13 de agosto de 2008 | |

Culturetas desenmascarados

Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años! – Groucho Marx -

Recalo en Madrid unas horas para vaciar el buzón y cambiar la ropa de maleta. Entramos en la segunda y definitiva tanda de vacaciones. Durante 10 días he tenido tiempo de ejercer de entretenimiento y salvaguarda de mi sobrino y lo más difícil, me he enfrentado a su arma más poderosa: la curiosidad, esa que te deja en KO técnico cuando hay que explicar lo que tú crees haber asimilado por obra y gracia de la madurez y que resulta tan difícil de expresar cuando alguien te pide que le pongas palabras, razones y lo simplifiques para que cuando llegue la temida ¿lo has entendido? no te sacuda el orgullo pedagógico un derrotista NO, por que en esto no hay medias tintas y un niño nunca asentirá hasta estar convencido o hasta que tú reconozcas con lágrimas en los ojos, que no sabes más.

Es entonces cuando te das cuenta de tus limitados conocimientos sobre ciencia, o sobre el mundo, o lo muchísimo que no sabes y que no podrías transmitirle. En un retiro vacacional sin libros, ni wikipedia que te ponga a salvo, hay que echarle imaginación, enseñar como nos enseñaron algún día a nosotros, con papel y lápiz y ejemplos ilustrativos.

De esta forma mi sobrino me ha puesto a prueba en el apartado de ciencias sociales acompañándome a comprar el periódico y preguntándome por qué compro el periódico si puedo ver las noticias en el telediario y por qué con la pila de periódicos que tenía la señora he elegido ése. También le tocó el turno a las ciencias naturales con la lluvia de perseidas en la noche de San Lorenzo, ¿qué es una estrella fugaz?, ¿por qué había que irse al campo para verlas bien? Hay que ver...tanta oposición y tanto temario para saber que lo mismo ni estoy preparada para concursar en ¿sabes más que un niño de primaria? Y eso sin mencionar que algún cultureta me ha corregido últimamente algún tiempo verbal...Desolada me hayo.

En fin, breve incursión en la realidad parar volver a irse, pensando que hay que volver a volver y que estaremos volviendo al tajo en un abrir y cerrar de ojos...Mientras tanto me voy imaginando las calas menorquinas y lo interesante que está resultando el turismo de bronceado y de contemplación de la nada.
A la vuelta les cuento qué hay en esa isla para que todo el mundo hable maravillas de ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Deduje al leer "me hayo" que pretendía vacilarnos.

Pardíez que lo ha conseguido!!

Por cierto, qué gran película la de la frase que nombra.

A los que no podemos irnos a tomar el sol, siempre nos queda refugiarnos en culturetadas como una buena Sopa de Ganso. Algo antitético al bonito paisaje playero, pero también tiene su aquél.

Pásenlo bien.

Mentxu dijo...

No hay nada como poner un cultureta en tu vida que cace al vuelo los chistes sin tener que explicarlos.

O eso o que te conceda el beneficio de la duda y que te mire con tan buenos ojos que no te vea capaz de cometer ciertas burradas...

Yo estoy de vacaciones y mi sentido de la ortografía y la gramática, trabajadores infatigables el resto del año, también. No seré yo quien les recrimine que se tomen algunas licencias que, en agosto, con las tiendas cerradas, las persianas bajadas y las oficinas ocupadas por cuerpos al amparo del aire acondicionado, casi nadie va a percibir.

Por suerte, esos culturetas cuentan con la gracia del diccionario, que no se sabe cómo ni por qué, pero se adapta a las palabras que se van inventando por arte de magia.

Lo dicho, pura casualidad, pura suerte.