Hace algunos meses que me hice un viajecito a Soria para visitar a un curandero - homeópata - quiromasajista médico - todo en uno, en Soria. De aquella jornada volví con la experiencia de haber pisado una consulta bastante peculiar y con un puñado de hierbas que debía tomarme en infusión, un remedio muy apropiado para esta ciencia infusa que es el arte de los curanderos.
Retomando el hilo para quien se haya perdido, mi problema era una dermatitis crónica de origen nervioso, es decir que en la consulta del dermatólogo de la Seguridad Social no habían encontrado la causa y mi diagnóstico fue vinculado a los nervios, que nada tiene que ver con que yo esté nerviosa a menudo, cosa que puede ocurrir a veces, pero no de forma permanente.
Lo que quise plasmar en aquel post fue que no albergaba muchas esperanzas de encontrar el remedio definitivo en esa especie de medicina tradicional después de dos años tratándome con cortisona. Sí que había ido a la consulta y pensaba seguir las pautas del señor por agotar todas las posibilidades, pero con la sincera opinión de que aquello no iba a funcionar y que lo dejaría cuando me cansara de hacer una infusión cada noche y tomarme otra en ayunas.
Bueno, pues aquí llega el resultado: curada al 90%. Hace semanas que no he tocado la pomada con cortisona y mis piernas, espalda, abdomen y hombros están libres de erupciones y de aquellos picores con los que lo único que me apetecía era arrancarme la piel a tiras. Sí que me han quedado marcas, de vez en cuando tengo alguna pequeñísima erupción, pero nada comparado.
En fin señores, soy libre y no saben lo feliz que me hace eso y lo agobiada que me sentía al ver que se me iba a quedar el cuerpo hecho un cristo con tanta herida. Así que sigo tan feliz con mis infusiones de por vida y como es de justicia, le agradezco al Doctor Carabantes (por si alguien lo busca en google y va a dar a este testimonio) que haya obrado tan magnífico milagro.
Hasta mi médico de cabecera lo admite: a veces esas cosas funcionan.
Retomando el hilo para quien se haya perdido, mi problema era una dermatitis crónica de origen nervioso, es decir que en la consulta del dermatólogo de la Seguridad Social no habían encontrado la causa y mi diagnóstico fue vinculado a los nervios, que nada tiene que ver con que yo esté nerviosa a menudo, cosa que puede ocurrir a veces, pero no de forma permanente.
Lo que quise plasmar en aquel post fue que no albergaba muchas esperanzas de encontrar el remedio definitivo en esa especie de medicina tradicional después de dos años tratándome con cortisona. Sí que había ido a la consulta y pensaba seguir las pautas del señor por agotar todas las posibilidades, pero con la sincera opinión de que aquello no iba a funcionar y que lo dejaría cuando me cansara de hacer una infusión cada noche y tomarme otra en ayunas.
Bueno, pues aquí llega el resultado: curada al 90%. Hace semanas que no he tocado la pomada con cortisona y mis piernas, espalda, abdomen y hombros están libres de erupciones y de aquellos picores con los que lo único que me apetecía era arrancarme la piel a tiras. Sí que me han quedado marcas, de vez en cuando tengo alguna pequeñísima erupción, pero nada comparado.
En fin señores, soy libre y no saben lo feliz que me hace eso y lo agobiada que me sentía al ver que se me iba a quedar el cuerpo hecho un cristo con tanta herida. Así que sigo tan feliz con mis infusiones de por vida y como es de justicia, le agradezco al Doctor Carabantes (por si alguien lo busca en google y va a dar a este testimonio) que haya obrado tan magnífico milagro.
Hasta mi médico de cabecera lo admite: a veces esas cosas funcionan.
2 comentarios:
Mujer de poca fe...
Voy a tener que desdecirme con estas cosas, al final voy a tener que ser más crédula... O eso, o es que los placebos hacen milagros ;) Lo importante es que está mejor, cuídese mucho, Mentxu.
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