29 de enero de 2009 | |

Novela gráfica

Si no trabajara en una biblioteca casi puedo asegurar que no se me hubiera ocurrido echar mano de una novela gráfica. Gracias a eso y a que hoy por hoy es lo único que me puedo permitir leer (opositar es el camino más corto a la desaparición total del hábito de la lectura), me he aficionado y puedo asegurar que me he encontrado verdaderas maravillas.

En primer lugar, Fun Home, donde Alison Bechdel dibuja su autobiografía en un remoto pueblo de Estados Unidos, haciendo especial referencia a su desarrollo desde la infancia hasta la edad adulta, el descubrimiento de la homosexualidad y la complicada relación que mantiene con su padre hasta su muerte. En este caso, la seriedad y la profundidad de los temas, así como el contexto y las referencias históricas y bibliográficas a lo largo del libro hacen que Fun Home se desmarque de la teoría de que el cómic es algo sencillo de leer.

En segundo lugar, Blankets. Otra novela gráfica de Craig Thompson que narra, también de forma autobiográfica, la infancia y adolescencia de Craig, un chico nacido en el seno de una familia severa y ultracatólica. Destaca la tierna visión del primer amor y del abandono progresivo de la religión.

En tercer lugar el Premio Nacional de Cómic: Arrugas de Paco Roca. Una visión absolutamente tierna de la vejez y el Alzheimer de un empleado de banca jubilado que es trasladado a una residencia de ancianos. El mayor logro de esta obra es el arte con el que el autor ha enfocado un tema tan crudo.

Las tres son muy, muy buenas, vienen avaladas por la crítica y numerosos premios y te enganchan desde el principio, es difícil no ponerse y leerselas de un tirón porque la imagen consigue que veas la historia y que casi la palpes como si se tratara de una película.
Como al final de cada una siempre te quedas con ganas de más, ya he recorrido la estantería en busca de la siguiente, se llama Malas Ventas, es de Alex Robinson y promete.

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