30 de enero de 2009 | | 0 comentarios

Un inciso

Casualidad. Al hilo de lo que hablaba en el post de ayer, me he topado con un artículo en El País sobre la novela gráfica en el contexto del Festival del cómic que se celebra estos días en Angulema. Pueden leerlo aquí.

29 de enero de 2009 | | 0 comentarios

Novela gráfica

Si no trabajara en una biblioteca casi puedo asegurar que no se me hubiera ocurrido echar mano de una novela gráfica. Gracias a eso y a que hoy por hoy es lo único que me puedo permitir leer (opositar es el camino más corto a la desaparición total del hábito de la lectura), me he aficionado y puedo asegurar que me he encontrado verdaderas maravillas.

En primer lugar, Fun Home, donde Alison Bechdel dibuja su autobiografía en un remoto pueblo de Estados Unidos, haciendo especial referencia a su desarrollo desde la infancia hasta la edad adulta, el descubrimiento de la homosexualidad y la complicada relación que mantiene con su padre hasta su muerte. En este caso, la seriedad y la profundidad de los temas, así como el contexto y las referencias históricas y bibliográficas a lo largo del libro hacen que Fun Home se desmarque de la teoría de que el cómic es algo sencillo de leer.

En segundo lugar, Blankets. Otra novela gráfica de Craig Thompson que narra, también de forma autobiográfica, la infancia y adolescencia de Craig, un chico nacido en el seno de una familia severa y ultracatólica. Destaca la tierna visión del primer amor y del abandono progresivo de la religión.

En tercer lugar el Premio Nacional de Cómic: Arrugas de Paco Roca. Una visión absolutamente tierna de la vejez y el Alzheimer de un empleado de banca jubilado que es trasladado a una residencia de ancianos. El mayor logro de esta obra es el arte con el que el autor ha enfocado un tema tan crudo.

Las tres son muy, muy buenas, vienen avaladas por la crítica y numerosos premios y te enganchan desde el principio, es difícil no ponerse y leerselas de un tirón porque la imagen consigue que veas la historia y que casi la palpes como si se tratara de una película.
Como al final de cada una siempre te quedas con ganas de más, ya he recorrido la estantería en busca de la siguiente, se llama Malas Ventas, es de Alex Robinson y promete.

25 de enero de 2009 | | 1 comentarios

La sonrisa del mohicano

Parece increíble pero pasó el día. El parto, como dirían algunos, tuvo de doloroso lo justo. Estoy tan acostumbrada a estas lides que me encaminé al lugar del examen con toda la tranquilidad de la que fui capaz, pero llegar a las puertas de la Universidad y ver el parking lleno hasta los topes y la facultad llena a rebosar, no puede dejar indiferente a nadie con un mínimo de sangre en las venas. Se te ocurre que no puede ser que tanta gente ansíe la plaza que tú ocupas y otras tantas más.

Supongo que será cosa de la crisis, pero la proporción de 81,69 personas por plaza no varió demasiado. Intentas pensar en la realidad, que muchos están allí para probar suerte y que no han tocado un libro. Que se las prometen felices porque para el psicotécnico no hay que estudiar...pero tú sabes que la realidad es otra, que la suerte sin estudio no sirve de nada en una oposición y que el aprobado en un psicotécnico sin haber hecho mil antes, es bastante improbable, aunque seas la persona más lista del mundo. No basta con la inteligencia, el truco tiene un nombre: rapidez. Los últimos mensajes de móvil ante la hora de la verdad te animan a bañarte en la sangre del enemigo y te sacan una sonrisa al imaginarte como el último mohicano.

Lo peor de estas convocatorias masivas es que la cantidad de aquellos que "pasaban por allí" hace impracticable que la prueba tenga cierto ritmo y celeridad, se multiplican por mil las dudas y se repiten conductas irregulares. Al opositor concienciado y a aquellos que se han preparado mínimamente sólo les queda una: aguantar estoicamente.

El mismo aguante que te anima a seguir estudiando por si se cumplen los mejores augurios y tienes que verles las caras, esta vez sólo a los mejores, en el siguiente.

23 de enero de 2009 | | 2 comentarios

Cosas que hacer el día de antes

El día de antes de un examen te aconsejan que no estudies, que duermas, que te distraigas, que hagas algún tipo de actividad ociosa y si es posible, algo de deporte.

En esas estamos. Porque mañana es MAÑANA y me he levantado con la puntualidad sospechosa del cuerpo que te pide estudiar. Intentas no mirar la pila de libros sobre la mesa pero una y otra vez ahí están y no puedo reprimir el ansia de abrirlos "un ratito". Después sí, después seguiré los sabios consejos de arriba y me iré a correr un poquito y al spa, comeré y me enfrentaré al complicado trance de pasar la tarde lo más dispersa posible sin resolver un problema o hacer dominós.

Para eso se está descargando el primer capítulo de la 5ª temporada de Lost, quiero dedicarme a leer todas las columnas que no he leído de José A. Pérez, responsable del blog
Mi mesa cojea que ahora escribe en Público y acompañaré a mi madre, como todos los años que puedo, al único acto religioso al que suelo hacer hueco.

Hay quien me dice que me deje de chorradas, que si apruebo será cosa del esfuerzo y del tiempo dedicado y no de la intervención divina, pero yo siempre redundo en que hay una porción que se escapa de todos esos principios, la que corresponde a la suerte y que a falta de capacidad para manipularla, nos agarramos a lo que sea. Puede que sea mi caso.

En fin. Supersticiones aparte...cuando nos pase el tren por encima les seguiremos contando. Hasta entonces sincronicen sus relojes y focalicen su energía positiva hacia el norte de Madrid a las 10.30 del sábado.

19 de enero de 2009 | | 7 comentarios

¿Estás nerviosa?

¿Por qué iba yo a estar nerviosa?, acaso ¿por que me juego mi actual puesto de trabajo?, ¿por que la Comisión Europea dice que el desempleo llegará al 19% y corren malos tiempos para quedarse en paro?, ¿por que por primera vez en la vida tendría puntos de concurso y podría optar a quedarme con la plaza?, ¿por que definitivamente nunca fui buena en cálculo y espero que en el psicotécnico no abusen de él?

Y sin embargo, no. No estoy nerviosa, al menos aparentemente. Un poco ansiosa quizás por que llegue el minuto uno después de que alguien diga "se acabó el tiempo". Es más, por el minuto uno tras el último examen, si es que llegamos a él. Aunque es sabido que tras ese minuto vendrá algo peor: la cuenta atrás a la espera de resultados.

Es difícil distraerse con algo estos días, pero he encontrado un elemento estupendo para pasar los ratos muertos que quedan entre las largas horas de estudio sin tener la sensación de estar perdiendo el tiempo. Espero que de tanto someterlo al Brain training y al Big Brain, mi cerebro no se declare en huelga el sábado.

P.D. ¿No sería éste un buen momento para que todos aquellos que pasan por aquí y NUNCA dejan ni un mísero comentario me arropen con unas palabrillas en estos complicados momentos? Yo les quedaría eternamente agradecida, de veras y además les prometo que estarían automáticamente invitados a las cañas en caso de aprobado.

16 de enero de 2009 | | 2 comentarios

Recordatorio: cumpleaños

Érase una vez que se era, dos muchachas que se conocieron en la universidad. Como suele ocurrir con demasiado frecuencia, los años pasaron volando y con ellos, la diplomatura, la licenciatura, las becas, las oposiciones, los amigos comunes, las rupturas, las reconciliaciones y los viajes.

La amistad creció a través de los infinitos mails que recorrían a diario la distancia norte-sur hasta hacerse parte indispensable y salvadora de la rutina. Hubo subidas y como no, bajadas, como en toda relación que se prolonga en el tiempo y se adapta a las circunstancias.

Un año, una de ellas olvidó una fecha clave en la vida de la otra. No se sabe quién lo sintió más, si la que sufrió el olvido o la que dejó caer la fecha en algún cráter de su atosigado cerebro. El caso es que allá quedó flotando la felicitación que nunca debió zarpar, que naufragó durante un año completo sin ninguna alternativa más que la de esperar pacientemente a que pasara otro año para poder llegar a tiempo.

Y esta vez sí, llegó y pudo decirle lo que tanto sentía no haberle dicho el año anterior de una forma un tanto bizcochona: Gracias por los ánimos y las confidencias Gemuqui y por perdonar los olvidos imperdonables. Y felices (más que nunca) 30.

13 de enero de 2009 | | 9 comentarios

Qué honor

Tanto desear fervientemente que en 2009 se cumplan algunos objetivos ha empezado a tener efectos colaterales. Empezamos el año con premio. Pero no un premio cualquiera, no, un premio de Frikitecaris: grupo de amigos relacionados entre sí por su vocación bibliotecaria, interrelacionados por Internet y concentrados en un blog bastante gamberro, que tiene como objetivo la dominación mundial mediante el uso de las armas más poderosas que un bibliotecario puede atesorar: el alzado de ceja y la patada voladora.

Quien albergue dudas sobre la profesión (supongo que muchos) que se pase por el blog y hallará el desmentido de grandes leyendas urbanas, véase: gafapastas y moños y conocerá la corriente anti-usuario a la que muchos nos declaramos profundamente afines.

De vez en cuando, Frikitecaris convoca concursos entre sus seguidores. Así ha sido con el concurso de eslóganes, con el de haikus y con el de relatos frikitemínimos. Ahora le tocaba el turno al concurso de fotografía, en el que había que hacer una composición de títulos de libros que resultase original y en el que he resultado ¡¡GANADORA!!

¿Y el premio? Pues una camiseta cuyo valor económico tiene su importancia, dado que sale del bolsillo de los precursores del blog y que sentimentalmente tiene más valor aún, dado que se trata del producto de merchandising ansiado p0r cualquier buen seguidor de frikitecaris. Eso sí, ahora me toca decidir qué quiero que lleve impreso la camiseta y no resulta nada fácil.

Así pues. Aquí os dejo la composición que me ha dado tamaña alegría.



11 de enero de 2009 | | 4 comentarios

Lo gratis

Les recomiendo encarecidamente que lean el artículo titulado Nuestras autoridades contra el trabajo de El País Semanal de 11 de enero, donde, entre otros asuntos, Javier Marías expone un interesante tema, el derroche que supone el entretenimiento de los ciudadanos por parte de la Administración, notorio más que nunca en época de crisis.

Tiene toda la razón el Sr. Marías cuando manifiesta horripilado que no hay municipio español que no destine dinerales a las llamadas "Comisiones de Festejos" con el fin de organizar todo tipo de actividades que a mí, en particular, se me antojan superficiales desde hace mucho tiempo, pero que desde mi experiencia en ese sector, he podido comprobar que son un escaparate para las masas.

Intentaré ir más allá y decir que en muchas ocasiones he comprobado la querencia del ciudadano por “lo gratis”. Allá donde el ayuntamiento facilite algo – sea lo que sea, se lo aseguro – de forma gratuita, allá que se forman colas interminables. Ocurre con la cola de una hora que se forma para recibir un vaso de chocolate en navidad, las sardinas de carnaval o los almuerzos de las fiestas en verano. Quiero decir con esto, que la culpa de que se destinen partidas de dinero a actividades inútiles es del ciudadano, que pierde la percepción de que ese chocolate, sardina o almuerzo para el que ha esperado pacientemente (y a veces no tan pacientemente) durante una hora, ha salido de su bolsillo y que por tanto, no es gratis. Si el contribuyente rechazara que su dinero fuera destinado a estas actividades – por ejemplo, no arrimándose a ninguna cola – el ayuntamiento desistiría del gesto y el dinero iría a parar a otra cosa más o menos superficial, esa ya es otra historia.

Pero ¿qué ocurre cuando el ayuntamiento decide no hacer una actividad porque no considera conveniente acarrear con ese gasto, o porque no tiene suficiente tirón? que el ciudadano se enfada. Volví a comprobarlo el pasado día 5, en la cabalgata del municipio, cuando los ciudadanos vociferaban al paso de las carrozas contra el Ayuntamiento porque éstas no tiraban suficientes caramelos. ¡¡Rácanos!! – gritaba la señora que tenía al lado. Así – pensaba yo –
así me gustaría verte gritar cuando vayas a quejarte porque te impongan la ORA o porque te han subido algún impuesto o porque no te respondan con la eficiencia debida.

Caramelos, sardinas, chocolate...elementos que individualmente no valen nada y que casi cualquiera podría sufragarse y que multiplicados por 1000, suponen un mordisco significativo del presupuesto municipal. Cosas que el ciudadano debería rechazar pero que al contrario, acepta alegremente de manos de políticos que se sirven de estas cosas porque saben que el contribuyente, no se sabe por qué causas, tiende a fijarse más en la cantidad que en la calidad. Pueden comprobar esta estrategia ustedes mismos en los programas de festejos que precedan al año de elecciones municipales.

Que nadie se extrañe por tanto, si digo que miro mal a algún que otro ciudadano cuando se acerca a la biblioteca y pregunta perplejo ¿y todo esto es gratis?

9 de enero de 2009 | | 0 comentarios

Año de nieves

Ha sido la mayor nevada que recuerde y lejos del caos que haya podido vivir todo el que tenía que hacer lo posible por llegar a tiempo de fichar esta mañana, yo he podido estar con un ojo a los apuntes y otro a la ventana, disfrutando del panorama cada vez que levantaba la vista del folio, pensando que la última vez que nevó así por aquí era sábado por la noche y nos pilló cenando en El Molar. Cuando salimos del restaurante, salir del pueblo era imposible y la N-I estaba impracticable. Nos aventuramos, teníamos que volver a casa. Sin cadenas, menudos suicidas. Siempre recordaré el momento en el que pasó la máquina quitanieves por el carril de la izquierda echándonos toda la nieve encima. Toda la nieve en el cristal, nos quedamos sin visibilidad y un volantazo instintivo a tiempo nos libró de estamparnos contra la mediana. Yo iba de copiloto y aún no sé cómo lo esquivamos. Increíble pero cierto. Nunca pensé que la función de la máquina quitanieves de hacer transitable la carretera pudiera ser la causa directa de un accidente, pero a punto estuvo.

7 de enero de 2009 | | 0 comentarios

De pluma femenina

En la Feria del libro del año 99, cuando aún me duraba la tristeza porque unas míseras centésimas no me habían dejado hacer la carrera que quería, Maruja Torres me dedicó su libro Mujer en guerra con las siguientes palabras: A Carmen, este libro que quizá te ayude a ser fuerte y valiente. Que seas sobre todo, feliz.

Hoy me levanto con la noticia de que le han dado el Nadal con una novela en la que se ha servido de la muerte de dos grandes escritores y amigos: Terenci Moix y Manuel Vázquez Montalbán para contar una historia sobre la amistad. Inmediatamente me apunto en la agenda el propósito de ser de las primeras cosas que lea cuando quede, al fin, liberada. A propósito del aniversario del Nadal, se reedita Nada, de Carmen Laforet. Un libro que me gustó en su primera lectura y que pienso volver a releer, quizá, a continuación del de Maruja.

No sé si lo que más admiro de Maruja Torres es su estilo periodístico, su carácter o que se haya hecho a sí misma de la nada. El caso es que desde que la conocí, me enganchó su personalidad y por eso, de vez en cuando, releo su dedicatoria para recordarme que en esta vida hay que echarle un par de narices, por no decir un par de huevos, a todo lo que hagas. En esas estamos.

También la releo estos días para inspirarme a la hora de hacer dedicatorias, ya que los Reyes, que definitivamente son magos, transformaron algunos poemas que tenía esparcidos en una bonita e íntima edición y su gran artífice y editor bien merece todo mi agradecimiento.

3 de enero de 2009 | | 1 comentarios

La vuelta al mundo desde casa

Para viajar este año hay que darse una vuelta a la manzana con una maleta vacía. Me lo decía mi hermana en la cena de fin de año, que se lo había dicho una amiga que las navidades pasadas lo hizo y emigró de Cuba a España hace unos meses.

Anoche me tomé una pinta en una taberna irlandesa y comprobé que hay a quien sólo con eso le entran ganas de volver a Dublín. El viajero empedernido me contaba que en marzo viajar a Turquía sale caro, que lo mismo cambian Estambul por Moscú y que en verano tenemos que viajar a París. Esta noche ceno en un restaurante africano, a tenor de que en tres días hay quien se va de vacaciones a Marruecos. Y yo sigo soñando con Cuba, porque soñar sigue siendo gratis por ahora.

Lo mejor del año es comenzar haciendo planes, pero este año...va a estar complicado cumplirlos. Allí una oposición, allá un ahorro que abarca hasta los centimillos que antes iba guardando en una cajita....Se dice que para viajar basta con leer e imaginar y aunque el temario de derecho administrativo no me da para hacer mucho turismo, cuento con las historias de un charlatán que aunque aún discute qué país tiene la historia más triste de Europa, es capaz de trasladarte a casi cualquier lugar de la historia sólo con ponerle en modo wikipédico.

Mientras haya crisis, con eso me conformo.