Veo poco la tele, pero el sábado a la hora de comer, antes de irme a Valladolid a hacer escala en la siguiente denominación de origen, vi un anuncio que me emocionó como pocas cosas parecen poder hacerlo en TV en los tiempos que corren. Quien no lo haya visto, que dedique unos segundos a ver y a escuchar lo que le dice el hombre más longevo a una niña recién nacida en un encuentro llevado a cabo por obra y gracia de Coca-Cola.
Qué sabias y maravillosas palabras.
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