31 de octubre de 2009 | |

Enajenaciones mentales

Está claro que no se puede decir de este agua no beberé, porque si alguna vez juré o perjuré que no iba a tocar un libro cuando todo acabara, he tardado bastante poco en desdecirme.
Cinco meses, eso es lo que he tardado en cansarme de no tener apuntes sobre la mesa, y es que al principio dije que a la vuelta del verano empezaría a estudiar algo, luego dije que no, que necesitaba un año sabático, la idea me seguía rondando e intenté olvidarme buscando alternativas como la de estudiar inglés, volví a las andadas de nuevo, volví a decir que no, que necesitaba mi tiempo de libertad y dispersión...y finalmente he caído, me he matriculado en la UNED sin estar muy segura de si lo que estoy haciendo es una locura o un acierto...así son las cosas.
Lo hago un poco por afán de conocimientos y progresión. Cuando acabé el instituto, una serie de circunstancias me llevaron a elegir unos estudios, pasado el tiempo, mi trayectoria laboral me ha llevado hacia otros derroteros que no me disgustan, pero para los que los estudios que elegí no resultan muy completos. Así pues, he decidido que voy a estudiar lo que me apetece en este momento y lo que creo que me va a servir en el futuro de forma casi segura. Es decir, voy a elegir en consecuencia a lo que ya tengo y no sobre la hipotética idea de lo que en el futuro va a tener más salidas o me va a gustar más, que es lo que se hace cuando acabamos el bachillerato.
No quiero decir que me arrepienta de mis estudios, para nada. De hecho, si estoy aquí ahora es por ellos e independientemente de la calidad de la docencia en algunas universidad españolas, me han aportado un poso de conocimiento bastante importante y en primera instancia, disfruté mucho los contenidos...pero la vida da vueltas y ahora me apetece aprender otras cosas.
Así pues, estos días empezaré a hacerme con la metodología de estudio a distancia y empezaré a darle caña porque me he matriculado en el último momento, las clases ya se han empezado y los primeros exámenes serán a finales de enero. No tengo tiempo que perder y de paso, tampoco tengo nada que perder, si puedo llevar las cosas al día, dedicarle tiempo y examinarme, bien y si veo que la cosa no avanza o que no es compatible con mi vida actual, pues lo habremos intentado.
Así pues, me sumerjo de lleno en el Plan Bolonia y en un Grado de cuatro años en Ciencias Políticas y de la Administración. Ya les contaré si la experiencia es gratificante.

4 comentarios:

oporteteño dijo...

Mucha suerte que su enajenación mental. La vida al final consiste en saber sobreponerse a ellas.

Por cierto... "de esta agua no beberé". De nada.

Besos

oporteteño dijo...

Dónde dije "que", quise decir "con".

En casa del herrero...

Mentxu dijo...

Ponga un corrector en su vida...Gracias por guiarme a través de las brumas de la lengua española, uno no acaba nunca de aprender... y por saber sobreponerse a las enajenaciones ajenas (menudo trabalenguas).

Un beso

gordopilo dijo...

La vida sin sus enajenaciones sería como un huevo frito sin sal.