29 de septiembre de 2008 | |

Opositores incautos

Fraude, tomadura de pelo...llámenlo como quieran, con tal de que su denominación se ajuste a la siguiente definición: acción realizada por república bananera a escala local mediante procesos de selección de dudosa limpieza y/o claridad.

Comenzando por la pésima organización, pasando por el escandaloso y desproporcionado concurso y finalizando en un tribunal más propio de Mira quién baila, he asistido a uno de esos procesos ceñidos a la vieja idea de las plazas dadas y la España del pucherazo.

Ayuntamiento...¿está usted obligado a hacer público por ley un proceso selectivo donde las plazas ya tenían nombre y apellidos? ¡No hay problema!, se elaboran unas bases con una buena dosis de manga ancha donde no se concreten tiempos, ni programas a utilizar, ni puntuaciones, se asigna un concurso para que el pobre incauto que lo intente sin haber pisado el excelentísimo término municipal no aspire a plaza ni aunque saque un 10 y se deja bien abierto el texto a cualquier interpretación...¡éxito garantizado!

En fin...con cosas así, uno ya no sabe si lo que siente es rabia por ver qué mal se hacen las cosas o envidia por que no ser el afortunado al que le ponen la plaza en bandeja de plata.

2 comentarios:

Grine dijo...

Bueno, todos hemos pasado por procesos más o menos dudosos (o escandalosamente fraudulentos) alguna vez, pero soy la prueba viviente de que no hace falta tener padrino para conseguir una plaza en la administración. Con voluntad, trabajo y esfuerzo se consigue la meta y usted ya tiene casi todo el camino andado, le queda el último empujón. No se desanime :*

Mentxu dijo...

Pues sí, bien es cierto que tengo ejemplos para ambos casos: procesos sumamente limpios y procesos pésimamente manipulados.
En fin...habrá que entonar que "no se me había perdido nada en aquel lugar" y que lo que importa ahora es seguir con lo que estábamos, que es lo que de verdad nos interesa.
Gracias por enésima vez por los ánimos.