Vista aérea de Funchal tomada desde el teleférico
Si parafraseo al estilo de los folletos de viajes, Madeira es un jardín flotante y no hay mejor definición, porque es todo vegetación y también paisajes áridos como el de Pico do Areiro y levadas, pura naturaleza y caminos imposibles y cuestas que daba vértigo subir, especialmente cuando se conduce un megacoche alquilado de seis plazas. Recuerdo que me enteré de que no había playa casi cuando nos íbamos, eso lo he contado mil veces, y que nadie nos avisó de que es un viaje para ir con los aperos de senderismo y ganas infinitas de andar. Íbamos de turistas con deportivas y las verdad es que nos hubieran venido bien unas buenas botas de trekking. Aún así, echamos el resto en las levadas, parques naturales que en otras épocas canalizaban el agua de la lluvia desde las alturas del centro de la isla para abastecer las poblaciones de la costa y que hoy, han aparecido anegadas.
Alguna subida mortal por los alrededores del Pico do Areiro que te dejaba sin aliento
Recorrimos la isla durante siete días, incluso cogimos un ferry para ir a Porto Santo, una playa que decían paradisíaca, aunque concluimos que esta opinión no era tanto por su calidad sino por su emplazamiento remoto o su tranquilidad. Caminamos, mucho, por las levadas y vimos sus acantilados (los segundos más altos de Europa tras los Irlandeses) y disfrutamos del clima y nos reíamos con la cantidad de canarios que había en esa isla porque no llegábamos a entender la afición a salir de una isla para meterse en otra. También nos hartamos de pedir espetada, una brocheta gigante de carne o pescado, especialidad en cualquier sitio e hicimos lo típico más típico...tirarnos por una de las enormes cuestas de Funchal en una especie de trineos, ahí fue tomada una de las autofotos más divertidas de la historia.
Hablando de viajes, parecerá mentira, pero ya están siendo programadas un par de viajes con mayúsculas de esos que llevan largo tiempo siendo esperados. Por un lado, el Camino de Santiago, que ya tiene fechas confirmadas en mayo y que me apetece muchísimo hacerlo desde que el año pasado estuvimos en Santiago de Compostela y me quedé prendada de la idea de llegar como peregrina y más en año Xacobeo. Ahora toca ponerse las botas e ir haciendo los pies a las grandes distancias que nos esperan entre Ponferrada y la catedral, esperemos que en mayo no haya avalancha.
Por otro lado, y no menos esperado, en septiembre nos espera París. Una ciudad que no conozco y que tengo muchas ganas de patearme de arriba a abajo, para ello tendremos una semana, así que seguro que las caminatas del camino me vienen bien para estar bien entrenada y batir records.
3 comentarios:
Mírala, por mucho que pase el tiempo sigue igual de mona...
¿Quiénes son esos seres extraños que están detrás?
Dan un poquito de miedo...
Yo también quiero conocer Madeira... bueno, o desgraciadamente, lo que queda de ella.
Bsos
Jajaja...pues no son más que los que conducen el trineo (o cesto) a toda velocidad cuesta abajo y lo dirigen. Es la atracción más típica del lugar. Si te fijas, detrás se ve a lo lejos otro trineo.
Como siempre, yo al principio me negaba a subirme, pero al final caí y la verdad es que es bastante curioso y gracioso.
Besillos1
Madeira fue nuestro destino de viaje de novios, así que podrá imaginarse el disgusto que nos provoca esta catástrofe... Espero que puedan recuperarse pronto de este desastre y que vuelva a ser un lugar encantador y estupendo en el que perderse unos días.
Por cierto, si quieren sugerencias sobre París, tengo un itinerario para una semana completita en el que no perderse nada. Comprobado en carnes propias...
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