26 de mayo de 2010 | |

Etapa 9: Pedrouzo - ¡Santiago!

El último día sólo hay una idea: llegar. Esa mañana te pones en marcha sabiendo que el final de la etapa es el final del viaje y que al final del viaje está Santiago, que vas a entrar en la ciudad y que vas a llegar a pie hasta la Plaza del Obradoiro y te acuerdas de que lo que te empujó a hacer el camino era la imagen que tenías grabada del verano pasado cuando viste llegar a otros peregrinos y te dijiste: yo también quiero hacerlo. Es una mezcla de emoción porque sabes que el momento va a ser único, pero también de ganas de llegar para soltar la mochila y al fin, descansar.

Aquella etapa fue personalmente la peor y creo que mis compañeras de viaje también sufrieron lo suyo, Bea con dolor inguinal y Noelia con el mismo tendón que yo y también la rodilla. El tendón de aquiles del pie derecho me martirizaba, inflamado, dolorido...Y eso que la etapa es un regalo: 17 kilómetros que a esas alturas ya son pan comido. Si ahora mismo pudiera volver atrás, me encantaría poder haber hecho esa etapa sin cojear, disfrutándola más.



La entrada a Santiago es absolutamente decepcionante. El camino va paralelo a la autopista, pasa cerca del aeropuerto y la llegada al Monte do Gozo, donde antiguamente los peregrinos caían de rodillas al ver la catedral realmente tiene poca belleza. La entrada a la ciudad era como decía Noelia: entrar en Madrid por Vallecas. El casco histórico tarda en aparecer y pronto te encuentras en la Plaza de Cervantes y calle abajo por la rúa de la azabachería, tras pasar el túnel donde siempre suele haber un gaitero que acaba de darle sentido completo a la entrada triunfal, vas a dar a la Plaza del Obradoiro donde llega el momento de emocionarse y de soltarlo todo para tumbarse a admirar la catedral.

Es indudable que es un momento irrepetible, precioso, cualquiera que sea tu motivo para haber llegado hasta allí. Y lo curioso es que por mal que se haya pasado, el tiempo se lleva enseguida las malas sensaciones para dejar únicamente lo bueno de esta experiencia. Ahora mismo el recuerdo del viaje es increíble.

Después de aquello nos fuimos a recoger los correspondientes certificados y compostelas y a comprobar la imaginación de la iglesia a la hora de poner nombres en latín. A continuación nos fuimos a buscar alojamiento y a partir de entonces...una ducha, descanso y por la tarde, paseo por Santiago y unos ribeiros por la rúa do Franco. Por la noche habíamos quedado para cenar en un sitio en los aledaños de la Plaza de Cervantes. Así que allí fuimos, con las pintas aún peregrinas, a cenar y a tomarnos unas copas después. La noche acabo de madrugada, al día siguiente había que seguir madrugando, nos esperaba el abrazo al santo y la entrada en la catedral que aún no habíamos visitado.

2 comentarios:

Villoren dijo...

Bueno he estado esperando a esta ultima etapa (me las he leido todas segun las ibas escribiendo) para escribir y decir...

!!!Enhorabuena!!!

Me ha gustado mucho la descripción de todas las etapas y ya me ha servido para tener mas ganas de hacerla pero no en un año santo que por lo que cuentas está todo petadisimo.

Ahora despacito a recuperarse de todo. Pero la aventura ya está conseguida.

Mentxu dijo...

Gracias!

La verdad es que no sé muy bien si se podían resumir tantos pasos en pocas líneas, pero creo que he contado más o menos lo que quería.

Animo a todo el mundo a que lo haga, así que id buscando fechas, que ya no vuelve a ser Xacobeo hasta el 2021.

Besos!