11 de diciembre de 2009 | |

Perdidos

Creí que esperaría al final para escribir sobre esto...pero no puedo resistirme a caer en la tentación cuando ya he visto la promo de la serie Lost, que comenzará su última temporada en enero.

Reconozco que no me atrae la ciencia ficción, que no tengo ni puñetera idea del género y que huyo de todas las películas, series, cómics que huelan a ello...pero Lost es distinto y es más, tiene un significado especial para mí.

Me remonto al verano de 2007, horrible verano donde los haya, en el que me autoflagelé con un encierro que ya quisiera Juana la Loca...maratonianas jornadas de estudio desde las 6 de la mañana, con la familia en la otra punta de España retozando en la playa, un estado psicológico muy poco recomendable para el estudio y encima, trabajando por las tardes...en tres meses salí un sólo día en agosto...con eso lo digo todo. Si no era el infierno, estaba bastante cerca...y no exagero
Bueno...y cuál es el fin de toda esta explicación...pues que Lost era mi tabla de salvación. Por aquel entonces yo sólo había visto una serie completa que había marcado un antes y un después: A dos metros bajo tierra, y cuando llegó ese verano en el que la soledad lo fagocitó todo, yo sabía que necesitaba algo que me recompensara al final del día...algo que cuando sonara el despertador a las 6 (los domingos hacía una excepción y me levantaba a las 8), me hiciera tener ganas de comenzar el día.

La clave fue Lost. Una serie que empecé a ver sin ninguna confianza, pero que acabó siendo un descubrimiento. Una ficción con un punto de fantasía, unos personajes sumamente atractivos, una trama que se va complicando y en la que cualquier cosa vale y que por tanto, hay que creerse a pies juntillas para disfrutarla. Te engancha y te apasiona...¿qué más se le puede pedir a la televisión hoy en día?

Seguramente en el futuro se hablará de Lost como la gran serie de principios del siglo XXI, lo cual es un gran mérito sabiendo que la industria televisiva fabrica programas de ficción como churros. Seguramente yo no vuelva a ver una serie que volvería a ver desde el capítulo 1 sin dudarlo...seguiré intentando que Uri se vea arrastrado por el fenómeno para hacerlo de nuevo...tarea difícil pero no imposible...tiempo al tiempo.

En fin...Lost empezará y como no, acabará, esta vez de forma definitiva, con un último capítulo que se estrenará de forma simultánea en los cines de todo el mundo...un final digno para una serie inmejorable. Esperemos que la última temporada esté a la altura.

5 comentarios:

Uri dijo...

Mentxu!! Tú ya sabes que cualquier día empiezo a ver Lost.

Es cuestión de tiempo.

Ten confianza. Cualquier fin de semana hacemos los debres: tú te tragas un par de partidos de fútbol y yo un par de capítulos de Lost. Imbricación total.

Beeeesos

Mentxu dijo...

Estooo, creo que no salen las cuentas.

Un capítulo de Lost: 45 minutos.
Un partido de fútbol: 90 minutos

Por tanto, la cosa sale así: Por cada partido de fútbol completo, hay que ver dos capítulos de Lost.

Si es así, se acepta la negociación :) ¿Cuándo empezamos?

Besos!

Sol Menor dijo...

En Salzburgo quise morir por el enganche enfermizo que me produjo Lost. Estaba en la ciudad de Mozart, paraíso de la música (y con mucho trabajo atrasado, para variar) y durante algunas semanas, perdí el rumbo y pronuncié la frase: "venga, uno más y ya", demasiadas veces...

He visto partidos de fúbol y he visto Lost y... francamente querido, ya quisieran los aburridos partidos del Madrid entretener la mitad de lo que lo hace esta serie. Y todo en la mitad de tiempo ;)

Mentxu dijo...

Bienvenida Sol Menor!

Conozco esa sensación...menos mal que por aquel entonces Lost no llevaba muchas temporadas ya que de no haber sido así, me hubiera quedado alguna noche sin dormir por no poder parar de ver un capítulo tras otro...

Totalmente de acuerdo con tu opinión sobre los partidos del Madrí...da gusto que haya gente que sepa diferenciar lo que es verdadero entretenimiento :)

Anónimo dijo...

Vaya par...

Donde esté un buen partido... que se quiten episodios de tíos raros que se estrellan...

En fin... no se hizo la miel para la boca del asno.