15 de agosto de 2009 | |

Algarve

Del Algarve me traigo sensaciones encontradas. Por un lado, vuelvo con un regusto decepcionante de una zona que creía que me iba a gustar más y por otro, reconozco que tiene algunas cosas muy interesantes.

Lógicamente, al Algarve se va a hacer turismo playero y playas hay de todo tipo, urbanas y atestadas de gente (las más) y escondidas y desérticas (las menos). Eso sí, todas con el mismo problema: agua congelada, tanto que resulta duro aguantar los 40 grados bajo la sombrilla con el añadido de tener que contar hasta diez o hasta veinte para conseguir meterse hasta la cintura, o más allá si uno le echa valor. El problema de la masificación se simplifica evitando ir en pleno agosto, pero el del agua me temo que no tiene solución, exceptuando los efectos del cambio climático.

De un lado a otro del Algarve hay un montón de playas. En este viaje nos orientamos por las indicaciones de la guía y por las cosas que habíamos visto en Internet, así que durante 5 días hemos seguido la siguiente ruta.

Playa de la Isla de Tavira. Para llegar a la playa hay que ir aTavira y coger un barco que tarda 5 minutos en llegar a la isla. Una vez allí, la extensión de playa es enorme y aunque da la impresión de que no va a estar urbanizado, la realidad es que allí hay de todo: un camping, chiringuitos, hamacas...pero aún así, merece la pena alejarse un poco y buscar hueco. El barco no para de ir y venir continuamente, así que al final, lo que sería una estupenda playa desértica, acaba siendo una playa con bastante gente. La vuelta a tierra firme vuelve a hacerse por barco, como todo el mundo suele recoger las cosas a media tarde, al final hay que hacer cola como si estuvieras esperando el autobús.

Playa da Rocha. Un gran error, playa urbana, enorme a lo largo y a lo ancho y atestada, yo creo que la más masificada que he visto en mi vida. La playa en sí es bonita y está super equipada, pero le sobra un 90% de ocupación para poder ser disfrutada. Además nos encontramos con el problema de las algas, que en grandes cantidades, pueden arruinar un gran día de playa.

Playa de Alvor. Cuando escapamos del horror de da Rocha nos movimos a esta playa, igual de familiar pero, menos ancha y con menos gente. Más de lo mismo.

Playa de Figueira. Para mí fue la mejor playa del viaje. Desierta, a mitad de camino entre playa y cala, es toda una sorpresa que en agosto no esté invadida y debe ser por varias razones: no es fácil encontrarla, no está muy publicitada y hay que andar un buen trecho a pie por el campo hasta llegar a ella. Estupendo día, de los de playa y neverita.

Playa de D. Camilo. Aprovechando que fuimos a Ponta da piedade, elegimos una playa cercana, la playa de D. Camilo, que durante la bajamar comunicaba también con otras playas. Un poco más grande que una cala, a esta playa se accedía mediante una escalera de 200 escalones, bastante más duros a la subida que a la bajada y que tampoco impedían el lleno completo. En mi opinión personal, como playa no era muy allá, pero reconozco que el entorno merecía la pena.

Playa de Porto de Mós. Playa de gran extensión, hay gente pero sólo en los accesos, por lo que si uno quiere andar un poco, en breve tendrá todo el espacio y la tranquilidad que quiera.

Playa da Marinha. En el absurdo intento de clasificarlo todo, dicen de ésta que es una de las cien mejores playas del mundo. El entorno es muy bonito, las rocas acotan la playa y la perspectiva es de gran belleza. La existencia de un chiringuito a la entrada arruina bastante la estampa y la presencia de grandes montones de algas hizo el baño casi impracticable.


A parte de las playas, que es lo principal, en el Algarve hay algunas cosas de interés que salen un poco de la rutina playera:

La ciudad de Faro. Con un casco histórico bastante bonito.

Ponta da piedade. Rocas que emergen del mar con formas caprichosas en lo que puede denominarse como versión atlántica de la ciudad encantada de Cuenca. Una excursión que merece la pena, el recorrido en barco dura 25 - 30 minutos y cuesta alrededor de 10€.


Feria medieval de Silves. La típica feria medieval pero a lo grande, ocupando por completo el casco antiguo de la ciudad.

Cabo de San Vicente. Imprescindible pasar por aquí para ver el atardecer, que a pesar de ser un espectáculo masificado gracias a la llegada de autobuses enteros, sigue siendo igual de bonito.

De Albufeira, centro por excelencia del Algarve y ciudad en la que nos alojamos, poco se puede decir más que es la típica ciudad costera dedicada al turismo extranjero. En resumidas cuentas: el Benidorm de Portugal.

4 comentarios:

Grine dijo...

Creo que alguna tiene que estar negra como un tizón con tanta playita ;)

¡Y ahora a disfrutar las fiestas de su pueblo!

Mentxu dijo...

Tostaílla diría yo...el invierno que viene tengo que comer más zanahorias :)

Si queréis pasaros alguna noche por la verbena, no tenéis más que decirlo!

Grine dijo...

Pues yo me apunto, ¿hasta cuándo dura la verbena? Mi costillo no podrá, está de estudio intensivo para septiembre...

Mirna dijo...

Me encanta ver imágenes y conocer distintas ciudades. La verdad que cada vez que puedo trato de viajar y conocer nuevos lugares porque me gusta mucho. Siempre le digo a mi padre que Reserve ahora su paquete turístico con el mejor precio para las vacaciones de invierno asi conseguimos con anticipación buenos precios