23 de junio de 2010 | | 1 comentarios

Una de publicidad...

Lo bueno de este blog que no se sujeta a ningún tema es que se presta a cualquier cosa, publicidad inclusive.

Si tenéis un/a amig@, prim@, vecin@, compañer@ de trabajo, familiar, etc. que vaya a ser mamá o papá y queréis regalarle algo que se salga de lo habitual y que además sea 100% práctico, acordáos de las Tartas de pañales. Es decir, construcciones en forma de tarta o castillos hechos con muchos pañales y adornados con ropa para niños, productos y juguetes.

La idea es que se aprovecha todo, los padres estarán encantados con todos esos pañales que pueden usar y se puede completar con todos los elementos que quieran y los productos de las marcas que más les gusten. Todo se elige.

Aquí va un ejemplo de tarta:

Y aquí un ejemplo de castillo:


Si alguien está interesado en quedar así de bien la próxima vez que tenga que hacer un regalo de este tipo en Madrid y alrededores, que escriba un comentario o me escriba al mail y yo me pongo en contacto con el/ella rauda y veloz para darle detalles. Os aseguro que la relación originalidad-precio está muy bien.

14 de junio de 2010 | | 1 comentarios

El hombre pálido

Este año volví a la Feria del libro y lo hice un día concreto, con una intención concreta: acudir a una caseta para conseguir la firma de un autor.

Lo que puede parecer lo más normal del mundo para cualquier aficionado a la lectura, esta vez tenía una connotación personal. El lector había sido antes alumno y el autor, había sido antes profesor.

Alguna vez he mencionado lo grato que resultó para mí tener un profesor de literatura que me permitió seguir buscando ese algo que sólo tienen algunos libros. Entre el marasmo universitario, recuerdo especialmente a un docente y prueba de ello es que no haya podido reprimir hablar de él en alguna ocasión en este mismo blog.

La suerte hace que este hombre alternara la escritura con la docencia durante algún tiempo con relativo éxito, la mala suerte hace que haya podido encontrarle gracias a sus apariciones en algunos medios con motivo de una obra que está escrita desde la experiencia personal de un enfermo renal que ha convivido desde los 21 años con un riñón trasplantado y que ahora está a la espera de un nuevo trasplante mientras mantiene rutinarias sesiones de diálisis.

Tal y como anunciaba a algunos compañeros de aquellos tiempos, el profesor admirado no me recordaba, aunque tal y como también predije, sí que reconoció a otro alumno suyo que me acompañaba y que tuvo el detalle de regalarme el libro (muchas gracias Ismael). Charlamos un rato de los viejos tiempos de clase, de su estado actual, del libro y me llevé la dedicatoria que tanto deseaba.

Aprovechando que al día siguiente viajaba a Alicante, me llevé como lectura esa joya que se llama Diario del hombre pálido y literalmente lo devoré en tres jornadas de arena. Personal, escrito con un lenguaje espléndido, el diario es una muestra de sinceridad, de honestidad que consigue introducirte en el sentir de un enfermo asombrósamente lúcido con el problema que arrastra y la situación a la que tiene que hacer frente.

Acabé la carrera sin poder decir mucho de mi profesor, la distancia que se establece no da para saber mucho más que la ropa que llevaba ese día o si la clase fue más o menos amena o edificante. Poco sabemos de algunas personas a las que sin embargo, admiramos desde el silencio y desde la invisibilidad de una alumna que, como en mi caso, ni siquiera es recordada.

Ahora sin embargo, sé algo más de Juan Gracia Armendáriz y puedo completar esa idea borrosa con algunos toques entresacados del libro. No saben cuánto me alegro de ello.

4 de junio de 2010 | | 1 comentarios

Hipotecada

Todo se remonta al mes de mayo de 2008, fecha en la me lié la manta a la cabeza y dí la entrada para un piso y firmé un contrato de compraventa.

¿Tenía trabajo fijo? No.
¿Sabía con seguridad que iba a poder pagar la hipoteca? Tampoco.
¿En caso de aprobar las oposiciones sabía dónde podía recaer mi plaza? Nada de nada.

Por todo eso, hoy me pregunto cómo me aventuré y además, con tanta seguridad...pero el caso es que así fue, me dio por pensar que era hora de empezar a pensar en el futuro, que era una buena inversión y que siempre que mi futuro laboral estuviera en Madrid, no iba a tener problemas de localización y aquí estamos. Hoy ya soy propietaria de aquel piso en un barrio completamente nuevo al lado del aeropuerto y además, con un punto de frikismo: soy vecina de Belén Esteban, que no es cualquier cosa ;)


Tenía razón una amiga mía que cuando me vio agobiada con tanto número, tanto impuesto y tanta minuta, me dijo que todo cambiaría cuando pusieran las llaves en mi mano y así ha sido. De pronto te aflora el sentimiento de propiedad y más cuando comienzas a enseñarlo y tienes que empezar a planificar con qué lo llenarás (el cómo ya es otro asunto).

Hoy también podría hablar del tema de la sangría de los bancos, del chorreo constante de dinero que va a parar a mil y un sujetos visibles e invisibles que participan en el proceso de compraventa y un notario afín al Régimen (sí, ese Régimen), pero eso estropearía el momento y por suerte, ya está hecho: Ya soy propietaria (o lo seré, según se mire, en 2040).