No sé dónde estaré celebrando el Día del libro del año que viene, pero hoy lo hago desde el mostrador de una biblioteca, el lugar donde el mejor invento del mundo es el centro de atención alrededor del cual gira todo lo demás, aunque realmente en estos centros la partida la acaba ganando el DVD e Internet, consecuencia lógica de la revolución tecnológica.
Por aquí, toda esta semana ha estado dedicada al libro, y hoy, como no podía ser menos, se va a dedicar a la lectura de El Quijote, que independientemente de lo discutible que pueda ser la edición que se lea, siempre es un acto de reafirmación del castellano y de la permanencia de las obras maestras a lo largo del tiempo.
Como lo que se pretende con la noche de los libros y con otras iniciativas es la participación del público, siempre procuro comulgar con el ejemplo. El año pasado participé en la lectura pública y éste, he participado en el especial de elpaís.com con un microrrelato llamado Defectos (si no les sale en la página del enlace, prueben a indagar en las páginas de atrás o adelante, que por ahí estará).
Por aquí, toda esta semana ha estado dedicada al libro, y hoy, como no podía ser menos, se va a dedicar a la lectura de El Quijote, que independientemente de lo discutible que pueda ser la edición que se lea, siempre es un acto de reafirmación del castellano y de la permanencia de las obras maestras a lo largo del tiempo.
Como lo que se pretende con la noche de los libros y con otras iniciativas es la participación del público, siempre procuro comulgar con el ejemplo. El año pasado participé en la lectura pública y éste, he participado en el especial de elpaís.com con un microrrelato llamado Defectos (si no les sale en la página del enlace, prueben a indagar en las páginas de atrás o adelante, que por ahí estará).
Ahí queda lo primero que se me ocurrió delante del ordenador del trabajo en torno a las 15.30 del día 22. Disfruten del Día del Libro.
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