17 de mayo de 2010 | |

Etapa 2: Trabadelo - O'Cebreiro

La etapa reina del Camino fue nada menos que nuestro plato entrante. Como habíamos caminado 10 kilómetros la tarde anterior, la subida a O'Cebreiro se convertía en una etapa de 18 kilómetros en vez de los brutales 28 cuesta arriba.

Nos levantamos muy temprano y desayunamos como solía ser costumbre, en el siguiente pueblo que encontrábamos cuando hubiéramos andado un poco. Lo mejor de aquella etapa fue un tiempo primaveral y poder caminar sin ninguna molestia todavía, pero las cuestas arriba eran constantes, primero con la subida a La Faba y después, con la subida a O'Cebreiro por terrenos pedregosos y muy incómodos.

O'Cebreiro es el primer pueblo de Galicia, de ahí su simbolismo dentro del Camino. Pasas de los 500 a los 1296 metros en esa etapa, casi 800 metros de desnivel nada desdeñable y que con mal tiempo pueden ser muy complicados, de hecho, a pesar de que ese día lucía el sol, nos dijeron que hacía poco que había nevado.



Lo primero que recuerdo de la llegada a O'Cebreiro al mediodía fue nuestro encuentro con los tres jubilados malagueños, salieron a nuestro paso para preguntarnos si la llegada había sido muy dura y estuvimos hablando un momento, nos hicimos unas fotos mutuamente y luego nos los volvimos a encontrar en Sarria y en muchos más sitios.

Tras la llegada nos fuimos directamente al albergue que quizás sea el que más recordaremos pasado el tiempo. Un edificio de piedra en bastante buen estado donde dormimos en la misma sala 78 personas aquella noche. Por las fechas, la cantidad de mujeres es muy escasa y que sean españolas es una rareza, así que la noche fue una sinfonía de ronquidos tremendos a los que la gente abucheaba directamente.

Por la noche, mientras cenamos, conocimos a los sevillanos, un padre con sus dos hijos con los que también coincidiríamos hasta el final y que tenían una capacidad increíble para ir agrupando a la gente con la que se iban encontrando.

2 comentarios:

Grine dijo...

Madre mía, ¡18 km cuesta arriba! Me duele sólo de pensarlo.

A su vuelta se ha merecido, por lo menos, un masajito y un rato de relax en un spa ;)

Mentxu dijo...

Pues sí...yo creo que la que hizo ese recorrido no he sido yo, sino una doble...madre mía, el cuerpo aguanta lo que le echen...

Eso sí, ahora espero que le echen otra cosa que no sean kilómetros, por ejemplo alguna de las cosas que me sugieres.

Besos!