Además no es la primera vez que pone su ingenio a disposición del servicio de correo, puesto que hace años quiso cumplir su promesa de enviarme una postal de Cuba y al no recordar el número de portal en el que vivo, utilizó el espacio para indicarle al cartero dónde se encontraba exactamente, algo así como: Avenida X, nº no me acuerdo, pero es el portal que está entre una agencia de viajes y una tienda de cocinas y en la esquina hay una tienda de frutos secos. Para rizar el rizo, añado que vivo en una avenida que fácilmente tiene 50 números.

Ni qué decir tiene que me quedé perpleja cuando ví que la postal llegó sana y salva a su destino, de hecho, prometí no hablar nunca mal del sistema de correos. He estado buscando esa postal porque, indudablemente, se merecía un post, pero debe ser de esas cosas que uno guarda tan bien, que luego no es capaz de encontrar.

Si alguna vez aparece, prometo mostrarla.

29 de septiembre de 2008 | | 2 comentarios

Opositores incautos

Fraude, tomadura de pelo...llámenlo como quieran, con tal de que su denominación se ajuste a la siguiente definición: acción realizada por república bananera a escala local mediante procesos de selección de dudosa limpieza y/o claridad.

Comenzando por la pésima organización, pasando por el escandaloso y desproporcionado concurso y finalizando en un tribunal más propio de Mira quién baila, he asistido a uno de esos procesos ceñidos a la vieja idea de las plazas dadas y la España del pucherazo.

Ayuntamiento...¿está usted obligado a hacer público por ley un proceso selectivo donde las plazas ya tenían nombre y apellidos? ¡No hay problema!, se elaboran unas bases con una buena dosis de manga ancha donde no se concreten tiempos, ni programas a utilizar, ni puntuaciones, se asigna un concurso para que el pobre incauto que lo intente sin haber pisado el excelentísimo término municipal no aspire a plaza ni aunque saque un 10 y se deja bien abierto el texto a cualquier interpretación...¡éxito garantizado!

En fin...con cosas así, uno ya no sabe si lo que siente es rabia por ver qué mal se hacen las cosas o envidia por que no ser el afortunado al que le ponen la plaza en bandeja de plata.

25 de septiembre de 2008 | | 2 comentarios

Poetas

Dijo Neruda que la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita, pero puede suceder que escribir y necesitar confluyan en la misma persona y que entonces la Poesía (con mayúsculas) sea caída libre, terapia, despertar, exhaltación.

Pese a estar relacionada con la hondura y la tristeza, la poesía puede tener el fin que a uno le venga en gana, pues como todo arte, parte de la sensibilidad, de la inspiración y de abrirle puertas y ventanas a los sentidos. La poesía es en el fondo, un ejercicio íntimo de desnudez que de vez en cuando se muestra al resto del mundo y por tanto, se puede decir que quien sepa leer poesía, puede llegar a saber tanto como el poeta mismo.

Para los que anhelamos saber y precisamos ser orientados es muy satisfactorio saber que existen lugares donde este género tiene cabida en todas sus formas de expresión, donde pueden descubrirse sus claves con tan sólo una mesa y varios poetas en torno a ella.

A ese lugar llegué hace un par de años queriendo y necesitando poesía y aunque nunca corté el hilo, el último año lo pasé por obligación, más fuera que dentro, atendiendo y cuidando más mi poesía, distanciada de la del resto del mundo.

Este año los factores se han invertido y promete ser interesante, tenemos en la agenda a Rilke, a Rubén Darío, a Machado....Estoy contenta de tener una cita los miércoles a última hora y de haber vuelto a ellos: a los poetas que tanto y tan bien se han dejado guiar siempre por
Luz Pichel.

23 de septiembre de 2008 | | 5 comentarios

Errores

A veces no hay nada como refugiarse en el refranero para seguir adelante. Porque todos hemos hecho el cafre alguna vez y en definitiva...a lo hecho, pecho y aunque la solución a los errores no sea aquello de "mal de muchos, consuelo de tontos", al menos a uno le sirve para no sentirse sólo en el mundo.
Y sí, yo soy capaz de meter la pata hasta el fondo alguna vez, como todos, en el curro, en la vida diaria, incluso ahí donde más le duele a un opositor: en los exámenes, donde uno pretende hacer las cosas con tanto esmero que al final acaba liándola, eso sí, con suma precisión, que es una forma muy elegante de errar.
Al final, después de un tiempo reglamentario de lamentaciones y como uno ya no encuentra con qué consolarse, lo normal es acabar entonando que errare humanum est y fijándose en los errores de los demás para minimizar los suyos...
Porque ¿quién no ha tenido un mal día y ha cometido errores que no sabe cómo pudieron ocurrir? que me lo digan a mí o al redactor de cierto ayuntamiento de cuyo nombre no quiero acordarme...

15 de septiembre de 2008 | | 4 comentarios

Noches en blanco

Es la primera Noche en blanco a la que me he dignado a ir. En otras ocasiones me venció la pereza, las temidas muchedumbres, la imposible vuelta a casa. No tener nada en concreto que quisiera ver con mucho interés también contribuyó, pero en esta edición eso ha cambiado.

Después de esperar la reglamentaria cola de 3/4 de hora para conseguir las invitaciones el día de antes, el sábado atravesamos Madrid hasta Legazpi para ver el espectáculo
Canciones para Pedro en el Matadero, un espectáculo-homenaje a Pedro Almodóvar, centrado en la música creada por Alberto Iglesias para acompañar a gran parte de sus películas.

La primera parte estuvo en manos de la Orquesta de RTVE que ejecutó piezas al son de las imágenes que se iban proyectando en la pantalla gracias a la videoartista SOLU y que intentaban agrupar con bastante acierto los rasgos que han hecho característico lo que todos identificamos como estilo Almodóvar.

Tras un descanso más largo de lo esperado,
Concha Buika, a la que la misma Chavela Vargas ha reconocido como su hija negra, inauguró la parte interpretada acompañada a la guitarra por Javier Limón, el productor que le ha permitido darle un nuevo giro a la copla. Con su voz desgarrada cantó, entre otras, una inolvidable versión de Volver que nos dejó sin respiración. Con el último trago se unió a la portentosa voz de Miguel Poveda, un nuevo valor del flamenco que ha obtenido el Premio Nacional de Música y que cantó un Piensa en mí muy difícil de olvidar y que fue mi gran descubrimiento musical de la noche, de hecho, pienso dedicar algunas horas a escuchar lo que haya grabado hasta la fecha. El broche final lo puso Eva Yerbabuena, que bailó acompañada de la voz de Poveda y más tarde, con su cuerpo de baile al completo.

Tras eso, la hora se nos echó encima para ir a ver al funambulista que iba a recorrer el espacio que hay entre el Banco de España y el Instituto Cervantes, otro de los actos que me apetecía ver y que posteriormente nos hemos enterado por los medios que fue suspendido por el viento. A cambio nos encaminamos hacia Plaza de España para ver cómo la gente había tomado la Gran Vía y muchos hacían cola a la puerta de casi todos los teatros que ofrecían ver el backstage de la Bella y la Bestia o conversar con el elenco de la compañía la Cubana.

Camino a Callao paramos a conocer uno de esos bares que la Gran Vía guarda en la trastienda y en cuya barra bien podría acodarse Juan Madrid. Sólo le pusimos cara, porque apenas pudimos franquear el medio cierre para encontrarnos con unos amigos que apuraban la primera copa de la noche. La segunda tuvo lugar en la barra de
Destino Gran Vía, otro de esos pubs que no estaría mal tener a mano como comodín para dejarse caer cualquier noche. De ahí a casa, aprovechando que el metro hace horas extras en contadas ocasiones.

Y para rematar el fin de semana, lo último visto en cine ha sido
El rey de la montaña, película protagonizada por Leonardo Sbaraglia y María Valverde de la que desconocía por completo la sinopsis y a la que confieso haber llegado guiada por una elección de último minuto frente a la taquilla. La crítica queda en blanco debido a que, además de no saber muy bien qué contar sobre ella, mi opinión y la de los críticos profesionales que he leído a posteriori, son dos mundos opuestos entre los que media una distancia insalvable. Así pues, mejor lo dejamos estar.

10 de septiembre de 2008 | | 7 comentarios

Vacaciones sin salir del trabajo

Supongo que no habrá nadie o casi nadie que se dedique a ir a su lugar de trabajo cada día de sus vacaciones, una rareza que sí me ocurre a mí. Salí el viernes gritando vivas a mi libertad laboral y el lunes ya estaba a primera hora habitando la sala de estudio, silenciosa, pulcra, impersonal…como una usuaria cualquiera mezclándose con una amalgama de universitarios en plena repesca y opositores, en su mayoría, futuros guardianes de la paz en nuestras calles.

Como planifiqué, las tardes las aprovecho en casa y a última hora me doy el gusto de dejarme un largo rato de descanso y ocio en buena compañía. Aunque no sé lo que me está pasando que cuando llega ese glorioso momento, no puedo con mi alma y voy arrastrando los pies…salgo a correr y a los 20 minutos el corazón no me da para más, veo una película y pierdo el hilo durante algunos segundos…

Sabiendo que lo peor está por venir cuando tenga que seguir este ritmo e incorporarme al trabajo y reconociendo las señales que manda mi cuerpo, ya he hecho acopio del remedio energético que, con efecto placebo o sin él, me revitaliza cuerpo y mente: mis cápsulas de jalea real con oro, plata y cobre. Vitaminas a modo de medallero olímpico.

En fin, ya he comprobado su poder sobre mi organismo en otras ocasiones, así que espero que me den una inyección de energías y ánimo y que me desbloqueen un poco la fatiga que me pesa sobre los ojos cada vez que me pongo a estudiar. Con eso me conformo, tampoco voy a pedir milagros y que los psicotécnicos se conviertan en mi pasatiempo preferido o que la Constitución entrañe una sabiduría y profundidad hasta ahora desconocida.

4 de septiembre de 2008 | | 0 comentarios

Los posos del verano

No es lo mismo...aguardar las vacaciones con unos billetes de avión esperando sobre la mesa que una pila de apuntes. Los miro, los vuelvo a mirar...siguen donde están, papel sobre papel, organizados una y mil veces, mil veces memorizados y otras tantas olvidados.

Abro la agenda. 15 días de tardes libres. Más me vale aprovecharlos bien porque serán la fórmula secreta para aguantar el invierno cuando la vida cultural se reduzca a mínimos, cuando a la salida del trabajo nos reciba la oscuridad y recordemos con nostalgia cómo era aquello de salir a plena luz del día, acercarse a una terraza, alternar con los amigos, pensar, como pensamos los que no paramos, que aún se podía hacer algo para exprimir al máximo el día. En fin, habrá que ir concienciándose de la llegada del invierno y su mala costumbre de anochecer a las seis de la tarde. Aceptarlo, como a los seres queridos, tal y como es.

Podría poner tierra de por medio. No se crean que no lo he pensado. Me tienta repetir el bucle veraniego, acabarlo como comenzó, ser superficial (aún más) y pensar en afianzar el moreno que se está yendo a pasos agigantados o comprar un billete de esos que ofertan por 35€ + tasas, antes que en darle un impulso al régimen local español. Pero ahí están, colocados sobre el estante, la nómina y la letra del banco que me inyectan toda la voluntad que a mí a veces me falla. También, para qué mentir, se vive muy bien en esta falsa independencia de la que luego me cuesta tanto desprenderme.

15 días. Pienso sacarles todo el jugo que me dejen. No dejar sin provecho ni uno de los instantes que no esté dedicado a la actividad sacrificada. No parar. No aburrirme. Rebañar, como se rebaña en la intimidad, el plato que tanto te gusta.

1 de septiembre de 2008 | | 4 comentarios

Nuevo curso

1 de septiembre...junto al 1 de enero quizás sea la fecha que mayores buenos propósitos tenga. Ya saben...volver al gimnasio, embarcarse en un curso de algo, adaptarse al medio rutinario sin que resulte traumático...y envidiar a aquellos que gustan de irse cuando todos han vuelto, esos que pasan un verano sin complejos al sol de los halógenos y toman el testigo hasta que el verano toca su fin. Yo ya he disfrutado una tanda de vacaciones veraniegas pero también pertenezco a ese último grupo, así que me siento verdaderamente afortunada y sin motivo alguno de queja.

Además, estas tres semanas entre el aterrizaje vacacional y el próximo día 6 de septiembre han estado bastante ocupadas. Por un lado, fiestas de Sanse, con sus elementos festivo-taurinos típicos y la I quedada frikitecaria en Madrid, donde por fin pude ver las caras de los que se esconden tras el alceo de ceja. La crónica de la cena se puede ver
aquí y aquí gracias a Geekteca. Sólo añadiré que estuve rodeada de expertos en gastronomía japonesa y que voy a practicar habitualmente con los palillos para estar a la altura en la próxima ocasión.

Mientras eso ocurre y para ambientarme en el ambiente japo, esta misma tarde he vuelto a ver una joyita que hace años me cautivó y que está localizada en Tokio:
Lost in translation. Una historia dramática y cómica a partes iguales, de una profundidad que te obliga a ir más allá de la imagen, donde los protagonistas se encuentran para sobrevivir a la soledad y logran absorberte. En definitiva, una película en la que ocurre todo aunque parezca que no ocurre nada, obra de la directora Sofía Coppola, hija de Francis Ford Coppola y actual pareja de Quentin Tarantino. Totalmente recomendable.

28 de agosto de 2008 | | 4 comentarios

Kayaks

Estaba claro que la aventura del kayak no podía quedar en una simple reseña en la guía esencial de Menorca y que se merecía algo más.


El primer día, mientras paseábamos por Santa Galdana, la cala más masificada que vimos en Menorca (no se hagan ideas equivocadas que hablo de 3 hoteles a pie de cala, así que tampoco era Benidorm), nos topamos con un centro de actividades acuáticas anexo a uno de los hoteles (estupendísimo por cierto). Ipso facto, Noelia y Marta, ocasionales amantes del riesgo, se vieron sumamente atraídas por la idea de hacer una ruta de tres horas por las cuevas mientras yo miraba hacia otro lado y me hacía la sueca .

Al ser la primera tarde se decidió postponerlo hasta el final de la estancia. La cosa quedó ahí de momento. Yo pensaba que estas chicas se olvidarían del asunto si seguíamos la táctica del silencio administrativo e ignorábamos la actividad como si nunca hubiera sido sugerida, pero no fue así y pronto volvimos a abordar el tema.

El siguiente paso ante la inexistencia de escapatoria fue la negación. Aludí a la escasa motivación que me producía remar durante tres horas y me ofrecí a esperarlas tumbada en la toalla de cualquier cala maravillosa, pero ya saben lo que ocurre en estos viajes, que el concepto de "grupo" es indisoluble y uno suele verse arrastrado por las masas.

Así pues, nos dirigimos al centro para reservar para el día siguiente y a que nos contaran en qué consistía el tema. Un tío de origen japonés muy majo nos contó muy amablemente que saldríamos de Cala Galdana y nos dirijiríamos a Cala Mitjana en kayak, visitando las cuevas que hay por el camino a la ida, haciendo un descanso en la playita y volviendo del tirón. Obviamente, no importaba que nunca hubiéramos montado en kayak, y nos aseguraron que era casi imposible que aquello volcase. Eso sí, advertía que probablemente al día siguiente habría viento por lo que había posibilidad de que se suspendiera la actividad. Sobra decir por lo que recé esa noche y por lo que rezaron mis compañeras de aventuras...No en serio, ya concienciada la verdad es que hasta me apetecía. Yo una vez que me decido...
De derecha a izquierda: Noelia, Marta y Mentxu
Con sonrisa de almas inconscientes
Al día siguiente llegamos puntuales a las 10 de la mañana. El kit de supervivencia del kayakista consiste en chaleco con silbato para naufragos potenciales, la menor cantidad posible de ropa puesta ya que acabarás mojado de arriba a abajo, mucha crema solar porque te va a dar la solana durante toda la mañana y un remo. Los demás enseres los guardamos en una caja hermética que venía con nosotras y que menos mal que era hermética...ahí iba la cámara de fotos que casi ni nos atrevíamos a sacar.
La distribución en los kayaks se hizo por parejas. Hubo alguna (apuntamos directamente con el dedo a Noelia) que quiso ir sola, pero que acabó compartiendo kayak con la guía y experta kayakista, por lo que encima de hacerse la valiente, triunfó. En otro kayak íbamos las sufridoras: Marta y yo, que después de unas mínimas indicaciones a todas luces insuficientes, nos lanzamos a la aventura cual lobas de mar.

Los primeros momentos fueron los más tensos. Salimos de un pequeño muelle y aquello desde el principio no iba en la dirección correcta. Remar puede ser lo más fácil del mundo, pero la primera vez es complicado, debes mantener el rumbo, el kayak no hace más que virar, tú no sabes qué hay que hacer para corregir la dirección, el viento no te ayuda mucho e inevitablemente lo hagas como lo hagas vas contra las piedras. Eso sí, el público que vio las escenas debió pasarse un rato estupendo. A los dos minutos de intentar salir a mar abierto, encallamos (o enkayakmos más bien) contra unas rocas y a consecuencia de los movimientos que hacíamos intentando salir, volcamos...Casi imposible que vuelque...¡JA!
La caída, salvando las diferencias, pudo ser más o menos así pero sin casco
Por cierto, me clavé un erizo en un pie
A partir de ahí logramos cierta coordinación, ambos kayakistas deben llevar el mismo ritmo y misma dirección, así que fuimos metiéndonos en la dinámica. Comenzamos a entrar en las cuevas, lo cual tenía bastante dificultad ya que eran entradas pequeñas y nuestra lucha principal era no irnos contra las rocas. Visitamos tres o cuatro, todas muy bonitas, aunque he de reconocer que estabámos más pendientes de las maniobras de salida y entrada que de admirar el paisaje.
Noelia y la remadora profesional
¡Rema Marta, Rema!
Al llegar a Cala Mitjana nos encontramos un nuevo reto...llegar a la orilla de la playa sin que ningún bañista resultara accidentado por un mal golpe de kayak o remo y lo conseguimos, no hubo víctimas. Descansamos y emprendimos el viaje de vuelta del tirón, con los brazos algo cansados pero bastante más contentas porque manteníamos el rumbo y pudimos admirar el precioso paisaje que se veía desde el mar después de tantos días viendo maravillas desde la arena. La llegada al muelle fue de nuevo accidentada porque los kayaks llegaban a una zona resbaladiza y había que tener precaución para bajarse y no caer...adivinen quién resbaló y tardó un rato en poner los pies en tierra de nuevo...efectivamente, Mentxu.
Ante la adversidad...una sonrisa
Al final nos reímos mucho y hubo hasta sesión de masajista para aminorar las secuelas del deporte de aventura por parte de la que aún tenía fuerza en los brazos, es decir, Noe. Sufrimos un poco pero ahora cada vez que lo contamos nos paramos de reírnos y lo mejor es que para cuando nos dé por repetir, si es que eso ocurre, ya le tenemos el truco cogido.

26 de agosto de 2008 | | 5 comentarios

Fragilidades

La crónica de la era Menorca sirvió para evadirse de lo evidente, de lo trágico cotidiano que planea sobre nuestras cabezas y que nos reaviva por unos instantes la conciencia carpe diem que todos llevamos dentro. Lástima que ésta sea tan voluble y nosotros tan olvidadizos que al minuto siguiente volvemos a caer en el eterno error de darle importancia a lo nimio. Y es que considero que esas insignificancias son una forma de darle entidad al pequeño universo de cada uno, las vidas de los que se han ido también se componían de esas nimiedades y precisamente eso es lo que ahora nos emociona de ellos cuando caen en nuestras manos sus historias comunes.

Y al lado de esa magna sacudida y de los días de testimonios, yo he vuelto a mi lugar. Ando estos días intentando saber cómo dosificar la energía que he recargado en las jornadas de sol y asueto, recolocándome. Quizás incluso me sienta un poco desorientada. Quizás por eso y por otras cosas, llevo un largo rato triste, y eso que entre que he identificado ese agujero en el estómago y me he puesto a escribir he disfrutado de un concierto estupendo y he pasado un buen rato entre compañeros. Pero ya saben, la tristeza, cuando llega, te anega un poco y cuesta bastante achicarla.

Hace unos días tomé una decisión difícil, de esas que una vez tomadas se tienen por inamovibles. Sé que es complicado ponerse en el lugar y ver lo que esa decisión supone y por eso, he esperado largamente la reafirmación de que estoy en lo correcto de alguien que conoce muy bien estas circunstancias. Hoy por fin ha llegado, y no sólo ha ratificado mi decisión, sino que ha aprovechando para animarme con toda su buena intención a ser lo que por ahora no puedo ser.

Un magnífico apoyo y unas palabras preciosas pero por desgracia, sumamente dolorosas. En definitiva, una de esas nimiedades que deberían arrinconarse para dejar paso al optimismo y poder brindarse al carpe diem del que hablábamos, pero que sin poder evitarlo, te recuerdan tu fragilidad y las pequeñas caídas libres que de verdad hacen de tu pequeño universo un lugar realmente habitable.
Si yo pudiera me llevaría la tristeza
De tu cabeza, de tu cabeza...
El blues de la generación perdida - Amaral -

21 de agosto de 2008 | | 2 comentarios

Menorca II: Calas

Hablar de playas en Menorca es hablar de calas, lugares en los que sí se nota la temporada alta, ya que si uno quiere asegurarse un hueco en la arena tiene que madrugar. Casi todas las calas que mantienen su carácter salvaje tienen un acceso complicado, caminos sin asfaltar o carreteras de doble sentido por las que a duras penas cabe un coche. A veces se puede dejar el coche bastante cerca y otras es obligatorio darse una buena caminata. Lo mismo ocurre si se quiere acceder de una cala a otra cercana, por lo que además de las chanclas es imprescindible llevar calzado deportivo en el maletero. El sistema para controlar la afluencia de visitantes se realiza mediante la ocupación del parking de la cala, en cuanto el parking está lleno hay que dar media vuelta y buscar otro lugar donde extender la toalla. El tope máximo de hora de llegada en temporada alta está en torno a las 10 de la mañana.

La isla está rodeada de calas en su totalidad, cada una con su encanto. Constatamos que las que más éxito tienen son las del sur, pero hay calas en el norte que no desmerecen nada. Lo más acertado es elegir las playas en consonancia con la dirección que lleve el viento para asegurar el buen tiempo. Cabe mencionar que hasta este mismo año había que pagar para entrar en algunas calas dado que los propietarios de los caminos que llegan a ellas exigían una tasa por el tránsito de vehículos, pero después de muchos años de lucha se ha conseguido abolir esta injusta medida. Este fue nuestro recorrido:

Cala de Algaiarens: El aterrizaje a las 9 de la mañana nos aseguraba la mañana de playa, pero en previsión de que no tendríamos opción a entrar en ninguna playa del sur, el primer chapuzón en aguas baleares tuvo lugar en la zona norte. Una cala muy bonita y tan sólo un anticipo de lo que estaba por venir.

Santa Galdana: La parte más explotada turísticamente de Menorca. La cala es una maravilla, una concha de aguas muy tranquilas donde es un lujo sumergirse. Lejos del entorno salvaje de la mayoría, Santa Galdana se ha visto invadida por grandes moles de cemento a pie de playa que le restan encanto pero que han de existir en toda ciudad con costa. Más adelante volveríamos a Santa Galdana, pero esta vez como punto de partida para visitar unas cuevas en kayak.


Pregonda: El viento nos jugó una mala pasada la mañana que fuimos a Pregonda. Cuando llegamos a la cala, era imposible aguantar el aire, incluso una embarcación había encallado, así que nos fuimos por donde vinimos, un precioso paraje verde con arenas rojizas que nos hizo sentir muchísima pena por lo que podía haber sido un gran día. A cambio, y en vistas de que a esas horas no podríamos acceder a ninguna otra playa, aprovechamos para hacer turismo por Ciudadela y Mahón.

Macarella y Macarelleta: Las calas más famosas de la isla con bastante razón. El acceso es bastante complicado y existe la posibilidad de dejar el coche en un parking gratuito que está a 20 minutos andando o en un parking a 5 minutos por el que cobran 5€. Macarella es un entrante precioso de aguas color turquesa, pero pronto nos encaminamos a Macarelleta, una pequeña cala anexa a la que hay que llegar por un camino que dura en torno a un cuarto de hora y que en principio estaba calificada como playa nudista. Fuimos para echarle un vistazo pero no pudimos resistirnos a ese entorno paradisíaco y nos quedamos toda la mañana. A continuación está Cala Turqueta que también estaba en nuestro itinerario pero a la que no pudimos ir finalmente. Queda como plan prioritario para la próxima vez que viajemos a la isla.

Mitjana: Tiene dos parkings, ambos gratuitos. Uno junto a la playa y otro a un kilómetro, quien llega antes, se acerca más. La cala es una preciosidad, te brinda la posibilidad de acceder a un acantilado en el que hay unas vistas impresionantes y también se puede acceder mediante un camino a un entrante de mar en el que nos dimos un baño después de sortear algunas piedras sin que tan siquiera nos amilanara la presencia de medusas que toparon con alguna que otra pierna y mano sin llegar a mayores consecuencias.
Volvimos a esta playa de nuevo, pero esta vez, en vez de por tierra, lo hicimos por mar ya que hicimos una ruta en kayak desde la cercana Santa Galdana para ver las cuevas naturales. La ruta fue accidentada como todo deporte que se practica por primera vez y por la presencia de algo de viento. No obstante, y a pesar de que tardamos dos minutos en volcar una embarcación que nos habían asegurado que tenía casi nula posibilidad de vuelco, superamos las adversidades con mucho ánimo, algunas risas (sobre todo de los que pudieron ver la escena) y agujetas al día siguiente.

Cala Tortuga: Enclavada en la Albufera des Grau. Hasta el parque natural se accede a través de una carretera estrecha que llega hasta el final de la isla, donde está situado el faro, pero a partir de ahí, el acceso a las calas es a pie. El paisaje está protegido y es una maravilla y si se elige el camino que va bordeando los acantilados, las vistas son insuperables. Existen varias calas seguidas y nosotras optamos por quedarnos en cala tortuga por una recomendación. Allí pasamos la tarde y aunque Macarella, Macarelleta y Mitjana eran como estar en el paraíso, esta cala, un poquito más larga que las anteriores, me encantó.