31 de julio de 2008 | | 0 comentarios

De ida...y hasta la vuelta

No me digan que no son maravillosos esos días preludio de un período largamente esperado. Yo, que adoro todos los viernes del año, estoy recreándome como nunca en el último día de trabajo. Me motiva especialmente ver cómo está remarcado en el calendario que cuelga de la pared, cómo suena en el aviso del móvil y cómo centraliza todos mis temas de conversación. De repente el mundo gira en torno a la libertad vacacional que colapsa carreteras, cierra comercios de barrio y te empuja a compartir metros, centímetros mejor dicho, de arena con la misma marea de gente que se traslada a tu mismo ritmo desde la urbe hacia la costa, o hacia la montaña, o hacia cualquier capital de país que figure en la guía del trotamundos.

Sí, lo sé, que mañana cuando busque la sombrilla que mi padre habrá puesto religiosamente a primera hora de la mañana para poder ver al niño de cerca, cuando sienta que una inoportuna paletada de arena me caiga sobre la espalda, incluso cuando tope con caras conocidas, caeré en la cuenta de que Madrid tiene playa y que aunque esté a 500 kilómetros, ahí está, como el primer año que la visité, y de eso hace ya mucho tiempo, tanto que los recuerdos son ya mayores de edad.

Hoy también me recreo en el placer que supone dejar algo realmente bueno para el final. Volveré a Madrid, para tocar pared e impulsarme hacia Menorca. No me digan qué es lo que viene después, la rutina también tiene su marca en el calendario y su pertinente aviso en el móvil, por si se me olvidara que existe el mundo en aquella isla.

Nada más les digo que hasta la vista, au revoir, arrivederci...sólo queda que alguien me entregue en mano un hipotético testigo vacacional y yo cogeré las maletas y el coche y me adentraré en la meseta hasta avistar agua firme.

30 de julio de 2008 | | 0 comentarios

Autoengaños

Qué ilusa…cuando rellené mi parte de vacaciones por allá por el mes de abril, elegí partir las vacaciones en dos quincenas, la primera en agosto, mes inhábil en la administración, con lo que me aseguraba que ninguna convocatoria me aguara la fiesta y otra quincena en septiembre, para cumplir con mis obligaciones opositoras para con el Ministerio de Cultura, que este año, mira tú por dónde, ha decidido retrasar el examen y ha mandado un poco al traste mi planificación.

En aquel momento, cuando me preguntaban por las vacaciones adoptaba la cantinela de: tengo dos quincenas, una para descansar, y otra para estudiar y decía y pensaba cosas como…a la playa no me pienso llevar ni un libro…voy a desconectar totalmente…este año las vacaciones son sagradas…pero así, visto desde cerca, esta semana no hago más que pensar…pero cómo no me voy a llevar ni un libro!...se me va a olvidar todo en 15 días sin repasar el temario, con la de huecos que hay en el día…si me levanto pronto saco una hora, a la hora de la siesta otra hora y si alguna tarde no bajo a la playa, también sacaría tiempo…así que el autoengaño me ha durado hasta que me he puesto a mirar qué apuntes me caben en el maletero. Además de eso, está el maravilloso invento del mp3, que posibilita que vaya a poder estar tumbada en la playa escuchando cómo canto el maravilloso temario en versión estéreo.

Además de eso, ya estoy haciendo acopio de literatura veraniega. Me he empeñado en leer un clásico, así que me llevo Crímen y castigo (por si no tenía bastante) y un par de libros más ligeritos por si ése se me atraviesa: Pura Anarquía de Woody Allen y Un trabajo muy sucio, novela satírica de Christopher Moore. En fin, que ya nos queda poquito.

28 de julio de 2008 | | 0 comentarios

Bodas

Después de este puente es lógico que me dé por hablar de la familia. Familia que aumenta con la llegada de Marcos, otro niño, por parte de hermano primerizo al que le llegan las ojeras al suelo estos días y familia que se junta para celebrar una boda a la manera tradicional, esto es, pasando por la iglesia, pero con el descubrimiento de que hasta eso puede tener su toque modernito. No sé cuál será la tendencia de los seminarios en la actualidad pero por lo menos el párroco que ofició esta boda, era un cruce de coleguita versado en religión y presentador de programa de testimonios...la misa convertida en show para reaproximar la religión al pueblo. O eso supongo.

Lo bueno de las bodas es que reúne a los que no suelen reunirse por otro motivo, todo el mundo viste sus mejores galas, se pasa revista a los invitados, te pones al día, se baila lo imbailable y de vez en cuando acontece alguna movida familiar que acaba aplacándose con un venga, que para una vez que nos juntamos...en fin...bodas, un acontecimiento enternecedor para los novios y muy allegados, que pasan meses desplegando energías e ilusión para que todo sea perfecto durante unas horas.

Este sábado fue una de esas bodas a las que no se podía faltar por dos razones principales: parentesco, ya que se casaba una de las componentes del clan primal (y ya van 3 de 5) y afinidad, porque toda una vida da para conocer cada uno de nuestros pasos y saber que éste era con total seguridad, uno de sus sueños.
Como siempre, en el margen izquierdo, queda el testimonio gráfico del evento.

23 de julio de 2008 | | 0 comentarios

El cómic: ese gran desconocido

Seguramente, el género que más he ignorado durante toda mi vida ha sido el cómic, exceptuando a Mafalda, de la que lo he leído absolutamente todo y El Jueves, que me alegra la jornada de trabajo todos los miércoles, mis inmersiones en las historietas gráficas han sido prácticamente nulas.
Durante algunos meses, he ignorado por completo la sección de cómic de la biblioteca, hasta que un día cayó en mis manos un precioso libro llamado El árbol rojo de Shaun Taun, que despertó mi curiosidad. Desde entonces, de vez en cuando indago en la sección con más o menos éxito, obviando, eso sí, el manga, que lo tengo atravesado.
Supongo que la dificultad que tengo para encontrar comics que me enganchen estriba en que no soy buena lectora de ciencia ficción y literatura fantástica, por lo que la oferta se reduce drásticamente. No obstante, he encontrado cosas verdaderamente buenas totalmente recomendables, es el caso de dos comics que he devorado en dos tardes: Pyongyang y Shenzhen de Guy Delisle.
Delisle plasma en ambos libros su traslado durante unos meses a ambas ciudades para llevar a cabo proyectos de animación que las grandes productoras de occidente han deslocalizado a China y Corea del Norte. Es increíble cómo Delisle puede esbozar en una historieta en blanco y negro la férrea realidad de la dictadura norcoreana con todos sus matices y hacerlo con tanto humor. Lo mismo ocurre en su traslado a la monótona y aburrida Shenzhen, en China, donde el choque cultural y lingüístico provoca un montón de situaciones peculiares para un occidental.
Háganme caso, si quieren enterarse de cómo se vive en esa parte del mundo y sacarle la gracia a lo que aparentemente no la tiene, no tienen que complicarse la vida con grandes volúmenes de índole político-histórica, pueden hacerlo con unas viñetas absolutamente brillantes.

21 de julio de 2008 | | 0 comentarios

Intensos

La verdad es que es fácil, sólo hacen falta tres cosas: amigos, comida, bebida et voilà, ya tenemos la base...el resto corre de cuenta de la improvisación, del ingenio cada año más agudo de las que preparan los regalos. Este año cayó un kit para las futuras casas (con estropajo, enseres para jugar a las cocinitas y un pack para el dormitorio que dejo a su imaginación). A parte de eso, hubo atrezzo deportivo para mi compañera de cumpleaños y unas Converse y un bolso para mí.

A pesar de que la celebración fue un viernes, lo que nos dejó a algunos sin poder de maniobra para hacer reposo vespertino, se aguantó bien el tirón por este orden: tapeo, copas y bailes. La cámara de fotos que iba de mano en mano, echó humo, se ha hecho una exhaustiva criba por que ya nos ha quedado claro que si sobrios no tenemos el don de la fotografía, no les quiero contar lo que resulta cuando los reporteros van cargaditos...en fin, écheles un vistazo y háganse una idea de lo que dio de sí la noche.

Esta celebración fue sin duda, la más larga y multitudinaria, pero hubo muchas versiones del cumpleaños, cada una de ellas fue especial por unas circunstancias y sobre todo, por las personas con la que compartí esos momentos, en grupo o individualmente. Me quedo con ese conjunto maravilloso que resulta de ese todo.

Al final, con tanto ajetreo, parece que el cuerpo no te va a dar ni para llegar al mediodía del lunes, pero aquí estamos, así que démonos ánimos y pensemos que lo que se ve al fondo es un puente y que la semana acabará como lo hacen las películas con final feliz, en boda.

17 de julio de 2008 | | 10 comentarios

Veintiocho

Uno se levanta un buen día y descubre que ya le han caído 28 años, así, como si nada...y eso que ya te habían avisado de que el tiempo pasa y ni te enteras...pero ¿tan rápido? ¡pero si yo ayer iba al cole cogida de la mano!

Y claro, te pones a hacer recopilación...la carrera hace tiempo que acabó (no me puedo creer que fueran cinco años), ya has hecho unas cuantas piruetas laborales (¿y yo he pasado por tantos sitios?), la aventura de la oposición aún te dura (espero que poco), tu futura vivienda está en construcción (increíble pero cierto)...Pues sí, va a ser que sí...que las cuentas salen.

Siempre me ha encantado cumplir años, me gusta celebrarlo, rodearme de la gente que quiero, que ya saben que pienso seguir repitiendo la celebración con ellos siempre que pueda, por que al fin y al cabo, lo que hace feliz un cumpleaños es eso, saberse rodeado de buena gente y tener salud...un año muy acertado para darse cuenta de ello y decirlo.

Sí, ya sé...que la treintena está ya a la vuelta de la esquina, amenazando con sus orejas de lobo en esa franja peligrosa que cada vez avistamos más cerca...pero qué leñe, aún estamos en los 28, así que dediquémonos a disfrutar de ello durante un año entero y en especial, hoy. ¡Que no nos lo quite nadie!
Gracias por estar ahí. A los activos y a los pasivos, a esos que dicen no estar tocados por el don de la literatura, a los que comparten mis sueños, mis dudas y mis certezas. A los que me ven cada día y a los que se han alegrado de verme después de muchos años...como si nada. A los estuvieron...a los que están...¿Qué sería de mi mundo sin ellos?

16 de julio de 2008 | | 0 comentarios

Fraternidades

Los que tenemos hermanos mayores, máxime si la diferencia de edad es grande, como los catorce años que distan entre el nacimiento de mi hermana mayor y el mío, solemos vivir al amparo de su protección y también de sus excentricidades.

Hay quien puede decir que es como tener dos madres o algo así, pero no es cierto, tu madre siempre es tu madre, la que castiga, consuela, manda y ordena y una hermana es algo muy distinto. Lo que marca la diferencia es la tendencia de los hermanos pequeños a ser monos de repetición, que hace que durante toda la infancia, vivamos a la sombra de ese hermano mayor al que quieres parecerte. Es curioso, pero con mi hermano mediano, con el que apenas me llevo cuatro años y con el que debería tener una mayor cercanía, no me ha ocurrido eso.

En ese afán de imitación no me sorprende que mis primeros gustos y elecciones se correspondan por completo a los de mi hermana. Por eso, que nadie se extrañe si digo que acabo de leer en el periódico que Franco Battiato da esta noche un concierto en Madrid, y me han venido a la cabeza un montón de recuerdos, ¡¿pero cómo?! ¡ si hasta puedo tararear canciones enteras de un tipo que tiene 63 años, que vivió su punto álgido a principios de los 80 y del que voluntariamente nunca he escuchado un disco! En fin...de alguna forma he almacenado eso y otros muchos legados fraternales...yo a cambio le pintarrajeaba unos preciosos dibujos en los apuntes de bachillerato en cuanto se descuidaba.

En fin...la adolescencia, ese período en el que uno forja su propia personalidad, suele ser el momento en el que se dejan de seguir las directrices que te habían marcado hasta entonces, y más adelante, cuando uno espabila y madura, descubre que los 14 años de diferencia, en realidad, no son tantos.
P.D. No me hago responsable de las opiniones que puedan derivarse del video.
P.D.2. Franco Battiato sigue siendo toda una institución en Italia.

13 de julio de 2008 | | 2 comentarios

Puesta al día cultural

Ayer, mientras disfrutaba del placer de estar tumbada al sol con el objetivo urgente de transformar mi aspecto blanquecino en uno más saludable, estaba tan absorta en el descanso que cuando alguien me comentó que mañana (por hoy) iba a hacer unas gestiones, me salió contestar que cómo iba a hacer tal cosa puesto que mañana (por hoy), al ser domingo, estaría todo cerrado...no sé quién se quedó más sorprendido, si mi interlocutor ante mi respuesta o yo misma, ante el horrible descubrimiento de que ese mañana, que ya es hoy, no era domingo sino lunes...En fin, enajenaciones transitorias cuando uno está en la gloria y no quiere que le saquen de allí.

Lo raro es que haya ocurrido en este fin de semana que ha sido el más tranquilo de los últimos tiempos. Mucho plan diurno y poco nocturno: ver a mis sobrinos que en nada van a pasar de ser dos fieras a ser tres, ir de compras, hacer acto de presencia en el gimnasio, ir a la piscina, cansarme pronto del sol urbano y ponerme al día en cultureta atrasada. Lo bueno es que tengo cosillas que recomendarles.

Lo primero, música...tenía pendiente escuchar lo nuevo de Amaral. No me he dado mucha prisa, debe ser que escuchar durante 3 años el anterior disco hasta la saciedad no me ha dado margen para tener unas ganas locas de escucharles. Es un disco doble, las canciones son pegadizas, quizás las letras no me parecen tan buenas como en discos anteriores, pero supongo que tendré que escucharlo unas cuantas veces más. Lo que está claro que lo que hace destacar a este grupo, sea lo que sea lo que contengan sus discos, es la voz de Eva Amaral. Por otra parte, si el anterior disco era sencillo y dio para tres años de singles en la radio, éste que contiene 19 canciones, tenemos para cinco como mínimo. Saben aquello de lo poco gusta y lo mucho cansa...pues eso.

Tenía arrinconado también el CD Dos pájaros de un tiro de Serrat & Sabina. Trae un CD de audio y un DVD con el concierto que he ido viendo a ratos, seleccionando las pistas a mi antojo para pasar de Y sin embargo a Aquellas pequeñas cosas y de ahí, a Contigo pasando por Penélope. Una pena haberme perdido verlos en directo...no sé en qué estaría pensando yo.

De un salto, pasamos al cine... Los crímenes de Oxford, la última de Alex de la Iglesia, muy acorde con la Olimpiada Internacional de matemáticas que se está celebrando en Madrid. Un guión muy bien hilado que entremezcla las matemáticas y el suspense. A mí, que siempre fui muy mala en esta ciencia, me ha gustado, especialmente el efecto inquietante que tienen todos los personajes.

Y por último, la esperada Once (una vez), la película que intenté ver este invierno 2 ó 3 veces en los pocos cines de V.O. en los que se proyectó y que siempre fue relegada por otra. Como dato significativo hay que decir que es la película que contiene la canción ganadora del Oscar 2008. Con un metraje de apenas 88 minutos, este musical cuenta la historia de dos músicos, Glen Hansard (un músico muy conocido en Irlanda) y Markéta Irglová, cada uno con un pasado y unas circunstancias, que coinciden en Dublín y comparten sus historias y, sobre todo, sus canciones. Muy bonita y sobre todo, muy sencilla. Intentaré hacerme con la B.S.O. Creo que merece la pena.

11 de julio de 2008 | | 2 comentarios

Escalofríos

No sé si es mi percepción, pero esta semana ha habido una oleada de titulares, a cada cuál más escalofriante. Confieso que lo que más llamó mi atención fue el testimonio de los supervivientes de la patera que consiguió llegar a tierra después de perder a la mayoría de la tripulación. La noticia hablaba de que las madres de los niños que murieron y fueron arrojados al mar, estaban visiblemente afectadas cuando fueron recogidas por los cuerpos de salvamento. La verdad es que me imagino poquitas cosas peores que esa escena macabra, por lo que lo de visiblemente afectadas se queda corto.

Seguimos con la reunión a mesa repleta del G-8 para hablar de los problemas de alimentación que sufre la parte invisible del mundo y para firmar un protocolo sobre el medioambiente que debe tener mucha letra pequeña a juzgar por el poco caso que le hacen.

Punto y seguido, la recesión, la desaceleración...la palabra maldita: crisis. Casi siempre sufrida por el ciudadano en el que repercuten las medidas de los empresarios que cumplen con su obligación de seguir enriqueciéndose. Mañana sin ir más lejos, entra en vigor la ley que permite extender el horario de los centros comerciales en Madrid, así que una gran empresa ya ha decidido inaugurar una nueva era de puertas abiertas al consumo de 9 a 23 horas. Dicen que el nuevo horario creará más puestos de trabajo, yo lo que creo es que se les ha olvidado que los trabajadores suelen tener familia y que a este paso no sé quién va a poder conciliar.

En fin...vayámonos de fin de semana, que es lo único que hoy por hoy, está en nuestras manos.

8 de julio de 2008 | | 5 comentarios

Festejos populares

Confieso que es difícil hacer el amago de levantarse de la cama cuando no hay que fichar con puntualidad hasta las 14 horas, pero estas mañanas cumplo rigurosamente y a las 8 desayuno viendo el encierro.

Si no hubiera sido por las circunstancias, diría que a mí estos festejos taurinos ni fu ni fa...pero lo dicho, las circunstancias son otras y hay que atenerse a ello. Hace algún tiempo tuve un gran golpe de suerte y formé parte del departamento que organiza los festejos de un municipio de costumbres taurinas muy arraigadas, un entramado bastante complejo cuyo montaje dura algunos meses, cuya celebración dura apenas una semana y que milagrosamente, sale adelante con los mínimos recursos humanos que puedan imaginarse.

Llegué allí sabiendo de la organización de festejos lo que cualquiera puede saber, básicamente nada y sobre los festejos taurinos, menos. Cierto es que al haber crecido en el propio municipio tenía asimilado un orgullo autóctono sobre los mejores festejos populares de la Comunidad de Madrid, pero poner en marcha esa máquina y vivirlo desde dentro fue determinante en algunos aspectos de mi vida.

Aquella oficina fue una escuela. Además de una inmersión brutal en el mundo de la compleja administración local, allí aprendí que Sanse no es Pamplona ni quiere serlo y me empapé de cultura taurina, requisito imprescindible para sacar adelante el trabajo, lo que me ayudó a discernir sobre qué me gustaba y qué no en el arte de la tauromaquia.

Conocí a entendidos, a corredores expertos que cada año recorren la geografía para coger toro y hacer la carrera de sus vidas. Manejé las cifras que hay detrás del espectáculo, participé en la organización del tinglado, ví cómo se buscaba siempre la mejora, la excelencia, el encierro en estado puro lejos de la sombra de los sanfermines...y aprendí muchísimo, sobre todo que el encierro puede gustar más o menos, pero es un festejo en el que el toro y el hombre se miden en igualdad de condiciones y que hay quien se prepara para ello con suma seriedad. Son los mismos que desprecian a aquellos que se ponen delante de la manada de cualquier forma y ponen en peligro al resto.

Claro está que el encierro, un festejo considerado popular y menor, es precedente de otro espectáculo muy distinto, más conocido y bastante más controvertido. Considero que lo que sigue a la entrada del toro en la plaza es ya otro arte, harina de otro costal.

4 de julio de 2008 | | 4 comentarios

La recomendación recomendada

“Todo lo que pasa, conviene”. Parece ser una de esas frases que vienen bien para llevar la resignación con espíritu positivo. La ha mencionado Luis Aragonés en su despedida sin citar su autoría. No es que de repente eleve al ex-seleccionador a categoría de gurú filosófico, por mucho que le llamen el sabio, pero la frase me ha gustado.

A tenor del seleccionador…ya nos hemos visto las caras con algún que otro recién aterrizado de la fiesta austríaca. Como ya les mencionamos, algunos amigos volaron para vivir el éxtasis futbolístico y de paso, se pasearon un día por Viena. Les aseguro que transpiran emoción por los poros. Sobre todo porque a la ida, de camino al parking para coger el coche que les llevaría al aeropuerto, la mitad se quedó atrapada en un ascensor y tuvieron que intervenir los bomberos. 40 minutos de película. Al final pudieron coger el vuelo y mereció la pena el desembolso. Dio prueba fehaciente de ello el diario AS de 30 de junio en la página 12.

Grine y Geekteca, ilustres comentaristas de este blog (hay pocos, así que hay que mimarlos), se dejaron caer ayer por estos lares para dar cuenta de unas cañas (y unos pintxos gourmet, que esto no es cualquier cosa) que llevaban largo tiempo prometidos. Me adelanté a mencionarles una recomendación que pensaba reflejar en este blog, la misma que me ha hecho un amigo sobre un tipo que al que me he aficionado a leer a diario, se llama Rafael Reig y escribe las Cartas con respuesta en la sección de opinión del diario Público. Échenle un vistazo, a ver si comparten mi parecer.

2 de julio de 2008 | | 5 comentarios

Saber demasiado

No me canso de decir que trabajar de cara al público es un arte. Las sendas del usuario/ ciudadano son inescrutables, nunca dejan de sorprenderte. Por ello, para trabajar de cara al público hay que estar dotado de grandes dosis de paciencia y diplomacia, aceptar las preguntas obvias como grandes dudas de la humanidad, intentar derribar viejas costumbres y pensamientos añejos sin parecer un integrista bibliotecario o no desmoralizarse cuando te pasas el día ejerciendo de brigada cívica...esto no se hace, esto está mal...

Eso quema a unos más que a otros. Los hay encantados con su puesto porque adoran intercomunicarse con el resto del mundo y los hay decididos a ser carne de despacho en cuanto sea posible puesto que bastante tienen con dirigirse a ellos mismos por la buena senda como para hacer lo mismo con una pluralidad indefinida y por lo general, desobediente. No diré en qué lugar me encuentro yo.

Pero hay una cosa curiosa en todo esto y es que mientras ahí fuera en la calle predomina el individualismo y la gente se queja de que ya no se conoce al vecino de escalera, en un puesto de cara al público donde una alta porción de los visitantes son usuarios recurrentes, puedes llegar a saber más de lo querrías de ellos. Ocurre cuando ves a niños que siempre vienen solos o que apenas saben el idioma porque acaban de reagrupar a la familia, cuando una mujer se lleva tres ejemplares de libros que autoayudan a reconocer el maltrato psicológico, cuando alguien viene todos los días a la misma hora para leer la Biblia, El Corán o el suplemento de empleo del Segundamano o se lleva de un golpe tres biografías del Ché y un libro sobre la historia del Comunismo. Lo mismo ocurre con las nuevas tecnologías de la información, donde la pantalla no preserva del todo la intimidad y se adivina perfectamente quien retoca con esmero su curriculum cada semana o amplia su círculo social a través de las páginas de contactos.

Creo sinceramente que en el fondo, todas esas personas se creen anónimas y dan por hecho que los que realizamos las transacciones y estamos omnipresentes en las salas, lo hacemos de forma automática y no relacionamos rostros y lecturas ni sacamos nuestras propias (y obvias) conclusiones.

Creo sinceramente, que se sorprenderían de lo mucho que sabemos de ellos sin habernos dirigido apenas la palabra.