9 de diciembre de 2008 | |

La Rioja

Embriagaos dice el poeta y nada mejor que hacer un ejercicio de escapismo hacia tierras de La Rioja, donde se ponen a nuestra disposición los elementos necesarios para que el tiempo se pare y los sentidos se agudicen.

Resumo la escapada: arte y culto al buen yantar. O lo que es lo mismo, productos típicos de la tierra en el plato o reducidos a su mínima expresión: el pincho, acompañados siempre de un vino en cualquiera de sus tipologías: crianza, reserva y gran reserva, según haya sido su proceso de envejecimiento. Y es que los caldos con denominación de origen se configuran como elemento indispensable en la vida riojana, ya sea por la omnipresencia de bodegas en toda la provincia, especialmente en La Rioja alta o por la costumbre típica: el chiquiteo.

No nos hemos perdido nada de lo que nos habíamos marcado en el itinerario. Primero Logroño, donde recorrimos con especial interés su mayor atractivo: la calle laurel, también conocida como senda de los elefantes y fuera de ella también nos dimos algún que otro homenaje gastronómico.

También desafiamos las inclemencias del tiempo, gajes de viajar en diciembre, recorriendo la provincia: los monasterios de Yuso y Suso, cuna de la lengua castellana, Nuestra Señora de Valvanera, maravillosamente emplazado y casi único punto de la comarca sin niebla ese día, Santa María la Real en Nájera, las catedrales de Calahorra, cerrada por obras y Santo Domingo de la Calzada, abierta por casualidad, las bodegas y el Museo del vino de Dinastía Vivanco en Briones y el encantador pueblo de Haro.

Un no parar del que ahora estoy aterrizando. Un cúmulo de momentos que me han inyectado oxígeno suficiente para afrontar la recta final. Unas cuantas copas de vino que me han hecho ver difuminadas algunas cosas y muy claras otras. Unos días con sus noches, en los que transcurre el tiempo de forma diferente según quien te acompañe.

Si deciden dejarse caer, no olviden comentármelo y pedirme una excelente planificación :) y alguna dirección donde darse un banquete digno de dioses.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Merci, te doy las graaaaaaciaaas. Merci, por ser así!!!!!!!!

Mentxu dijo...

Grrrrrrrr...DEVUELVEME MIS TAPACUBOS!

Grine dijo...

Me apunto el viaje y le tomo nota de la planificación, que ir detrás siempre es una ventaja... ¿Qué tal esos pintxos?