13 de mayo de 2009 | |

Antonio Vega

Ayer murió Antonio Vega y se me viene a la mente aquella vez que me lo crucé en la calle, debe hacer trece o catorce años de aquello, caminaba cabizbajo, tenía el pelo largo -muy largo-, vestía de negro y la diferencia entre un yonki cualquiera y él, era que aquel yonki era a su vez el chico triste y solitario. Qué pena - recuerdo que pensé entonces - Qué pena - volví a pensar ayer.

Hay a algunos que se les va la vida en cada verso. La diferencia entre algunos poetas y músicos es que los primeros corren el peligro de perderse al ahondar demasiado en las profundidades y los segundos se arriesgan a que además, todo eso trascienda más allá de ellos. Se me viene a la mente Enrique Urquijo, se me viene a la mente Antonio, otra vez.

Una voz impecable, inconfundible, sólo para escucharla, sin caer en el error del videoclip, de la dolorosa actuación en directo de youtube, porque hacerlo supone poner la atención en otra cosa y hacer eso con Antonio Vega supone incurrir en un grave error.

Escuchen La chica de ayer, sí, pero si quieren reconocer al gran poeta, escuchen El sitio de mi recreo o Se dejaba llevar. Si lo que quieren es deleitarse y emocionarse, atiendan a cualquiera de sus escapadas. No conozco tema que él haya versionado que defraude o empeore el original y eso señores, sólo pueden hacerlo los grandes.

2 comentarios:

Grine dijo...

Llevaba media vida dejándonos, sabíamos que tarde o temprano pasaría pero no por ello nos ha dejado menos huella. El mejor tributo es seguir recordando su música, la poesía de sus letras y no olvidarnos de que ha sido uno de los más grandes artistas de este país.

Mentxu dijo...

Toda la razón Grine y su importancia de su producción no estaba en la cantidad, sino en la calidad.