31 de diciembre de 2009 | | 1 comentarios

Añada 2009

Antes de escribir este post - último del año - he releído el del año pasado. Más o menos recordaba lo que decía, pero me ha gustado hacer memoria, por aquello de no perder la perspectiva, el qué pensaba yo de lo que estaba por venir.

Ante un 2008 regulero - que no malo - 2009 parecía prometedor...y lo ha sido, porque un deseo, y he ahí la importancia de un solo deseo, me ha reportado una gran cantidad de felicidad. Cada cual tiene sus cuotas de felicidad repartidas de la manera que quiere y en mi balanza, esa estabilidad laboral que tanto ansiaba, ocupaba un hueco enorme. Ahí está, conseguida, lograda, alcanzada. Hoy me siento recompensada y libre. Y para los que no logren asociar estas palabras con el verbo trabajar, les digo, que sí, que es así.

Otra obviedad que ha hecho de este año, un buen año ha sido que - salvo algún susto puntual - tuvimos meses tranquilos, sin hospitales y que desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre he tenido a alguien a mi lado que sigue teniendo la capacidad de apoyo, aguante y todo aquello que viene a componer una relación. Con él he paseado Valladolid, Galicia, Santander, Burgos, Segovia...y con él están pensados muchos proyectos a corto, medio y largo plazo.

Los momentos de gloria han seguido estando protagonizados por los de siempre, y eso es una de esas cosas fundamentales que hace a los años malos, superables y a los buenos, inmejorables. Con ellos me veo pasando un calor horrible en el sur de Portugal, tomando cañas por León, disfrutando de un Dublín sin lluvia, inaugurando casas...el gran hobby de este año y por lo que veo, el del año que viene.

Brindo por lo que será hecho remarcable del año que viene: hipoteca, entrega de piso e independencia. El resto lo debe poner la suerte...y el destino.
¡Feliz año 2010 a todos!

27 de diciembre de 2009 | | 0 comentarios

Cuento de navidad

Gente, gente y gente.
Madrid, un hervidero navideño imposible de atravesar sin mirar al suelo a cada paso, sin dejar de agarrar el bolso por si las moscas. Un gorro de Papá Noel, unas orejas de reno, unas pestañas a lo drag queen...la Plaza Mayor atestada de pelucas barriobajeras.
- Ni se os ocurra ir al Mercado de San Miguel -
- Bueno, pues tiraremos hacia la Cava Baja -
El Madrid intenso de las horas del aperitivo se extiende hoy más allá de las 4 de la tarde. Vermut de grifo, queso manchego en Casa Paco, huevos rotos en la taberna de Lucio, ni fritos ni cocidos, casi sin hacer, con patatas y jamón.
- Chicas, otra ronda, que yo creo que con esto sólo no hemos comido -
Se va apagando el sol que daba razón de ser a las terrazas, que haberlas haylas en pleno diciembre. Se afila el frío, se estrenan las manoplas, se agarra el brazo del que esté más cerca para protegerse. Un café y tartas que no se sabe si son postre o merienda. Son ya las 6 de la tarde y hay quien descubre la nueva ubicación del Oso y el Madroño.
- ¿Os acordáis cuando se tardaba una hora en llegar a Sol?
- Hoy en Madrid, todos los décimos acababan en trece.

20 de diciembre de 2009 | | 3 comentarios

El espíritu

Un padre abrazado a una hija que no podía reprimir las lágrimas. Una pareja -nórdica ella, español él- con un niño pequeño, al que corrían a abrazar sus abuelos. Una pareja que se abrazaba con una fuerza que sólo puede acumularse durante meses. Otra pareja que esperaba con una rosa en la mano. Unas mujeres que esperaban con un globo con las palabras Welcome Home. Una familia al completo y unas amigas que se repartían las letras de la palabra Bienvenida.
La sala de espera de un aeropuerto es un hervidero de reencuentros. Alguien siempre vuelve a casa, regresa al trabajo o empieza de cero en un nuevo lugar. No soy muy navideña, pero si en algún lado está el espíritu de estas fechas, ese lugar era la T4 de Barajas esta misma tarde. Sin consumismo exarcebado, sin regalos, sin luces: simplemente miradas y abrazos de quien lleva mucho tiempo sin verse y vuelve a casa...por navidad.

15 de diciembre de 2009 | | 0 comentarios

Artes mayores y menores

Mi trabajo actual es burocracia con mayúsculas, procedimiento administrativo puro y duro y un sinfín de formalidades que llevan nombre, firma y sello para ser válidas en este ámbito cuadriculado por necesidad que es la Administración Pública.

Según lo pienso, mi trabajo tiene sus artes mayores, a saber: los edictos y el cementerio. Los primeros se han ganado el título por ser una parte importante de mi tiempo, lo segundo me ha hecho cambiar las lentillas por una lupa para que no se me escape un detalle...creo que nunca había sentido una responsabilidad tan grande hacia algo que estuviera en mis manos. Ahora ya tengo cierta sensación de saber por dónde me ando, pero los primeros días fueron terribles.

Siempre digo lo mismo...un aprensivo lo pasaría mal. Yo no lo soy, pero reconozco que el tema me saturaba los primeros días. El vocabulario fúnebre es de todo menos divertido, igual que lo que ocurre en torno al cementerio, nada especialmente chistoso. Pero hoy ya se ha convertido en un procedimiento y además, me he dado cuenta del dineral que mueve un tema tan presente en la vida del que sin embargo, nadie quiere oír hablar. Y es que...ojito con la de situaciones que se pueden ver desde la mesa de un despacho en relación a los fallecidos que nadie quiere, que nadie paga para mantener donde están, o que los allegados no se ponen de acuerdo sobre qué hacer con ellos.

Me contaban el otro día algunos compañeros nuevos en una comida prenavideña que estando en el puesto de trabajo, habían visto como alguien se les ponía a llorar. Había ocurrido en Hacienda y Urbanismo y me parecía sumamente curioso, porque si lo piensan, sería más lógico que ocurriera en mi sección y por lo contrario, eso todavía no me ha ocurrido, aunque no es descabellado que cualquier día ocurra.

Al revés, en mi puesto de trabajo he visto a más de una pareja besándose mientras acabo el trámite, sin pudor, allí ¡en mitad del Ayuntamiento! No es broma, es que una de mis artes menores es el registro de parejas de hecho, que aunque sea un trámite de lo más soso y sencillo, resulta muy gracioso ver como muchos, sobre todo los más jóvenes, no pueden evitar la sensación de pensar que se están casando o algo así y sienten el ímpetu de besarse antes de levantarse de la silla.

En fin...cualquier día me salgo del traje de funcionaria gris y me arranco con un poemilla benedittiano, un "puedes besar a la pareja de hecho" y un puñadito de arroz. Aunque hay quien es más práctico, como mi compañero de al lado y me aconseja que cambie todo eso por un "os deseo que duréis más de una semana".

11 de diciembre de 2009 | | 5 comentarios

Perdidos

Creí que esperaría al final para escribir sobre esto...pero no puedo resistirme a caer en la tentación cuando ya he visto la promo de la serie Lost, que comenzará su última temporada en enero.

Reconozco que no me atrae la ciencia ficción, que no tengo ni puñetera idea del género y que huyo de todas las películas, series, cómics que huelan a ello...pero Lost es distinto y es más, tiene un significado especial para mí.

Me remonto al verano de 2007, horrible verano donde los haya, en el que me autoflagelé con un encierro que ya quisiera Juana la Loca...maratonianas jornadas de estudio desde las 6 de la mañana, con la familia en la otra punta de España retozando en la playa, un estado psicológico muy poco recomendable para el estudio y encima, trabajando por las tardes...en tres meses salí un sólo día en agosto...con eso lo digo todo. Si no era el infierno, estaba bastante cerca...y no exagero
Bueno...y cuál es el fin de toda esta explicación...pues que Lost era mi tabla de salvación. Por aquel entonces yo sólo había visto una serie completa que había marcado un antes y un después: A dos metros bajo tierra, y cuando llegó ese verano en el que la soledad lo fagocitó todo, yo sabía que necesitaba algo que me recompensara al final del día...algo que cuando sonara el despertador a las 6 (los domingos hacía una excepción y me levantaba a las 8), me hiciera tener ganas de comenzar el día.

La clave fue Lost. Una serie que empecé a ver sin ninguna confianza, pero que acabó siendo un descubrimiento. Una ficción con un punto de fantasía, unos personajes sumamente atractivos, una trama que se va complicando y en la que cualquier cosa vale y que por tanto, hay que creerse a pies juntillas para disfrutarla. Te engancha y te apasiona...¿qué más se le puede pedir a la televisión hoy en día?

Seguramente en el futuro se hablará de Lost como la gran serie de principios del siglo XXI, lo cual es un gran mérito sabiendo que la industria televisiva fabrica programas de ficción como churros. Seguramente yo no vuelva a ver una serie que volvería a ver desde el capítulo 1 sin dudarlo...seguiré intentando que Uri se vea arrastrado por el fenómeno para hacerlo de nuevo...tarea difícil pero no imposible...tiempo al tiempo.

En fin...Lost empezará y como no, acabará, esta vez de forma definitiva, con un último capítulo que se estrenará de forma simultánea en los cines de todo el mundo...un final digno para una serie inmejorable. Esperemos que la última temporada esté a la altura.

7 de diciembre de 2009 | | 2 comentarios

El día tonto de la semana

...ese día es hoy, lunes de puente sin puente, sin compañeros a la vista y con las ganas de trabajar a medio gas. Dos horas, quedan dos horas para volver a reengancharse al día de fiesta, toca limpiar...mi casa no, nuestra casa tampoco, que ayer pasé por delante y sólo le falta el cartel de próxima inauguración...sino la otra, la de él, digo...la nuestra, que hay que ir acostumbrándose. Cosas de emprender por separado y encontrarse en el camino, hacerse mayor, pensar en el futuro, darle vueltas a la economía, contar, recontar, romper la hucha, pensar en Ikea y en qué comemos mañana.

...pero también, qué bonito estaba el Templo de Debod el viernes y cómo me gusta la opción de escena nocturna de mi cámara. Qué discusiones más tontas se nos ocurren a veces y que mal se duerme cuando se te resbala de entre las manos la puerta del coche. Y las luces de Madrid apagadas, también a medio gas, como yo, como estas ganas de que llegue el momento de no volver hasta 2010.

...y los quebraderos de cabeza que da estudiar a distancia y no saltarse las hierbas por si acaso, de una vez, se obrase el milagro...

3 de diciembre de 2009 | | 4 comentarios

Dobles raseros

Basta ya. En serio.
No puede ser verdad que el mismo sector que pone el grito en el cielo porque se van a retirar los crucifijos de las escuelas sin atender en ningún momento que estamos en un estado aconfesional y que como tal, no se le puede imponer a nadie que en su aula haya un símbolo de una religión que hoy, a diferencia de la España preconstitucional, no todo el mundo profesa; Que los mismos que amenazan con excomulgar a aquellos que hagan público su apoyo al aborto libre, se permitan el lujo de admitir que uno de sus obispos oficie una misa en la que se exhiben símbolos franquistas.
Que yo sepa, una cosa es profesar una religión, tener unos valores morales distintos, incluso realizar un acto ideológico que se puede compartir o no como es este caso y otra muy diferente es que el clero se permita el lujo de remontarse a tiempos preconstitucionales, saltándose a la torera la norma suprema que nos hace a todos iguales, y no saber que eso es inadmisible, ante sus fieles y ante el resto de ciudadanos.
Qué vergüenza.

29 de noviembre de 2009 | | 5 comentarios

Chamanes

Como todo el mundo que tiene alguna vez síntomas de una enfermedad, siempre he ido al médico de cabecera y de éste, a las pertinentes especialidades. Por lo general, no me automedico, no dejo pasar el tiempo a ver si se cura solo y por lo general, hago bastante caso a los tratamientos. Mi última ronda por centros médicos ha sido a raíz de una dermatitis que desde hace dos años, me trae por la calle de la amargura: picores, ronchas, heridas y un tratamiento a base de antihistamínicos y cortisona para cuando el brote ya me cubre el cuerpo. Insoportable, de verdad. Lo curioso de todo esto, es que es raro que cosas así surjan con 27 años y cuando no has tenido ni un sólo problema en la piel. Así pues, nos sumamos a las desagradables casualidades de la vida.
Lo normal en estos casos es aguantar...hasta que la cosa ya torna a ser insufrible y lo peor: se acaban las pruebas y te dan el alta sin que el problema se haya solucionado y con la idea de que tienes que ir aceptando que es crónico y además, de origen nervioso, que no es más que el origen de todo aquello que no se sabe de dónde viene y que hay que darle una explicación. Yo creo que ése es el punto en el que empiezas a comprender por qué hay gente que se agarra a un clavo ardiendo, por qué la gente acude a curanderos, naturalistas, chamanes...a pesar de que el resto piense que son una pérdida de tiempo.

Pues bien. Aquí estoy yo, con mi problema de dermatitis nerviosa agarrándome a ese clavo ardiendo y acudiendo a un señor famoso en Soria porque cura todo tipo de patologías, especialmente eficaz con la curación de anginas mediante medicina tradicional y hierbas varias. No es un santo, pero casi.

Así pues, ayer sábado nos pegamos un madrugón antológico para llegar al Soria a la consulta de este señor a las 11 de la mañana. Típica casa particular de una planta, con una habitación dedicada a la consulta, y un par de habitaciones dispuestas como salas de estar. Cuando entras, el señor no te mira ni una sola roncha, sino que te hace algunas preguntas, te mira con una especie de linterna la uña del dedo meñique (procedimiento curiosísimo) y te da un tratamiento. En mi caso: 7 plantas distintas de las que tengo que hacerme una infusión y bebérmela dos veces al día.

Se supone que voy a tener un brote fuerte y que después mejoraré...porque según el señor quiromasajista -botánico, se trata de que todo lo que tengo dentro salga fuera. Todo esto a cambio de 30€ por la consulta y 15€ la factura en el herbolario. Si sale bien, los 45€ mejor invertidos de mi vida, si no, pues 45€ gastados en un día en el que hice muchas cosas más y en el que me lo pasé muy bien visitando pueblos de España.

Hoy, día 1 de las infusiones, acredito que sigo igual de mal que siempre y que a pesar de tener mis reservas, voy a seguir el tratamiento a rajatabla...Al fin y al cabo, la verdad es que mal no me va a hacer y seguiré dando cuentas de la evolución en futuros post.

17 de noviembre de 2009 | | 4 comentarios

Dublín

No tengo perdón, ni siquiera una buena excusa para tener el blog tan abandonado...tanto que ni siquiera he comentado que me iba a Dublín este fin de semana pasado y eso que no puedo evitar dejarme llevar por la emoción de preparar un viaje...pero es que esta vez, ni eso. No preparé nada de nada. Ni itinerarios, ni guías, ni búsquedas en Internet...y es que parece que mis horas de dispersión en el trabajo se han esfumado y ando bastante ocupada en organizarme el grado en la UNED, que ya no es que esté invirtiendo tiempo en estudiar, sino que lo estoy intentando saber cómo funciona la universidad a distancia, a qué temarios me enfrento y qué asignaturas me voy a dejar desde ya para septiembre...un panorama un poco caótico.

Pero bueno, lo importante es que este fin de semana largo lo he pasado en Dublín. La excusa fue un billete baratísimo (Ryanair de nuevo) y que Noelia anda por Galway esta temporada. Así que allá nos fuimos para verla y conocer una ciudad mil veces nombrada, con un encanto difícilmente explicable.

Dublin no tiene una monumentalidad espectacular, más bien es una ciudad abarcable que hay que patear mientras se escucha atentamente su intensa historia. Hay que cruzar sus puentes, andar por las calles en busca de los edificios emblemáticos, adentrarse en sus preciosas y elegantes zonas comerciales y tomar parte de la vida social en los pubs, verdadero corazón irlandés junto con las iglesias.

Tuvimos la suerte de elegir un alojamiento más que asequible en pleno O'Connell bridge, por lo que hemos cruzado los puentes del Río Liffey, el mismo que acercaba los toneles de cerveza Guinnes hacia el mar durante siglos, un millón de veces. Temple bar es el corazón cultural de la ciudad, una calle llena de pubs donde tiene cabida todo un símbolo irlandés: la Guinness, las referencias a U2 y la música en vivo que siempre suena tan bien, aunque no te sepas ni una, al final siempre acabas tarareando el estribillo.
El itinerario fue bastante sencillo pero intenso. El viernes llegamos por la noche y nos fuimos a dar una primera vuelta de reconocimiento por Temple bar. El sábado lo dedicamos a hacer una ruta guiada de 4 horas de duración llevada a cabo por una iniciativa llamada Sansemans New Europe (apunten el enlace porque merece la pena tenerlo a mano) que se dedica a hacer tour guiados de forma gratuita (aunque realmente trabajan por la voluntad) por varias ciudades de Europa, entre ellas Dublín. El guía fue un uruguayo que hablaba por los codos y que sentía pasión por la historia...la mejor ruta guiada que he hecho y la más larga: el Ayuntamiento (punto de partida), el castillo de Dublín, Chrish Church, el antiguo asentamiento vikingo más grande de Europa (ahora bajo el hormigón de un edificio institucional, así que no somos los únicos que tenemos malos políticos), Temple bar, el puente Liffey, O'Connell Street y el Spyre, Trinity College, la Biblioteca y el Museo Nacional y St. Stephen's Green Park.
El sábado por la tarde acabamos callejeando por la ciudad, por Temple bar y finalmente, a refugio en un Starbucks...El tiempo nos respetó el viaje, apenas sacamos el paraguas, pero en cuanto caía la noche en torno a las 4.30 de la tarde, el frío se hacía notar.
El domingo nos fuimos de excursión al condado que está debajo de Dublín: Wicklow, para visitar las montañas y los lagos y ver el pueblo de Glendalough. Los paisajes eran un preciosidad (también lo llaman el jardín de Irlanda) y el guía no calló en toda la excursión. A la vuelta estuvimos paseando por Grafton Street, la zona comercial, hasta llegar a la estatua de la famosa Molly Malone.. Esa misma tarde Noelia debía coger su autobús a Galway, así que volvimos a despedirnos hasta su vuelta en diciembre y nos fuimos a cenar y a beber pintas a su salud.
El lunes regresábamos por la tarde, así que madrugamos y nos dimos un paseíto para visitar la fábrica Guinness, que está a media hora del centro. El edificio con forma de pinta gigante ofrece todo un paseo por este símbolo nacional y al final de la visita te invitan a una pinta en el Gravity bar, con vistas de 360 grados sobre la ciudad de Dublín. Ese día comimos, recogimos las cosas y nos dirigimos al aeropuerto con alguna dificultad a la hora de coger el autobús ya que nos tocó el único irlandés antipático que nos cruzamos durante los tres días, el resto, gente amabilísima.
Así pues, otro objetivo cumplido y al que volvería sin dudarlo a pesar de la mala comida, porque la verdad es que comer medianamente sano en Dublín es una misión bastante complicada. Menos mal que el desayuno era más o menos básico y podíamos tirar de energía a primera hora a pesar del aguachirri que toman por café. Eso sí, pudimos probar un par de tartas que estaban de impresión.
Así que supongo que si el precio de los vuelos se mantiene, Dublín volverá a ser visitado más adelante. Merece la pena.

7 de noviembre de 2009 | | 0 comentarios

Facebook de nuevo

Casualidades de la vida. El otro día una conocida web de venta de entradas regalaba entradas dobles para un musical a través de facebook. Veloz ante el reclamo de lo gratis, me avalancé sobre la oportunidad sin darme cuenta del pequeñísimo detalle de que el musical se estrenaba en Barcelona. Inevitablemente, como suele suceder en estas situaciones absurdas, las entradas me tocaron, así que me ví ganadora de dos entradas para un musical que se estrenaba dos días después, a 600 kilómetros de casa...casi nada.


Entonces decidí que tenía que darle una finalidad al regalo, por lo que contacté mediante facebook con unos conocidos residentes en Barcelona a los que conocí en su día a través de Frikitecaris, que tampoco podían ir al estreno, pero que a su vez, lanzaron por dicha red social el reclamo de que yo disponía de dos entradas gratis para ver el musical.


A raíz de eso, alguien solicitó las entradas para ir con su hija. Nos presentaron virtualmente y después nos pusimos en contacto mediante facebook, claro está. Yo empecé a gestionar que las entradas fueran a su nombre, nos íbamos contando las novedades a través de nuestros respectivos walls, hasta que reparé en el pequeño detalle de que la mujer con la que me estaba intercambiando comentarios tenía un nombre que me resultaba familiar y que además, en su muro constaba una página web. Pardiez! estaba regalándole las entradas a Susana Vallejo, escritora de juvenil y autora de Porta Coeli, una saga de libros de fantasía que han pasado una y mil veces por mis manos en el mostrador de la biblioteca.

En fin...diremos que Facebook es una chorrada, que no tiene finalidad, que tal y que cual...pero la realidad es que en este caso, una persona consiguió entradas gratis para ver un musical con su hija (y lo pasaron en grande) y que yo tuve mi pequeño momento de gloria al conocer a una escritora de éxito.

31 de octubre de 2009 | | 4 comentarios

Enajenaciones mentales

Está claro que no se puede decir de este agua no beberé, porque si alguna vez juré o perjuré que no iba a tocar un libro cuando todo acabara, he tardado bastante poco en desdecirme.
Cinco meses, eso es lo que he tardado en cansarme de no tener apuntes sobre la mesa, y es que al principio dije que a la vuelta del verano empezaría a estudiar algo, luego dije que no, que necesitaba un año sabático, la idea me seguía rondando e intenté olvidarme buscando alternativas como la de estudiar inglés, volví a las andadas de nuevo, volví a decir que no, que necesitaba mi tiempo de libertad y dispersión...y finalmente he caído, me he matriculado en la UNED sin estar muy segura de si lo que estoy haciendo es una locura o un acierto...así son las cosas.
Lo hago un poco por afán de conocimientos y progresión. Cuando acabé el instituto, una serie de circunstancias me llevaron a elegir unos estudios, pasado el tiempo, mi trayectoria laboral me ha llevado hacia otros derroteros que no me disgustan, pero para los que los estudios que elegí no resultan muy completos. Así pues, he decidido que voy a estudiar lo que me apetece en este momento y lo que creo que me va a servir en el futuro de forma casi segura. Es decir, voy a elegir en consecuencia a lo que ya tengo y no sobre la hipotética idea de lo que en el futuro va a tener más salidas o me va a gustar más, que es lo que se hace cuando acabamos el bachillerato.
No quiero decir que me arrepienta de mis estudios, para nada. De hecho, si estoy aquí ahora es por ellos e independientemente de la calidad de la docencia en algunas universidad españolas, me han aportado un poso de conocimiento bastante importante y en primera instancia, disfruté mucho los contenidos...pero la vida da vueltas y ahora me apetece aprender otras cosas.
Así pues, estos días empezaré a hacerme con la metodología de estudio a distancia y empezaré a darle caña porque me he matriculado en el último momento, las clases ya se han empezado y los primeros exámenes serán a finales de enero. No tengo tiempo que perder y de paso, tampoco tengo nada que perder, si puedo llevar las cosas al día, dedicarle tiempo y examinarme, bien y si veo que la cosa no avanza o que no es compatible con mi vida actual, pues lo habremos intentado.
Así pues, me sumerjo de lleno en el Plan Bolonia y en un Grado de cuatro años en Ciencias Políticas y de la Administración. Ya les contaré si la experiencia es gratificante.

27 de octubre de 2009 | | 0 comentarios

Una de poesía

El paso a la jornada de mañana ha tenido sus efectos inmediatos y ya he vuelto a incorporarme al taller de poesía al que empecé a ir por allá por 2006 y que dejé a mediados del curso pasado. Tenía ganas, ya que el año pasado lo abandoné progresivamente debido a que mi turno de trabajo se solapaba y siempre llegaba a mitad del taller y porque llegó un momento álgido en la oposición en el que mis fuerzas no daban para prestarle atención a un tema que a mi entender, debe ser placentero y entretenido y no una obligación.

Cuando llegué al taller hace tres años, éste tenía un enfoque creativo y me vino muy bien para varias cosas: una, salir del armario poético, dos, deshacerme de la rima y otros vicios, tres, quitarme la vergüenza de leer ante el público y cuatro, adquirir una rutina para escribir.

La idea inicial del taller se ha ido bifurcando y donde había uno, ahora hay dos: un taller con enfoque creativo que lleva Óscar Martín Centeno y otro que se dedica a la parte teórica que lleva Guadalupe Grande. Este curso me he decantado por éste último, dado que ha llegado un punto en el que me apetece más escribir por mi cuenta y emplear mis propios recursos creativos, pero por otra parte, necesito más conocimientos sobre corrientes y autores para tener un poso de conocimiento que a veces echo en falta.

Donde sí convergen ambos talleres es en las actividades que se llevan a cabo en el Centro de Estudios de la Poesía y que este curso comienzan con un recital que gira en torno a la figura de Pepe Hierro y a su relación con la música.

Así pues, mañana estaremos en la Biblioteca Central enrevesando versos de Hierro con versos nuestros. En mi caso, he elegido el fragmento I del poema Adagio para Franz Schubert y a continuación leeré uno mío inspirado en los últimos versos del fragmento que, como es costumbre en mí, no tiene título. El resto de compañeros harán lo mismo con cosas suyas y como siempre, el nivel está bastante alto.

Al ser en la Biblioteca Central tengo el añadido de que habrá público que me conozca, pero que desconozca esta faceta mía, así que espero que no me fallen los nervios ni me tiemble la voz y no acelerarme demasiado para no estropear la puesta en escena que seguro que quedará estupenda.

19 de octubre de 2009 | | 2 comentarios

París vs. N.Y.

Sacando provecho de promociones anticrisis, el domingo estuve en el cine viendo por 4,50€, un precio bien razonable, una película de esas que se salen de lo habitual y que sin ser segunda parte de ninguna, sí que tiene un precedente. Se trata de New York, I love you, una peli compuesta por cortos de diferentes directores unidos por un nexo común: todas están ambientadas en la metrópoli neoyorquina.


N.Y. I love you auna en una misma peli la comedia y el drama, los encuentros y desencuentros en los taxis, las esquinas de Chinatown, los hoteles de lujo, las religiones minoritarias, la mezcla interracial, Central Park y el skyline igual que lo hacía Paris, Je t'aime con Montmartre, la Plaza Vendome, la torre Eiffel, los cafés y el Sena...Dos películas con una misma idea inicial y un resultado absolutamente diferente...Paris je t'aime era en todo su metraje, glamour, elegancia y arte mientras que N.Y. I love retrata una ciudad gigantesca, abrumadoramente vertical e inabarcable.

Yo, que no conozco ninguna de las dos ciudades a las que deseo fervientemente ir (con el aliciente poquísimamente explotado de poder ir acompañada por un homme qui parle couramment le français) recomiendo ambas pelis a quien quiera dejarse arrastrar por la finura de Paris y por la vorágine de Nueva York, aunque haya que conformarse, por ahora, con lo que dé de si la imaginación en una sala de cine.
No esperen ver una gran obra maestra, por que aunque el elenco de actores que participa en ellas es notable (Orlando Bloom, Christina Ricci, Natalie Portman, Juliette Binoche), lo cierto es que hay historias mejores e historias peores y no todas son brillantes. En definitiva, no todos los cortos son excelentes, pero en conjunto, logran dar con algo diferente que te hace pasar un par de horas amenas.

15 de octubre de 2009 | | 2 comentarios

Metidos en harina

Semana de cambios drásticos: cambio de horario, de lugar de trabajo, de funciones...y sin sacar la cabeza de los montones de papeles y expedientes que he tenido sobre la mesa, salvo para desayunar, entiéndase que el desayuno es sagrado.

Pues sí, hay un mundo más allá de las bibliotecas, un gran universo burocrático, donde no paran de sonar los teléfonos, la gente se llama a voces de un despacho a otro y ¡oh! esto es lo mejor, tengo una mesa propia que para satisfacción mía, no es un mostrador.

He pasado de decir que trabajo en una biblioteca con la consecuente cara de vaya ¿y eso te gusta?...a decir que trabajo en Asuntos generales, que es como muy misterioso y queda así como que no se sabe muy bien lo que haces. Hay quien se atreve entonces a preguntarme en qué consisten tales Asuntos generales (qué descaro) y yo cuento que llevo los edictos, las uniones de hecho, las familias numerosas, las elecciones (cuando lleguen) y atención, el punto freak del tema: el cementerio.

Habrá por ahí quien piense que si lo que quería eran usuarios silenciosos, he tenido la suerte de mi vida. Hombre...por fortuna no hablo con ellos, sino con los familiares y allegados que aún pueden venir al ayuntamiento a hacer los trámites, con ellos y con los chicos del cementerio que de vez en cuando se pasan por mi pecera, que son la mar de majos y para nada tienen pinta de enterradores.

Pero no se crean que es tan fácil desvincularse, la morriña me ha invadido en algunas ocasiones, pero en general, estoy contenta con el cambio y sobre todo con mi elección, creo que no me he equivocado y ése era, sin duda, mi mayor temor. De todas formas, lo que más añoro, que son algunas compañeras, están ahí para compartir cualquier desayuno (otra vez la palabra).

Así que ahora disfruto las mieles del turno de mañana y de las larguísimas tardes (en comparación con las cortísimas mañanas) ociosas. Ahora por fin tengo esa mesa que puedo decorar con las artilugios "indispensables" que me regalaron con el aprobado aquellos malpensados que piensan que los funcionarios no trabajamos.

8 de octubre de 2009 | | 5 comentarios

Vivir (y tener un blog) para contarlo

Puede ser un tópico decir que la felicidad está compuesta de pequeños momentos inolvidables, pero indudablemente, así es. Cuando las cosas se ponen chungas, suele ser útil aferrarse a la felicidad que se ha conocido, pero más útil es visualizarse alcanzándola de nuevo. Todo esto que parece sacado de cualquier volumen de la estantería 159 de la biblioteca, es la premisa esencial para no cejar en un empeño, sea cual sea el objetivo perseguido.

Después de vivir encerrada en un paréntesis durante bastante tiempo, hoy puedo decir que si hubo un momento - un sólo momento - en el que no me pesaron las horas dedicadas, las cosas a las que renuncié y el sufrimiento puntual, ese momento fue la toma de posesión de mi plaza como funcionaria de carrera.

Treinta y tres personas hemos tomado el relevo en el ayuntamiento. La estadística habla por sí sola: 29 mujeres y 4 hombres en un acto bastante ameno: palabras de la Concejala para empezar, juramento o promesa sobre la Constitución uno por uno, firma del acta (todos decíamos que la rúbrica fue un garabato producido por el temblor de la mano), aplausos varios y cierre con un discurso muy acertado y elogioso del Alcalde.

En el "patio de butacas" del salón de actos estuvo una parte muy representativa de mi vida: mis padres y mi hermana, mi chico, un gran amigo y compañeros de mi etapa en festejos y en la biblioteca. No era para menos que yo estuviera requetefeliz de la vida, porque a pesar de ser un momento de gran satisfacción individual, lo que lo hace tremendamente feliz es sentirte acompañado.

Hoy afirmo que ése fue el día más feliz de mi vida hasta la fecha. Espero que haya unos cuantos más.

Algo borrosa pero testimonial.


Tercera por la derecha en la fila inferior

2 de octubre de 2009 | | 4 comentarios

Adiós con el corazón

No sé qué echaré de menos, tendría que hacer inventario. Ójala tuviera la memoria de Rafael Reig, que se acuerda de los libros que ha leído cada verano desde los 15, o la de aquellos que pueden presumir de recordar todos los resultados de las ligas de fútbol desde el año 90. Me gustaría que fuera así para no olvidarme de algunas caras, de algunas situaciones, en definitiva, de la sensación que se tiene tras un mostrador, de cara a todo aquel que viene a entretener a los niños, que tiene prisa porque dejó el coche en doble fila o que trae la carcasa vacía porque olvidó sacar el disco del DVD después de ver la película.

Allá se van a quedar las risas flojas porque tienen tres meses de sanción, las mujeres que hacen acopio de revistas de labores y el hombre que no ha escrito nunca un e-mail. Allá también van a quedar los malos modos y la falta de cortesía, el desorden y la mala costumbre por la que casi nadie dice hola y mucho menos hasta luego y gracias. Por quedar, va a quedar hasta una fórmula científica, la que dice que la velocidad de huida del usuario escaleras abajo es directamente proporcional al tiempo de retraso en los préstamos.

Sobre ese mostrador he soñado despierta, me ha pasado un larguísimo proceso de oposición por encima y he recibido buenas y malas noticias mientras los usuarios iban y venían con sus preguntas. Me he asombrado de la capacidad que se puede llegar a desarrollar para saber cuál es el título de una película o de un libro con datos absolutamente mínimos y ya sé que se puede estimar u odiar a una persona con tan sólo tratarla un par de veces y sin saber ni siquiera su nombre. Así de sencillo.

Ahora siento la necesidad de trabajar de puertas para adentro. Había olvidado los nervios de tener un trabajo nuevo y de no dominar la situación y es que creo que ahora voy a echar en falta la sensación de estar abajo pero con los conocimientos suficientes como para entender qué hacen los de arriba, tener muy claro en lo que soy experta y de lo que puedo hablar. Pero entiendo que la vida es esto: cambio y a veces también es algo más, es borrón y cuenta nueva.

Sé que parto de cero, pero lo hago con mucha ilusión en hacer una buena elección y en aprender cosas nuevas. El tiempo dirá. Lo importante es, como dice Antonio Muñoz Molina, encontrar tu sitio y sobre todo, ser feliz.

En plena faena ordenadora

El equipo

Bye Bye mostrador

30 de septiembre de 2009 | | 1 comentarios

Cosas

Vivo en una de las calles más grandes de mi localidad. La ventana de mi habitación, situada en un primer piso, tiene vistas a esa calle por la que transita a diario un montón de gente. Esta mañana cuando me he despertado y he subido la persiana como cada día, mi primera visión ha sido ver pasar a un usuario de la biblioteca. No sé vosotros, pero yo pienso que esto no puede ser bueno.

27 de septiembre de 2009 | | 0 comentarios

No es lo mismo

Hubo un tiempo en el que conocí el fenómeno fan: mi hermana me compraba los discos (los dos primeros fueron de vinilo), hacía varias horas de cola para poder estar cerca del escenario en los conciertos y me compraba la Superpop cuando venía cualquier cosa que hoy en día me provocaría risa. Todos tenemos un pasado y no veas cómo disfruté esa época.

Después, he seguido comprándome los discos originales, aunque reconozco que a partir del "Corazón partío" no he sido capaz de aprenderme ni una canción más. En último viaje a la playa hice sesión nostálgica y entre otros, pillé un recopilatorio aprovechando que tenía 4 horas de viaje por delante y que iba sola. No sé si ha sido él o yo, pero hace tiempo que cada disco me gusta menos.

Veo que va a sacar nuevo disco y que el primer single es una canción llamada Looking for paradise en la que hace un dúo con Alicia Keys. Le doy una oportunidad, porque por mucho que me decepcione, siempre espero que el siguiente disco me guste algo más, pero no hay manera...Alicia Keys, con esa preciosa voz, entona una melodía que psss...pero en cuanto Alejandro Sanz se marca sus estrofas en Spanglish...la cosa torna a ser un poco cómica, las cosas como son...lo mismo con otra voz de acompañamiento la cosa no hubiera quedado tan descompensada. Juzgen ustedes mismos. Eso sí, seguro que la acabamos teniendo hasta en la sopa.


21 de septiembre de 2009 | | 1 comentarios

Hasta la vuelta

Se nos va. Hace las maletas, coge la guía de Irlanda que le regalaron por su cumpleaños y se va a la República de Michael Collins, a la vieja Éire, a buscar en el condado de Galway esa experiencia que hay que tener alguna vez en la vida.

Tres meses es ese período que no alcanza a ser mucho, pero que no es poco: un otoño para echarla de menos. Es en estos casos cuando Internet adquiere su mayor utilidad, pues la estaremos vigilando de cerca. Esperemos que haga uso exhaustivo del e-mail siempre y cuando no esté intentando pensar, leer, escribir y hablar en inglés.

Menos mal que existen los billetes tirados de precio. No sé qué dirá del seguimiento de familia y amigos y del boicoteo encubierto de su viaje con tanta visita hispanohablante, pero allí estaremos en noviembre, pidiéndonos a pint of Guinnes con perfecto acento irlandés.

Que tengas un gran viaje Noe.

14 de septiembre de 2009 | | 2 comentarios

Revelaciones

Si hace unos meses decía que no había tenido la oportunidad de apreciar el teatro en su justa medida, hoy me desdigo y lo hago porque he visto en escena La casa de Bernarda Alba y he tenido una revelación.

La asignatura de literatura en bachillerato te deja como recuerdo la lectura obligatoria de un puñado de obras universales de las que se paladean mucho mejor cuando uno ya cuenta con unos años. Una de ellas es este drama rural de mujeres que Lorca escribió dos meses antes de morir, una obra desgarradora que escenifica muy bien la realidad de la mujer en Andalucía en la primera mitad del Siglo XX. Lo sé porque tal y como dice mi madre, que vivió en ese entorno geográfico pocos años después, antes los lutos se vivían así.

Imagínense a Bernarda y a Poncia tal y como las han leído y pónganle cara: seguramente serían Nuria Espert y Rosa Mª Sardá. Lluis Pascual condicionó la puesta en escena de este montaje a que ambas pudieran encarnar esos personajes y la decisión es la base para que el texto resulte simplemente extraordinario.

La escenografía es una maravilla realista: azulejos relucientes de tanto limpiarlos, toldos que tapan el sol de justicia andaluz, sillas de pueblo y sobre todo: vecinos que no se ven pero que están para hacer acopio de dimes y diretes, hombres invisibles que son el motivo de que las hijas enloquezcan encerradas a cal y canto para preservar su honradez y luto y una madre que domina y que controla con su permanente gesto maligno.

Nuria Espert, dama de la escena desde que el mundo es mundo, infunde temor con su caracterización, negro sobre blanco y bastón para señalar, amedrentar y castigar. Rosa Mª Sardá es Poncia, alcahueta, protegida de Bernarda y un enlace entre Bernarda y sus hijas. Una mujer que igual odia a Bernarda que ejerce de fiel sombra y que es capaz de ver lo que la madre déspota no ve tras su velo de rectitud y oscuridad.

La juventud cercenada de las hijas está espléndidamente interpretada por cinco actrices fabulosas. Si algo tiene este montaje es que no hay personaje que no encaje o que esté por debajo del nivel general, que es altísimo. Un nivel que se premia sacando al reparto a saludar hasta cinco veces con el público en pie y con la sensación a la salida de que por fin he sentido la verdadera esencia del teatro.

La casa de Bernarda Alba. Matadero, Naves del Español. Del 10 de septiembre al 25 de octubre.


10 de septiembre de 2009 | | 4 comentarios

Independencia (la idea)

Todos los septiembres lo mismo. Tras unos meses de falsa independencia y libertad de movimientos llegan esos días raros en los que tengo que adaptarme a la vida familiar, cosa lógica y normal para quien aún vive con sus padres. La sintomatología es clara, pese a las comodidades (en casa se vive muy bien, aunque creo que habrá quien viva mucho mejor que yo) estoy agobiada, me cuesta adaptarme a los horarios establecidos, a no estar nunca sola y sobre todo a decir qué hago, qué estoy haciendo y qué voy a hacer. Vamos, que estoy de uñas.
Estas crisis que me llevan atacando desde ya hace algunos años, se van relajando cuando pasan unos días, incluso antes con mi vida contemplativa dedicada al estudio y al trabajo casi era necesario que hubiera gente alrededor para no volverme una loca asocial. Pero este año, en el que no he parado y he probado las mieles de ser totalmente independiente y de tener total libertad para hacer lo que quisiera cuando quisiera (cuento también con las responsabilidades, que no todo es vivir la vida), me ha quedado muy clarito que a estas alturas yo ya debería estar fuera del nido y que si no lo he hecho aún, es hora de que vaya pensando en ello.


Hasta ahora la idea del piso era algo real pero lejano, al igual que la idea de independencia. Sin embargo, en estos días, a seis meses de la entrega del piso y con todo el mundo hablando de pisos y muebles a mi alrededor, estoy totalmente convencida de que ya es hora de volar, y pronto.

4 de septiembre de 2009 | | 2 comentarios

Lecturas pasadas, presentes y futuras

Trilogías aparte, por fin le he hincado el diente a un autor al que le tenía ganas: Haruki Murakami y al llegar a la última página de After Dark, obra que elegí al azar porque era de lo poco que quedaba a esas alturas del verano en la estantería, ha ocurrido lo que estaba deseando: tenía ganas de más.

La ficción de Murakami en After Dark es urbanita, oscura, con personajes marcados que viven en un submundo dentro de una ciudad de esas que parecen engullir personas: Tokio. Las sensaciones se palpan: el peligro, la violencia, la soledad, la pérdida, las dobles vidas... Murakami describe con precisión cinematográfica y el lector vive el pasar de las horas gracias a un recurso fantástico: los relojes que introducen cada nuevo capítulo, como en las películas de acción en las que hay que desactivar una bomba en 8 horas, pero con el efecto contrario, sabiendo que el desenlace vendrá al final de una noche que no querríamos que acabara nunca, para saber más sobre todo eso que nos ha contado.

Ahora estoy de nuevo centrada en la lectura de la segunda parte de Millenium, estando ya en las últimas páginas reconozco que la lectura interrumpida por las vacaciones no me ha dejado saborear bien la que dicen que es la mejor de las tres partes. Acabaré y diré si me he quedado a la espera de la tercera parte con el mismo ansia que he visto en otros lectores con alto nivel de exigencia.
Ya tengo en cola de espera leerme algo de Amélie Nothomb, esta vez tampoco he hecho ningún tipo de selección y al llegar a la estantería, me he decidido por Estupor y temblores, que tiene tan buena crítica que asusta.

Supongo que en estas noches en las que el tema de la plaza me está quitando horas de sueño, algo que no me ha sucedido ni en los momentos de máxima presión oposicional, lo mejor es acogerme a la lectura como tabla de salvación. Además, parece que al fin vuelvo a leer, ya que pensaba que con el tema del estudio, nunca jamás iba a poder disfrutar de ello como lo hacía antes. Qué alivio saber que no es así.

1 de septiembre de 2009 | | 3 comentarios

Dilemas

Es difícil que septiembre no sea un mes raro...síndrome clarísimo del fin del verano, reencuentro de las cosas que siguen como estaban, incluso las que nos hubiera gustado que cambiasen en nuestra ausencia. Este mes sigue teniendo nombre de retorno, aunque sea mes de vacaciones para muchos y sigue, al menos para mí, hermanado con enero por la vuelta a empezar y la ristra de propósitos.

Ya lo hemos pasado bien, ya hemos agotado los días de vacaciones y quedan unos cuantos días sueltos que tendrán que ser distribuidos de aquí a fin de año para no perder la paciencia. Ahora, en septiembre, hay que recordar las cosas que se dejaron para después del verano, la toma de decisiones retrasada toma vigencia y yo, aunque intento hacerme la loca, no puedo evitarlo y empiezo a inquietarme.

La situación es la siguiente: aprobé una oposición y obtuve una plaza que teóricamente (salvo cambios drásticos) me garantiza cierta seguridad económica de aquí al fin de mis días...pero también obtuve una plaza que se aleja un poco de mi formación y del trayecto que tenía marcado en mi imaginario. Dada mi situación personal y la mundial, no me quedaba otra.

Poco después del aprobado, se presentó otra oportunidad que se circunscribía a mi área de conocimiento: las bibliotecas, con posibilidades de acceder a una categoría superior y consolidarla dentro de unos años...y por un tiempo, he dedicado mi empeño a hacerme con esa plaza porque de lo contrario, tomaré posesión de la plaza que he sacado por oposición y me veo en la obligación de empezar de cero, de cambiar completamente de profesión. Podría quedarme en bibliotecas tal y como estoy, pero ni las funciones ni las condiciones son las mejores a las que podría optar si cambiara de área. Por poner un ejemplo, si cambio, podría optar por una plaza de mañana, que a la larga, me va a resultar apetecible.

Después de una lucha infructuosa, de darme de cabezazos contra la pared del ayuntamiento y de agotar las posibilidades para no tirar por la borda mis años de intensa especialización, no me han permitido optar a dicha plaza, tengo que decidir dónde quiero desempeñar el puesto ganado por oposición y aunque tengo muy claro que no me disgusta el cambio ni me asusta el aprendizaje, soy consciente de que después de tener cierto currículum, el cambio total es bastante duro.

Tengo que tomar una decisión y no acabo de tenerlo claro, las alternativas que preferiría no son las óptimas (me encantan cultura y juventud pero no son buenas opciones por diversas causas) y las que reúnen las mejores condiciones, no acaban de convencerme (tesorería, intervención y áreas económicas que no me resultan muy amigables), así que estoy en una encrucijada de la que no sé muy bien cómo salir y que me tiene estos días de bajón anímico.

Hoy por hoy sólo veo dos alternativas: independientemente del departamento en el que recaiga, seguir estudiando al mismo nivel de siempre y seguir optando a una escala más alta en bibliotecas o hacer borrón y cuenta nueva e iniciar nuevos estudios universitarios con la idea de aprovechar las hipotéticas promociones internas acordes con la plaza que voy a ocupar.

La primera opción se me hace cuesta arriba porque tengo una sensación de hartazgo bastante grande y no me veo con fuerzas para volver sobre mis pasos y la segunda me produce un poco de frustración porque me da la sensación de que mis estudios universitarios y mi experiencia no son suficientes y que tengo que formarme de nuevo si no quiero estancarme.

En definitiva, llevo unos días sin salir de esta espiral y he pensado en lanzar mis dudas al exterior, a ver si alguien las recoge y quiere decirme qué le parece todo esto.

26 de agosto de 2009 | | 3 comentarios

Galicia

Del sur portugués y pasando por Madrid-Barajas, cambiando en 24 horas de maleta y de compañía, aterrizamos en el noroeste español: Santiago de Compostela en vuelo hiperbarato, para comenzar desde ahí un periplo que iba a abarcar desde Ribadeo, población fronteriza con Asturias, hasta la frontera natural constituida por el Río Miño más allá de las Rías Baixas.

Santiago fue una explosión de sorpresas, una ciudad de esas que tienen encanto, particularidad, que aúnan arte, tradición, gastronomía y hordas de turistas que se dejan llevar muy fácilmente por el fervor religioso. Es imposible no pensar en lo que debe estar pasando por la cabeza del peregrino que ya lleva las botas colgadas en la mochila porque ha completado el camino y se sienta a contemplar la fachada de la Plaza del Obradoiro con satisfacción. Bicicletas, mochilas, ruido, trasiego de gentes en la catedral, hecha por y para el pueblo, donde cualquiera es capaz de aguantar estoicamente hora y media para ver la oscilación del botafumeiro, donde todo el mundo tiene cabida y se llama a las cosas por su nombre, como cuando el cura recibe con toda naturalidad a los fieles laicos, que en Santiago, si no se es devoto, es casi obligado serlo.

De Santiago me quedo con todo, con la catedral y con su Rúa do Franco: París-Dakar compostelano, con las cubiertas de la catedral que no pudimos ver debido a un fallo de coordinación entre oficinas de turismo y con esa comida de órdago y ribeiro en un sitio del que daré gustosa cuenta a quien quiera ir, no vaya a ser que el secreto se propague demasiado.

Tras coger un coche de alquiler con la compañía Hertz (ojito con las cláusulas demoledoras que te imponen al hacerte entrega del coche), pusimos rumbo a Ribadeo, paramos en Mondoñedo, y de allí llegamos a la Playa de las catedrales, una preciosidad que sólo puede disfrutarse plenamente en bajamar durante unas horas al día, hicimos noche en un hotel rural nuevo y decorado con mucho gusto.

Al día siguiente recorrimos parte de la mariña lucense, San Martín de Mondoñedo, el monasterio más antiguo de España, Foz, Viveiro y el punto más septentrional de España: Estaca de Bares. Por la tarde, fuimos a parar a las inhóspitas aguas caídas del Río Sil camino de la casa rural, casi un pazo en mitad de la naturaleza, donde la primera visión de la mañana a través de la ventana eran unas vacas.

La tercera jornada la iniciamos en San Andrés de Teixido, un marco incomparable al que merece la pena llegar a pesar de las carreteras, para admirar las vistas y perderse en un minúsculo pueblo lleno de encanto, después Ferrol y A Coruña, con su preciosa Plaza de María Pita y la mítica torre de Hércules, para encontrar el descanso en la Costa da Morte, muy cerca de Muxía.

A la mitad del viaje iniciamos el descenso hacia las Rías Baixas en el mismo punto de partida donde contradictoriamente hace mucho tiempo estaba el fin: Finisterre y desde allí visitamos los pueblos pesqueros de Muros, Noia y Rianxo e hicimos una parada en Porto do Son, en el Castro de Baroña, gran descubrimiento arqueológico junto al mar que nos dejó obnubilados, tanto que una de las últimas paradas: el poblado de Santa Tecla, nos impresionó menos de lo habitual. La parada y fonda la hicimos en Cambados.

El penúltimo día, a pesar de que los planes pasaban por comer en O Grove, acabamos dando el salto y visitando sitios con más interés que el puramente gastronómico y fuimos a Baiona, lugar que habitaba en nuestra total ignorancia y que es una preciosidad, donde de paso nos tomamos una mariscada propia de reyes y después, nos acercamos a Santa Tecla, lugar que impresiona algo menos cuando ya se han visto otros castros, pero que no deja de ser imprescindible visitar gracias a las reconstrucciones que dan una idea de cómo vivían los antepasados celtas.

Esa noche dormimos en Vigo, en un hotel bastante aparente hasta que subías a la habitación y veías como el baño se inundaba en el intento de darte una ducha. Así que si alguien se deja caer por Vigo, que tache el hotel México de su lista.

La última jornada maratoniana transcurrió entre Vigo, ciudad poco turística y muy industrial (qué vuelta para omitir la palabra "fea"), Combarro, con sus preciosos hórreos asomados al mar, que celebraba una oportuna feria del marisco con sus gaitas y muñeiras y finalizó en Pontevedra, a pleno sol, en sus calles y parques, donde la última siesta del viaje fue una pequeña muestra de lo que en conjunto fueron estos días: una delicia, palabra cursi pero adecuada, sobre todo cuando se ha visto dormir plácidamente y eso nos ha procurado descanso y se han conocido fisuras y novedades que engrandecen y nos permiten seguir adelante.

He vuelto con una idea clara, el año que viene, Xacobeo, sería un gran año para calzarse las botas y hacer el camino, el ambientillo y la experiencia creo que merecen mucho la pena y tengo por seguro que las vacaciones del año que viene van a requerir una gran dosis de austeridad por mi parte. Eso sí, habrá que buscar la manera de evitar los meses de mayor calor y afluencia, ya que no volverá a ser Xacobeo hasta 2021.

Hasta aquí el parte vacacional, se supone que septiembre viene cargado de novedades laborales, pero todo es una incógnita por el momento. Si quieren ver más fotos, llegarán pronto al enlace de flickr.

15 de agosto de 2009 | | 4 comentarios

Algarve

Del Algarve me traigo sensaciones encontradas. Por un lado, vuelvo con un regusto decepcionante de una zona que creía que me iba a gustar más y por otro, reconozco que tiene algunas cosas muy interesantes.

Lógicamente, al Algarve se va a hacer turismo playero y playas hay de todo tipo, urbanas y atestadas de gente (las más) y escondidas y desérticas (las menos). Eso sí, todas con el mismo problema: agua congelada, tanto que resulta duro aguantar los 40 grados bajo la sombrilla con el añadido de tener que contar hasta diez o hasta veinte para conseguir meterse hasta la cintura, o más allá si uno le echa valor. El problema de la masificación se simplifica evitando ir en pleno agosto, pero el del agua me temo que no tiene solución, exceptuando los efectos del cambio climático.

De un lado a otro del Algarve hay un montón de playas. En este viaje nos orientamos por las indicaciones de la guía y por las cosas que habíamos visto en Internet, así que durante 5 días hemos seguido la siguiente ruta.

Playa de la Isla de Tavira. Para llegar a la playa hay que ir aTavira y coger un barco que tarda 5 minutos en llegar a la isla. Una vez allí, la extensión de playa es enorme y aunque da la impresión de que no va a estar urbanizado, la realidad es que allí hay de todo: un camping, chiringuitos, hamacas...pero aún así, merece la pena alejarse un poco y buscar hueco. El barco no para de ir y venir continuamente, así que al final, lo que sería una estupenda playa desértica, acaba siendo una playa con bastante gente. La vuelta a tierra firme vuelve a hacerse por barco, como todo el mundo suele recoger las cosas a media tarde, al final hay que hacer cola como si estuvieras esperando el autobús.

Playa da Rocha. Un gran error, playa urbana, enorme a lo largo y a lo ancho y atestada, yo creo que la más masificada que he visto en mi vida. La playa en sí es bonita y está super equipada, pero le sobra un 90% de ocupación para poder ser disfrutada. Además nos encontramos con el problema de las algas, que en grandes cantidades, pueden arruinar un gran día de playa.

Playa de Alvor. Cuando escapamos del horror de da Rocha nos movimos a esta playa, igual de familiar pero, menos ancha y con menos gente. Más de lo mismo.

Playa de Figueira. Para mí fue la mejor playa del viaje. Desierta, a mitad de camino entre playa y cala, es toda una sorpresa que en agosto no esté invadida y debe ser por varias razones: no es fácil encontrarla, no está muy publicitada y hay que andar un buen trecho a pie por el campo hasta llegar a ella. Estupendo día, de los de playa y neverita.

Playa de D. Camilo. Aprovechando que fuimos a Ponta da piedade, elegimos una playa cercana, la playa de D. Camilo, que durante la bajamar comunicaba también con otras playas. Un poco más grande que una cala, a esta playa se accedía mediante una escalera de 200 escalones, bastante más duros a la subida que a la bajada y que tampoco impedían el lleno completo. En mi opinión personal, como playa no era muy allá, pero reconozco que el entorno merecía la pena.

Playa de Porto de Mós. Playa de gran extensión, hay gente pero sólo en los accesos, por lo que si uno quiere andar un poco, en breve tendrá todo el espacio y la tranquilidad que quiera.

Playa da Marinha. En el absurdo intento de clasificarlo todo, dicen de ésta que es una de las cien mejores playas del mundo. El entorno es muy bonito, las rocas acotan la playa y la perspectiva es de gran belleza. La existencia de un chiringuito a la entrada arruina bastante la estampa y la presencia de grandes montones de algas hizo el baño casi impracticable.


A parte de las playas, que es lo principal, en el Algarve hay algunas cosas de interés que salen un poco de la rutina playera:

La ciudad de Faro. Con un casco histórico bastante bonito.

Ponta da piedade. Rocas que emergen del mar con formas caprichosas en lo que puede denominarse como versión atlántica de la ciudad encantada de Cuenca. Una excursión que merece la pena, el recorrido en barco dura 25 - 30 minutos y cuesta alrededor de 10€.


Feria medieval de Silves. La típica feria medieval pero a lo grande, ocupando por completo el casco antiguo de la ciudad.

Cabo de San Vicente. Imprescindible pasar por aquí para ver el atardecer, que a pesar de ser un espectáculo masificado gracias a la llegada de autobuses enteros, sigue siendo igual de bonito.

De Albufeira, centro por excelencia del Algarve y ciudad en la que nos alojamos, poco se puede decir más que es la típica ciudad costera dedicada al turismo extranjero. En resumidas cuentas: el Benidorm de Portugal.

7 de agosto de 2009 | | 3 comentarios

Cerrado por vacances

Para el sur...Guía del Algarve: OK. Cámara de fotos: OK. Sombrilla, maletas, comida: OK. Musiquita para hacer más llevadero el viaje hasta Albufeira: OK. Crema solar a tope: OK.

Para el norte...Billetes de avión: OK. Reservas de los 6 hoteles y casas rurales: OK. Impreso para recoger el coche de alquiler: OK. Mapa de carreteras: OK. Chubasquero por si llueve: OK.

Bueno, pues parece que ya está todo y que vuelven a comenzar las vacaciones. Pongamos música en el coche y pillemos la carretera...llegaremos al destino antes de que cuente diez. Los detalles se conocerán en los correspondientes post a la vuelta. Disfruten del verano.



3 de agosto de 2009 | | 1 comentarios

Flamantes

Aquí están...mis estupendos regalos de cumpleaños: este año, zapatillas por partida doble, pero no unas zapatillas cualquiera, no...a la izquierda, unas estupendas zapatillas para pedal automático para la práctica de ciclismo indoor, regalo de mis amigas y a la derecha, una joyita que llevaba tiempo queriendo tener y que creo que ya me voy mereciendo gracias a esas cuestas que me dejan sin fuelle: unas Asics para corredora regular (regular de tiempo, no porque yo sea regular, hasta ahí podíamos llegar...), regalo de Uri.Este año, si no corro la San Silvestre no será por problemas de equipación...así que ahora toca ponérselas y ¡a sudar!

30 de julio de 2009 | | 0 comentarios

Abriendo boca

El punto de partida de las vacaciones no empezará el día 1, sino que se traslada al 8, así que para sobrellevar la última, calurosa y ansiada semana, nada mejor que recrearse en los destinos que están por llegar, allá donde transportaremos nuestros cuerpos con la esperanza de encontrar el descanso y a la vez el disfrute que planeamos merecernos durante el invierno, de conocer parajes inexplorados, recopilar historias que puedan ser contadas a los amigos, cortar el hilo que nos conecta a la realidad, que nos ata a la silla de la oficina, que nos cubre la cabeza con una nube de preocupaciones.

Es hora de empezar a navegar por Internet lo que se navegará luego en el Atlántico, en la orilla sur del país vecino: el Algarve portugués. De imaginar que logramos completar el periplo por las playas más espectaculares de la zona, que alcanzamos la orilla de una playa semidesierta y semisalvaje y conseguimos entender allí el sentido pleno de esas dos palabras. Soñemos que alcanzamos Cabo San Vicente y nos asomamos a otro confín donde aspirar la libertad que precisamos para ser valientes el resto del año.

Cabo San Vicente

Trasladémonos después hacia la orilla norte, con el vértigo que da atravesar la península en tan sólo 24 horas y poner los pies en tierra de peregrinos, dejando el abrazo al santo para el año que la entrada sea por tierra y con la ayuda de un báculo, para rodear Galicia desde la mariña lucense, bajando por la costa da morte, y acabando en rías baixas tras tener la sensación de abismo obligatoria que ha de tener todo aquel que se sabe asomado a lo que antes era el fin de la tierra.

Finisterre

Y todo eso, con la certeza de saber que no estamos solos, que nos acompañan en los sentimientos los amigos y la pareja, la amistad y el amor, regados de buen vino y buen paisaje, las caras que tenemos cerca a las buenas como éstas y a las malas como aquellas, vosotros me entendéis.

Soñemos despiertos ahora que todo está por llegar y no es una carpeta en el escritorio con el nombre Verano 2009 que como no, también tendrá su encanto, pero sólo será la representación gráfica de todo lo que ahora desconocemos.

27 de julio de 2009 | | 1 comentarios

Situación veraniega

No soy muy piscinera, pero vine tan morena de la playa que uno de mis afanes estos días ha sido hacer todo lo posible por no perder el tono. Lo sé, es de lo más superficial, pero oigan, para algo está el verano ¿no? para ser superficial a tope, dedicarse al culto al cuerpo y a esas cosas típicas veraniegas.

Así que nada...estos días tengo dos opciones, o bien solarium o bien piscina. El solarium está muy bien, pero la verdad es que después de 5 minutos en la tumbona, por mucha vuelta y vuelta que des y por mucha ducha y pozo frío que tengas a mano, acabas al borde de la asfixia.

La otra opción es la piscina, con su sombritas, sus charcas para refrescarte... el rollito es más bien familiar y según entras hay un olorcillo a tortilla de patatas que me transporta automáticamente a los 80, cuando iba con mis padres, pero como me entra en el abono deporte, de vez en cuando se me ocurre ir, aunque eso de ir sola a la piscina no me inspira demasiado, máxime cuando ocurre una de esas cosas que sólo me pueden ocurrir a mí.

El otro día estaba tomando el sol plácidamente, leyendo el segundo volumen de Millenium en una sombra para mí sola, que sabía que me iba a durar muy poco, cuando llegó un chaval en torno a los 30, también solo y se colocó en la misma sombra a una distancia prudencial. Hasta ahí bien, hasta que a los 10 minutos, oigo que me llama para pedirme que si por favor le puedo echar crema en la espalda.

Imaginen mi cara de...ein? porque vale que sea algo totalmente normal entre familiares y amigos, pero echarle crema a un desconocido como que no resulta en sí mismo, un acto demasiado agradable. Le miré y me quedé pensando unos instantes, los suficientes para evaluar la situación: era totalmente crudo y me mostraba un bote de farmacia de protección 50, así que me dejé llevar por mi parte caritativa y lo hice, no fuera a ser que por ser tiquismiquis, alguien vaya a tener cáncer de piel. Curiosa situación, menos mal que no había nadie conocido a la vista porque imagínense con qué cuento le podrían haber ido al que se pasa el día celebrando el centenario de Larra.

En fin...seguramente no tiene importancia y es una de esas cosas que se pueden ver desde varios puntos de vista, porque...¿pensaría igual si me hubiera pedido uno de estos que le amasara la espalda?

17 de julio de 2009 | | 0 comentarios

Sorolla

Con motivo de las exposiciones temporales más importantes, el Museo del Prado envía a un trabajador de su área de educación a diversas bibliotecas y centros culturales para la difusión de las mismas. Se trata de uno de esos actos culturales que suelen llenarse por su alta calidad y que facilitan la comprensión de la exposición para su posterior visita.

Al igual que ha pasado con otras exposiciones temporales, la de Sorolla fue una conferencia sobresaliente, una explicación cuadro a cuadro de los rasgos del artista y de su contexto histórico siguiendo la misma estructura que tiene la exposición en las salas. Todo un lujo para el que va a verlo después in situ o incluso para el que no va a poder acudir a la exposición.

Con la lección aprendida, me acerqué a la ampliación del Prado. Es altamente recomendable que las entradas se compren por internet, primero porque la entrada se abarata un euro (10€ entrada general) y segundo porque es un lujo pasar junto a la larguísima cola que suele formarse por los turistas y entrar directamente a la hora a la que te han citado al comprar la entrada sin sudar la gota gorda.

La exposición no es excesivamente larga, a un ritmo pausado se puede recorrer en una hora y media y les aseguro el disfrute de un pintor extraordinario que se inspira en el mar, en su adorada Valencia, en las escenas costumbristas de pescadores, en su esposa Clotilde, en su familia (a los que profesa un amor que entra directamente por la retina) y en las personas a las que admira y a los que dedica profundos retratos. Impresionantes son los murales sobre las regiones de España que hizo para la biblioteca de la Spanish Society de Nueva York y su pintura social.

¡Triste herencia! Un cuadro que me emocionó como pocos, La bata rosa, el predilecto del autor, La fiesta del pan, un cuadro de gigantescas dimensiones e inmensa calidad. En todos ellos está lo que define a Sorolla: los mil matices de blanco, su impresionante capacidad de captar la luz, el movimiento en el mar y en las velas de los barcos y las reminiscencias de su gran inspirador: Velázquez.

Puede saberse de arte o no, puede gustar más o menos la pintura...pero dudo que alguien no le guste nada Sorolla, así que animo a planificarse una tarde cultureta para ver la exposición y a culminarla con unas cañas por la milla de los museos.