Estaba claro que la aventura del kayak no podía quedar en una simple reseña en la guía esencial de Menorca y que se merecía algo más.
Con sonrisa de almas inconscientes
28 de agosto de 2008 | | 4 comentarios
Estaba claro que la aventura del kayak no podía quedar en una simple reseña en la guía esencial de Menorca y que se merecía algo más.
Etiquetas: Cosas que pasan, Deporte, Kayaks, Menorca, Vacaciones, Viajes
26 de agosto de 2008 | | 5 comentarios
Etiquetas: Cosas que pasan
21 de agosto de 2008 | | 2 comentarios
Cala de Algaiarens: El aterrizaje a las 9 de la mañana nos aseguraba la mañana de playa, pero en previsión de que no tendríamos opción a entrar en ninguna playa del sur, el primer chapuzón en aguas baleares tuvo lugar en la zona norte. Una cala muy bonita y tan sólo un anticipo de lo que estaba por venir.
Santa Galdana: La parte más explotada turísticamente de Menorca. La cala es una maravilla, una concha de aguas muy tranquilas donde es un lujo sumergirse. Lejos del entorno salvaje de la mayoría, Santa Galdana se ha visto invadida por grandes moles de cemento a pie de playa que le restan encanto pero que han de existir en toda ciudad con costa. Más adelante volveríamos a Santa Galdana, pero esta vez como punto de partida para visitar unas cuevas en kayak.
Pregonda: El viento nos jugó una mala pasada la mañana que fuimos a Pregonda. Cuando llegamos a la cala, era imposible aguantar el aire, incluso una embarcación había encallado, así que nos fuimos por donde vinimos, un precioso paraje verde con arenas rojizas que nos hizo sentir muchísima pena por lo que podía haber sido un gran día. A cambio, y en vistas de que a esas horas no podríamos acceder a ninguna otra playa, aprovechamos para hacer turismo por Ciudadela y Mahón.
Macarella y Macarelleta: Las calas más famosas de la isla con bastante razón. El acceso es bastante complicado y existe la posibilidad de dejar el coche en un parking gratuito que está a 20 minutos andando o en un parking a 5 minutos por el que cobran 5€. Macarella es un entrante precioso de aguas color turquesa, pero pronto nos encaminamos a Macarelleta, una pequeña cala anexa a la que hay que llegar por un camino que dura en torno a un cuarto de hora y que en principio estaba calificada como playa nudista. Fuimos para echarle un vistazo pero no pudimos resistirnos a ese entorno paradisíaco y nos quedamos toda la mañana. A continuación está Cala Turqueta que también estaba en nuestro itinerario pero a la que no pudimos ir finalmente. Queda como plan prioritario para la próxima vez que viajemos a la isla.
Mitjana: Tiene dos parkings, ambos gratuitos. Uno junto a la playa y otro a un kilómetro, quien llega antes, se acerca más. La cala es una preciosidad, te brinda la posibilidad de acceder a un acantilado en el que hay unas vistas impresionantes y también se puede acceder mediante un camino a un entrante de mar en el que nos dimos un baño después de sortear algunas piedras sin que tan siquiera nos amilanara la presencia de medusas que toparon con alguna que otra pierna y mano sin llegar a mayores consecuencias.
Volvimos a esta playa de nuevo, pero esta vez, en vez de por tierra, lo hicimos por mar ya que hicimos una ruta en kayak desde la cercana Santa Galdana para ver las cuevas naturales. La ruta fue accidentada como todo deporte que se practica por primera vez y por la presencia de algo de viento. No obstante, y a pesar de que tardamos dos minutos en volcar una embarcación que nos habían asegurado que tenía casi nula posibilidad de vuelco, superamos las adversidades con mucho ánimo, algunas risas (sobre todo de los que pudieron ver la escena) y agujetas al día siguiente.
Cala Tortuga: Enclavada en la Albufera des Grau. Hasta el parque natural se accede a través de una carretera estrecha que llega hasta el final de la isla, donde está situado el faro, pero a partir de ahí, el acceso a las calas es a pie. El paisaje está protegido y es una maravilla y si se elige el camino que va bordeando los acantilados, las vistas son insuperables. Existen varias calas seguidas y nosotras optamos por quedarnos en cala tortuga por una recomendación. Allí pasamos la tarde y aunque Macarella, Macarelleta y Mitjana eran como estar en el paraíso, esta cala, un poquito más larga que las anteriores, me encantó.
Etiquetas: Menorca, Placeres, playa, Vacaciones, Verano
20 de agosto de 2008 | | 0 comentarios
Para entender ciertas cosas hay que saber que Menorca fue declarada reserva de la biosfera por la Unesco en 1993, lo que unido al fervor de sus ciudadanos por proteger a la isla de las hordas turísticas y urbanísticas hace que ni siquiera en la época de mayor afluencia de visitantes se perciba sensación de aglomeraciones ni multitudes, ni en las ciudades, ni en las playas.
Hay mucho por ver. Es imprescindible dedicar jornadas enteras, neverita en mano, a disfrutar de las calas, pero si el tiempo no acompaña o se prefiere otro tipo de turismo, hay muchas cosas que hacer: visitar las ciudades más grandes como Ciudadela y Mahón, con sus casonas, calles estrechas y sus respectivos puertos y también Fornells, en el norte. Hay puntos muy bonitos como Cap de Cavallería junto a Fornells y el punto clave de la isla como reserva de la biosfera: el parque natural Albufera des Grau muy cerca de Mahón. Es imprescindible pasarse un día a cualquier hora por Cova d’en Xoroi en Cala’n Porter, cueva con una bonita leyenda que existe desde tiempos inmemoriales en un acantilado y que según las guías es la discoteca más bonita del mundo, lo que no es ninguna exageración y visitar los monumentos prehistóricos, talayots y taulas repartidos por toda la isla, algo que no hemos podido hacer por falta de tiempo y que queda para una hipotética y deseada vuelta.
Nos fuimos con la recomendación gastronómica de probar el plato por excelencia: la caldereta de langosta, pero su precio, que no está al alcance de cualquier bolsillo nos hizo conformarnos con otras especialidades como el arroz con bogavante y el arroz caldoso a la marinera, más económicos e igualmente excelentes. Gracias a la recomendación de la oficina de turismo, recalamos en las Fiestas de Sant Climent donde probamos la bebida típica: gin amb limón, más comúnmente denominada como “pomada” y pudimos ver el jaleo, la fiesta típica de Menorca, donde se jalea a los caballos de raza menorquina al son de la música y que consiste en increpar al caballo sobre el que va montado un jinete para que se ponga sobre sus patas traseras mientras los mozos intentan sostenerle por la parte delantera el máximo tiempo posible.
Probamos también el queso menorquín, que los restaurantes utilizan en muchísimos platos y al igual que en Mallorca, en Menorca también es típica la ensaimada.
Menorca hay que recorrerla entera de norte a sur y de este a oeste por su única autopista central que une Ciudadela y Mahón y por sus estrechas carreteras secundarias. Los cinco días se nos han quedado un poco cortos, y aunque es difícil estimar el tiempo ideal para disfrutar de la isla que sin lugar a dudas sería un largo período, entre 7 y 10 días sería una buena opción para ver lo imprescindible.
Lo dicho, nos han quedado muchas calas por ver, muchos baños que darnos en esas aguas paradisíacas y muchos paisajes que disfrutar, pero tenemos la sensación de haberle sacado el máximo provecho a cada uno de los días. El regreso es un pensamiento recurrente que empezó a inundarnos antes de tomar el vuelo de vuelta a casa, por lo que deseamos que se cumpla. Mientras tanto, nos recrearemos en los máximos beneficiados de este viaje: nuestros sentidos, porque hay cosas que definitivamente no se pueden expresar, simplemente hay que vivirlas.
Etiquetas: Menorca, Placeres, playa, Vacaciones, Viajes
13 de agosto de 2008 | | 2 comentarios
Etiquetas: Cultura, Menorca, Sobrinos, Vacaciones, Viajes
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