30 de septiembre de 2009 | | 1 comentarios

Cosas

Vivo en una de las calles más grandes de mi localidad. La ventana de mi habitación, situada en un primer piso, tiene vistas a esa calle por la que transita a diario un montón de gente. Esta mañana cuando me he despertado y he subido la persiana como cada día, mi primera visión ha sido ver pasar a un usuario de la biblioteca. No sé vosotros, pero yo pienso que esto no puede ser bueno.

27 de septiembre de 2009 | | 0 comentarios

No es lo mismo

Hubo un tiempo en el que conocí el fenómeno fan: mi hermana me compraba los discos (los dos primeros fueron de vinilo), hacía varias horas de cola para poder estar cerca del escenario en los conciertos y me compraba la Superpop cuando venía cualquier cosa que hoy en día me provocaría risa. Todos tenemos un pasado y no veas cómo disfruté esa época.

Después, he seguido comprándome los discos originales, aunque reconozco que a partir del "Corazón partío" no he sido capaz de aprenderme ni una canción más. En último viaje a la playa hice sesión nostálgica y entre otros, pillé un recopilatorio aprovechando que tenía 4 horas de viaje por delante y que iba sola. No sé si ha sido él o yo, pero hace tiempo que cada disco me gusta menos.

Veo que va a sacar nuevo disco y que el primer single es una canción llamada Looking for paradise en la que hace un dúo con Alicia Keys. Le doy una oportunidad, porque por mucho que me decepcione, siempre espero que el siguiente disco me guste algo más, pero no hay manera...Alicia Keys, con esa preciosa voz, entona una melodía que psss...pero en cuanto Alejandro Sanz se marca sus estrofas en Spanglish...la cosa torna a ser un poco cómica, las cosas como son...lo mismo con otra voz de acompañamiento la cosa no hubiera quedado tan descompensada. Juzgen ustedes mismos. Eso sí, seguro que la acabamos teniendo hasta en la sopa.


21 de septiembre de 2009 | | 1 comentarios

Hasta la vuelta

Se nos va. Hace las maletas, coge la guía de Irlanda que le regalaron por su cumpleaños y se va a la República de Michael Collins, a la vieja Éire, a buscar en el condado de Galway esa experiencia que hay que tener alguna vez en la vida.

Tres meses es ese período que no alcanza a ser mucho, pero que no es poco: un otoño para echarla de menos. Es en estos casos cuando Internet adquiere su mayor utilidad, pues la estaremos vigilando de cerca. Esperemos que haga uso exhaustivo del e-mail siempre y cuando no esté intentando pensar, leer, escribir y hablar en inglés.

Menos mal que existen los billetes tirados de precio. No sé qué dirá del seguimiento de familia y amigos y del boicoteo encubierto de su viaje con tanta visita hispanohablante, pero allí estaremos en noviembre, pidiéndonos a pint of Guinnes con perfecto acento irlandés.

Que tengas un gran viaje Noe.

14 de septiembre de 2009 | | 2 comentarios

Revelaciones

Si hace unos meses decía que no había tenido la oportunidad de apreciar el teatro en su justa medida, hoy me desdigo y lo hago porque he visto en escena La casa de Bernarda Alba y he tenido una revelación.

La asignatura de literatura en bachillerato te deja como recuerdo la lectura obligatoria de un puñado de obras universales de las que se paladean mucho mejor cuando uno ya cuenta con unos años. Una de ellas es este drama rural de mujeres que Lorca escribió dos meses antes de morir, una obra desgarradora que escenifica muy bien la realidad de la mujer en Andalucía en la primera mitad del Siglo XX. Lo sé porque tal y como dice mi madre, que vivió en ese entorno geográfico pocos años después, antes los lutos se vivían así.

Imagínense a Bernarda y a Poncia tal y como las han leído y pónganle cara: seguramente serían Nuria Espert y Rosa Mª Sardá. Lluis Pascual condicionó la puesta en escena de este montaje a que ambas pudieran encarnar esos personajes y la decisión es la base para que el texto resulte simplemente extraordinario.

La escenografía es una maravilla realista: azulejos relucientes de tanto limpiarlos, toldos que tapan el sol de justicia andaluz, sillas de pueblo y sobre todo: vecinos que no se ven pero que están para hacer acopio de dimes y diretes, hombres invisibles que son el motivo de que las hijas enloquezcan encerradas a cal y canto para preservar su honradez y luto y una madre que domina y que controla con su permanente gesto maligno.

Nuria Espert, dama de la escena desde que el mundo es mundo, infunde temor con su caracterización, negro sobre blanco y bastón para señalar, amedrentar y castigar. Rosa Mª Sardá es Poncia, alcahueta, protegida de Bernarda y un enlace entre Bernarda y sus hijas. Una mujer que igual odia a Bernarda que ejerce de fiel sombra y que es capaz de ver lo que la madre déspota no ve tras su velo de rectitud y oscuridad.

La juventud cercenada de las hijas está espléndidamente interpretada por cinco actrices fabulosas. Si algo tiene este montaje es que no hay personaje que no encaje o que esté por debajo del nivel general, que es altísimo. Un nivel que se premia sacando al reparto a saludar hasta cinco veces con el público en pie y con la sensación a la salida de que por fin he sentido la verdadera esencia del teatro.

La casa de Bernarda Alba. Matadero, Naves del Español. Del 10 de septiembre al 25 de octubre.


10 de septiembre de 2009 | | 4 comentarios

Independencia (la idea)

Todos los septiembres lo mismo. Tras unos meses de falsa independencia y libertad de movimientos llegan esos días raros en los que tengo que adaptarme a la vida familiar, cosa lógica y normal para quien aún vive con sus padres. La sintomatología es clara, pese a las comodidades (en casa se vive muy bien, aunque creo que habrá quien viva mucho mejor que yo) estoy agobiada, me cuesta adaptarme a los horarios establecidos, a no estar nunca sola y sobre todo a decir qué hago, qué estoy haciendo y qué voy a hacer. Vamos, que estoy de uñas.
Estas crisis que me llevan atacando desde ya hace algunos años, se van relajando cuando pasan unos días, incluso antes con mi vida contemplativa dedicada al estudio y al trabajo casi era necesario que hubiera gente alrededor para no volverme una loca asocial. Pero este año, en el que no he parado y he probado las mieles de ser totalmente independiente y de tener total libertad para hacer lo que quisiera cuando quisiera (cuento también con las responsabilidades, que no todo es vivir la vida), me ha quedado muy clarito que a estas alturas yo ya debería estar fuera del nido y que si no lo he hecho aún, es hora de que vaya pensando en ello.


Hasta ahora la idea del piso era algo real pero lejano, al igual que la idea de independencia. Sin embargo, en estos días, a seis meses de la entrega del piso y con todo el mundo hablando de pisos y muebles a mi alrededor, estoy totalmente convencida de que ya es hora de volar, y pronto.

4 de septiembre de 2009 | | 2 comentarios

Lecturas pasadas, presentes y futuras

Trilogías aparte, por fin le he hincado el diente a un autor al que le tenía ganas: Haruki Murakami y al llegar a la última página de After Dark, obra que elegí al azar porque era de lo poco que quedaba a esas alturas del verano en la estantería, ha ocurrido lo que estaba deseando: tenía ganas de más.

La ficción de Murakami en After Dark es urbanita, oscura, con personajes marcados que viven en un submundo dentro de una ciudad de esas que parecen engullir personas: Tokio. Las sensaciones se palpan: el peligro, la violencia, la soledad, la pérdida, las dobles vidas... Murakami describe con precisión cinematográfica y el lector vive el pasar de las horas gracias a un recurso fantástico: los relojes que introducen cada nuevo capítulo, como en las películas de acción en las que hay que desactivar una bomba en 8 horas, pero con el efecto contrario, sabiendo que el desenlace vendrá al final de una noche que no querríamos que acabara nunca, para saber más sobre todo eso que nos ha contado.

Ahora estoy de nuevo centrada en la lectura de la segunda parte de Millenium, estando ya en las últimas páginas reconozco que la lectura interrumpida por las vacaciones no me ha dejado saborear bien la que dicen que es la mejor de las tres partes. Acabaré y diré si me he quedado a la espera de la tercera parte con el mismo ansia que he visto en otros lectores con alto nivel de exigencia.
Ya tengo en cola de espera leerme algo de Amélie Nothomb, esta vez tampoco he hecho ningún tipo de selección y al llegar a la estantería, me he decidido por Estupor y temblores, que tiene tan buena crítica que asusta.

Supongo que en estas noches en las que el tema de la plaza me está quitando horas de sueño, algo que no me ha sucedido ni en los momentos de máxima presión oposicional, lo mejor es acogerme a la lectura como tabla de salvación. Además, parece que al fin vuelvo a leer, ya que pensaba que con el tema del estudio, nunca jamás iba a poder disfrutar de ello como lo hacía antes. Qué alivio saber que no es así.

1 de septiembre de 2009 | | 3 comentarios

Dilemas

Es difícil que septiembre no sea un mes raro...síndrome clarísimo del fin del verano, reencuentro de las cosas que siguen como estaban, incluso las que nos hubiera gustado que cambiasen en nuestra ausencia. Este mes sigue teniendo nombre de retorno, aunque sea mes de vacaciones para muchos y sigue, al menos para mí, hermanado con enero por la vuelta a empezar y la ristra de propósitos.

Ya lo hemos pasado bien, ya hemos agotado los días de vacaciones y quedan unos cuantos días sueltos que tendrán que ser distribuidos de aquí a fin de año para no perder la paciencia. Ahora, en septiembre, hay que recordar las cosas que se dejaron para después del verano, la toma de decisiones retrasada toma vigencia y yo, aunque intento hacerme la loca, no puedo evitarlo y empiezo a inquietarme.

La situación es la siguiente: aprobé una oposición y obtuve una plaza que teóricamente (salvo cambios drásticos) me garantiza cierta seguridad económica de aquí al fin de mis días...pero también obtuve una plaza que se aleja un poco de mi formación y del trayecto que tenía marcado en mi imaginario. Dada mi situación personal y la mundial, no me quedaba otra.

Poco después del aprobado, se presentó otra oportunidad que se circunscribía a mi área de conocimiento: las bibliotecas, con posibilidades de acceder a una categoría superior y consolidarla dentro de unos años...y por un tiempo, he dedicado mi empeño a hacerme con esa plaza porque de lo contrario, tomaré posesión de la plaza que he sacado por oposición y me veo en la obligación de empezar de cero, de cambiar completamente de profesión. Podría quedarme en bibliotecas tal y como estoy, pero ni las funciones ni las condiciones son las mejores a las que podría optar si cambiara de área. Por poner un ejemplo, si cambio, podría optar por una plaza de mañana, que a la larga, me va a resultar apetecible.

Después de una lucha infructuosa, de darme de cabezazos contra la pared del ayuntamiento y de agotar las posibilidades para no tirar por la borda mis años de intensa especialización, no me han permitido optar a dicha plaza, tengo que decidir dónde quiero desempeñar el puesto ganado por oposición y aunque tengo muy claro que no me disgusta el cambio ni me asusta el aprendizaje, soy consciente de que después de tener cierto currículum, el cambio total es bastante duro.

Tengo que tomar una decisión y no acabo de tenerlo claro, las alternativas que preferiría no son las óptimas (me encantan cultura y juventud pero no son buenas opciones por diversas causas) y las que reúnen las mejores condiciones, no acaban de convencerme (tesorería, intervención y áreas económicas que no me resultan muy amigables), así que estoy en una encrucijada de la que no sé muy bien cómo salir y que me tiene estos días de bajón anímico.

Hoy por hoy sólo veo dos alternativas: independientemente del departamento en el que recaiga, seguir estudiando al mismo nivel de siempre y seguir optando a una escala más alta en bibliotecas o hacer borrón y cuenta nueva e iniciar nuevos estudios universitarios con la idea de aprovechar las hipotéticas promociones internas acordes con la plaza que voy a ocupar.

La primera opción se me hace cuesta arriba porque tengo una sensación de hartazgo bastante grande y no me veo con fuerzas para volver sobre mis pasos y la segunda me produce un poco de frustración porque me da la sensación de que mis estudios universitarios y mi experiencia no son suficientes y que tengo que formarme de nuevo si no quiero estancarme.

En definitiva, llevo unos días sin salir de esta espiral y he pensado en lanzar mis dudas al exterior, a ver si alguien las recoge y quiere decirme qué le parece todo esto.