30 de marzo de 2009 | | 4 comentarios

Proyectos que no paran

El ritmo vertiginoso de la vida está implícito en todos los ámbitos. Ya decía yo en el post anterior que el tiempo pasa volando y vaya que sí lo hace...allá donde había un hueco de tierra hace un año, se levanta ya algo más que la estructura de unas cuantas viviendas que debería estar acabadas en exactamente un año más.

En los últimos tiempos he desarrollado una costumbre curiosa...el fin de semana de después de cada examen de esta última oposición me he acercado a ver los avances de la que será mi futura casa...y es que si en algo he pensado durante estos últimos siete meses mientras estudiaba, era que tenía que hacer frente a este proyecto pasara lo que pasara...algo que en unas ocasiones me servía de revulsivo para seguir tirando un poquito más del carro y que en otras acababa siendo la gota que colmaba el vaso de los agobios.

Una amiga mía que también fue opositora en su día y que también compró una casa antes de obtener la plaza, me contaba que en muchas ocasiones, mientras estudiaba y todo no podía ser más difuso, se preguntaba en qué hora se le había ocurrido meterse en semejante lío...y sí, es cierto, por unos momentos piensas en qué estarías pensando cuando lo hiciste, qué tipo de optimismo te invadía para tirarte de cabeza a la piscina...a veces acabas por pensar que tienes que sacarte la plaza por el piso más que por ti mismo y se te ocurren todos los finales posibles, desde el más triunfador al más catastrofista.

Pero ahí está...y al final no te queda otra que pensar que a veces es necesario tener ese "algo" que tire de ti y te apriete las clavijas para que pongas todo la carne en el asador.

Aunque la realidad es que a veces te encantaría tirar todas las responsabilidades por la ventana...y quedarte tan ancho.

27 de marzo de 2009 | | 3 comentarios

Despejándome

Me quedan tres cuartos de hora para acabar la jornada del viernes, pero no de un viernes cualquiera, sino de ese viernes post-oposición traumática...Desde el martes de la liberación, la pregunta más escuchada tras el ¿cómo te ha salido? ha sido ¿qué se siente al tener tiempo libre? y estarás liberada ¿no? y aunque lo más socorrido es decir aún no me ha dado tiempo a darme cuenta, lo cierto es que no he parado de hacer cosas.

Si de las primeras cosas que uno se da cuenta cuando acaba un proceso tan largo como éste es que todo tiene un final y que hasta lo que parece que no va a llegar nunca, al final siempre llega...lo siguiente que averigua es que el tiempo libre no corre igual cuando estás frita bajo la lamparita con la cabeza metida en los apuntes que cuando estás de un lado para otro haciendo lo que te da la gana...qué gran averiguación la mía ¿verdad? pues fíjense cómo ha sido mi vida los últimos años que yo acabo de enterarme.

Y el cuerpo se te queda hecho una pena...esa es la realidad...tanto dormir 8 horas para poder rendir, tanto "salir de tranqui", tanto no beber para estar fresco, tanto no caer en la tentación...que cuando tienes que darle caña...te dice que no...así que perdonen la expresión, pero tengo el cuerpo amariconao, con ese sentimiento de querer hacer cosas, pero con el cuerpo apático y chungo.

Poco a poco, sin hacer sobreesfuerzos, vamos a empezar a ponerle a punto, considero que ya he cultivado la mente bastante y que ahora, le toca el turno al cuerpo...así que vamos a empezar a incrementar el nivel de alcohol en sangre para que no caer redonda a la segunda copichuela, vamos a bajar las horas de sueño porque según algunas teorías conlleva un mayor aprovechamiento de la vida y vamos a empezar a prepararnos físicamente para hacer alguna carrerita popular, que ya hay ganas.

Esos son los planes iniciales...a ver qué se me va ocurriendo según vaya tomando aire.

23 de marzo de 2009 | | 2 comentarios

Un film de Almodóvar

Me gusta Almodóvar. Y no es por que sea el director más internacional, ni por parecer modernita, ni por sus chicas, ni por sus chicos...me gusta por su estética, por su estilo propio, porque si hacer arte consiste en crear algo nuevo, él lo ha conseguido a través de su filmografía. y porque me encanta ver en los carteles eso de...un film de Almodóvar.

Así que este fin de semana, me fui a ver Los abrazos rotos con todos los prejuicios que fui capaz de recopilar en prensa, radio y televisión desde su estreno, como por ejemplo:
- Que la película estaba formada por muchas historias distintas y que era compliCado meterse en la trama.
- Que te hartabas de ver imágenes de Lanzarote.
- Que el papel de Blanca Portillo (como Judith) no pintaba nada en la película.

La verdad es que a veces te alegras de haber oído cosas así, porque entras en la película pensando que vas a invertir dos horas en ver un bodrio y al final, sales más contento que unas castañuelas y sin saber si la película era buena o es que tú tenías el listón tan bajo y sabes tan poco de cine que te contentas con cualquier cosa.

(Atención, si alguien no quiere saber nada de la película antes de verla, que deje de leer)

Bueno, pues lo que yo ví fue una película con una trama bastante lineal, bastante seria, con sus toques almodovarianos (como no, si no no sería un film de Almodóvar), rodada entre Madrid y Lanzarote, sin que en ningún caso los bellísimos planos de la isla sean excesivos. Los saltos en el tiempo son absolutamente coherentes y por tanto, no hay que hacer grandes esfuerzos para seguir la historia.
Por una vez, y sin que cree precedentes, Penélope Cruz me ha gustado en el papel y (no sabéis lo que me cuesta escribir esta frase) lo hace bien. Mejor aún lo hace Lluis Homar, que pierde pelo y vista con mucho estilo. En esta película existen seis personajes claves que llevan el peso argumental, el resto son cameos, unos mejores y otros peores, unos hacen guiños al pasado (Kiti Manver, Chus Lampreave, Rossy de Palma) y otros al futuro (nuevos actores tipo Al salir de clase).
En definitiva, existen planos preciosos, Almodóvar sigue respetando su costumbre de colocar algo rojo en casi todos los planos y presiento que gracias a (o por culpa de) Los abrazos rotos, Lanzarote va a experimentar una avalancha turística en los próximos tiempos.
A quien le gustara Todo sobre mi madre volverá a ver esa línea y estoy segura de que quien aborrezca las películas de los inicios (Átame, Kika, Mujeres al borde...) conseguirá ver a Almodóvar con otros ojos.

21 de marzo de 2009 | | 5 comentarios

De tabernas (I parte)

Lo bueno de que las poblaciones crezcan y se creen barrios nuevos es que cada poco tiempo, aparece algún sitio nuevo al que ir. No vivir en la capital te aleja un poco de los recorridos típicos: ir de vinos por las cavas, tomar el aperitivo en la latina...y aunque la diferencia sea, hoy por hoy, insalvable, por las poblaciones del norte y especialmente en los nuevos barrios, están apareciendo locales con bastante gusto que suplen un poco esta carencia.

Así que sin necesidad de irse muy lejos ni de volverse loco aparcando el coche, existen algunos sitios bastante majos donde tomarse un vino o una caña que apunto para aquellos que vivan por aquí y les apetezca hacer un tour.

Tierra de barros Vinoteca ubicada en un local bastante pequeño pero que puede dar cabida a 20-30 personas sin problemas. Venden vino por botellas, pero también sirven copas, cañas e incluso una botellita de champán más pequeña que las convencionales para compartir entre dos. Ambiente a partir de 30 años muy tranquilito.

Kranc Taberna vasco-argentina. Tienen una carta bastante maja de entrantes para probar en la barra y una carta con platos más contundentes por si quieres pedir en la mesa. También tienen postres, lo que suele ser bastante raro en tabernas de este tipo.

Sikaru Esta tabernilla apenas está publicitada, así que mejor decir que está situada frente a la estación de tren de Valdelasfuentes (Alcobendas) y que ofrecen de todo: vinos, cañas, copas y además, están especializados en tostas. Suelen estar bastante llenos y el local no es muy grande, así que los días de fútbol mejor abstenerse. Eso sí, entre semana es muy tranquilo y a las 11 ya están cerrando.

La frasca De este pequeño sitio (tiene apenas 4 mesas) me gustó la atención de los camareros y que puedes comer o cenar de pinchos sin necesidad de quedarte en la barra, cosa que no suele ser común porque las mesas suelen reservarse a los que comen o cenan de carta. Tengo ganas de volver a la hora del aperitivo a ver qué tal. Además, en la misma calle (María Moliner, S.S. de los Reyes) hay otros dos o tres bares para hacer una pequeña ruta y para completar la jugada, a 5 minutos está el pub irlandés Dublineses. Cuando fui cogí una tarjeta donde indicaban una página web que por lo que veo ahora, no está activa.

Imanol Aunque esté en un centro de ocio exclusivamente dedicado a la restauración, Imanol es al sitio al que más me gusta ir. Está ideada como cualquier taberna vasca: sidra, pintxos en la barra para coger libremente y palillos al plato para luego hacer cuentas. Es amplio, la clientela es variopinta y es casi imposible sentarse.

Hay unos cuantos más, pero aún tengo que seguir rastreando el callejero y completando la ruta.

16 de marzo de 2009 | | 3 comentarios

Ciclos

Todo es cíclico. Queda una semana. Sólo una semana y después...se acabó y van tantos finales de oposición que me conozco la sensación de vacío de sobra. Uno piensa en los miles de cosas que va a hacer y hace listas y se ilusiona y cuando acaba...uf, ¿y ahora qué hago? y no, no soy rara, sino que le ocurre a casi todo aquel que ha vivido por y para algo en exclusiva.
Por ahora combato este conato de síndrome de Estocolmo que vendrá (qué curiosa es la psicología de los secuestrados en todas sus variantes) afinando mi habilidad con Word. Aquí una columna, allá un sombreado, acá una sangría...cual monje iluminator del siglo XXI paso las mañanas y los puentes, privilegio de unos que yo me sé que se van a caminar por calzadas de gigantes y a esquivar cócteles molotov por el Ulster o a apurar la temporada de nieve.
Porque en el fondo, lo único que nos salvaría de pensar qué vamos a hacer ahora para ocupar el tiempo es romper con la rutina y desplazarnos. Si yo pudiera, haría las maletas y me iría a Cuba, a seguir el itinerario de Marta, ése que le pedí en pleno arrebato masoquista con el fin de que me sirviera alguna vez. Este fin de semana me ha dado por pasarlo a ordenador...craso error...qué forma más tonta de que se te haga la boca agua teniendo la nevera vacía. Pero servirá, desde luego que servirá, este año, o el que viene o el siguiente...pero allá que me iré, seguro.
Todo es cíclico y esta sensación de vacío se convertirá pronto en liberación. Señores, se aproxima el lugar donde se nos permitirá dejar la pesada mochila en el suelo y yo me pongo una canción que me suena a eso: a llegada a su destino.

9 de marzo de 2009 | | 3 comentarios

Todavía es posible

Cumpliendo promesas, repartiendo alegrías. Así se titula el post de hoy de frikitecaris, y están en lo cierto, porque yo he tenido mi particular minuto de gloria y puedo enfundarme la camiseta siempre que quiera para sentir la fuerza que da el alceo de ceja. Me costó mucho elegir el diseño posterior, pero al final me decidí por un relato frikitemínimo finalista de filosofoenparo que viene a decir lo siguiente: Unos decían que el universo tenía un principio que se llamaba portada. Otros opinaban que se llamaba cubierta. Los primeros afirmaban que cubierta y contracubierta no formaban parte de ese universo. Sólo marcaban sus límites. Sin embargo, ambas facciones coincidían en una cosa. El universo tenía un fin llamado punto...Punto y final.

A propósito de minutos de gloria...tras horas de espera hoy han salido las notas. Un 8,24 que me permite seguir en la brecha, deseando que pasen los días para el siguiente. Lo siento por los que tengan planes para el puente, pero por mí, que fuera 24 de marzo ya mismo. La presión de los días esperando es lo más duro, más que el estudio en sí...y lo malo es que hay que esperar para todo: para que llegue, para que salgan las notas, para presentar documentos.

En fin...mientras quedamos a la espera (como no) de que se tercien celebraciones más efusivas, voy a ver si me tomo un vino que perpetúe esta sensación de que hoy, el sueño, todavía es posible .

4 de marzo de 2009 | | 3 comentarios

Aguantando el tipo

Hay quien dice que está muy bien eso de conseguir los objetivos que uno se propone en la vida, pero que no hay que olvidar que lo que más tiempo te va a llevar es el camino hacia la meta, por tanto, también hay que saber disfrutar de ello.

Ójala la vida consistiera en eso ¿no? en escaparse a las ciudades que aún no se conocen, beber un buen vino, disfrutar de los que te brindan su tiempo...Estoy en plan existencialista, pero es que o hago eso o no sé dónde ha ido a parar mi tiempo en los últimos 3 ó 4 años, los mismos que se han dedicado con tesón a una sola cosa: trabajar para poder ver la vida pasar con más tranquilidad cuando ocurra eso que estoy esperando.

A sabiendas de que no hemos acabado (no será por ganas), cuando ya has soltado lo que tenías que soltar sobre la hoja y crees que ya ha pasado lo más duro, el cuerpo te pide que te des una tregua y que te desates...pero son más fuertes las ganas de salir que has ido creando durante las horas de encierro que la energía que realmente te queda.

No obstante, planeamos una escapada de 30 horas. A Valladolid, que queda cerca y es pequeña y además, tiene eso típico de poder ir de bar en bar de casi todas las ciudades españolas. Habrá quien le guste airearse en el campo o apoltronarse en el sofá...a mí lo que de verdad me apetece hacer para saber que definitivamente soy un poco más libre es alejarme, brindar y comer. Aunque el cuerpo no me dé para ello y al segundo verdejo mi cara se vuelva más blanca que el papel.

En fin...se trata de ir recuperando poco a poco el espíritu. Aguantar la espera y ver si por fin, esta vez sí, nos enfrentamos a la prueba final.

1 de marzo de 2009 | | 0 comentarios

Un spot lacrimógeno

Veo poco la tele, pero el sábado a la hora de comer, antes de irme a Valladolid a hacer escala en la siguiente denominación de origen, vi un anuncio que me emocionó como pocas cosas parecen poder hacerlo en TV en los tiempos que corren. Quien no lo haya visto, que dedique unos segundos a ver y a escuchar lo que le dice el hombre más longevo a una niña recién nacida en un encuentro llevado a cabo por obra y gracia de Coca-Cola.
Qué sabias y maravillosas palabras.