23 de marzo de 2009 | |

Un film de Almodóvar

Me gusta Almodóvar. Y no es por que sea el director más internacional, ni por parecer modernita, ni por sus chicas, ni por sus chicos...me gusta por su estética, por su estilo propio, porque si hacer arte consiste en crear algo nuevo, él lo ha conseguido a través de su filmografía. y porque me encanta ver en los carteles eso de...un film de Almodóvar.

Así que este fin de semana, me fui a ver Los abrazos rotos con todos los prejuicios que fui capaz de recopilar en prensa, radio y televisión desde su estreno, como por ejemplo:
- Que la película estaba formada por muchas historias distintas y que era compliCado meterse en la trama.
- Que te hartabas de ver imágenes de Lanzarote.
- Que el papel de Blanca Portillo (como Judith) no pintaba nada en la película.

La verdad es que a veces te alegras de haber oído cosas así, porque entras en la película pensando que vas a invertir dos horas en ver un bodrio y al final, sales más contento que unas castañuelas y sin saber si la película era buena o es que tú tenías el listón tan bajo y sabes tan poco de cine que te contentas con cualquier cosa.

(Atención, si alguien no quiere saber nada de la película antes de verla, que deje de leer)

Bueno, pues lo que yo ví fue una película con una trama bastante lineal, bastante seria, con sus toques almodovarianos (como no, si no no sería un film de Almodóvar), rodada entre Madrid y Lanzarote, sin que en ningún caso los bellísimos planos de la isla sean excesivos. Los saltos en el tiempo son absolutamente coherentes y por tanto, no hay que hacer grandes esfuerzos para seguir la historia.
Por una vez, y sin que cree precedentes, Penélope Cruz me ha gustado en el papel y (no sabéis lo que me cuesta escribir esta frase) lo hace bien. Mejor aún lo hace Lluis Homar, que pierde pelo y vista con mucho estilo. En esta película existen seis personajes claves que llevan el peso argumental, el resto son cameos, unos mejores y otros peores, unos hacen guiños al pasado (Kiti Manver, Chus Lampreave, Rossy de Palma) y otros al futuro (nuevos actores tipo Al salir de clase).
En definitiva, existen planos preciosos, Almodóvar sigue respetando su costumbre de colocar algo rojo en casi todos los planos y presiento que gracias a (o por culpa de) Los abrazos rotos, Lanzarote va a experimentar una avalancha turística en los próximos tiempos.
A quien le gustara Todo sobre mi madre volverá a ver esa línea y estoy segura de que quien aborrezca las películas de los inicios (Átame, Kika, Mujeres al borde...) conseguirá ver a Almodóvar con otros ojos.

2 comentarios:

Grine dijo...

Pues sí, soy de las suyas. Me parece fantástica, buenísima, muy bien dirigida e interpretada. Y con unas escenas bajo las sábanas o en la sala de doblaje antológicas. Y que viva Almodóvar!!

Anónimo dijo...

La verdad, Carmen, que no he visto la última de Almodovar: Entre otras cosas porque tendría que ir solo, pues nadie de los que conozco les gusta su filmografía.

Empero, yo soy un admirador crítico de su obra: El 80% de sus obras son geniales y el 20% sólo interesantes.

Lo que más me atrae de su cine es ese magnífico microcosmos que ha mantenido a lo largo de su carrera. Aunque también me encanta la credibilidad y solidez de los personajes femeninos, la capacidad de mostrar una historia intensa o dramática, sin perder lo lúdico, lo cómico y "lo vanal" para no agobiar al espectador. Ese gusto por lo "naif" y lo "hortera", que en sus manos resulta de un buen gusto que para qué decir más.

Un saludo.
Nota: Si que tiene que estar bien la "Pé" para que te haya gustado, "María del Carmen" (jejeje). Perdona la maldad, pero reconoce que me lo has puesto en bandeja.