13 de octubre de 2010 | |

Historias de supervivencia

Imposible no emocionarse al ver cómo van saliendo uno a uno a la superficie los trabajadores de la mina en Chile que llevan atrapados desde el 5 de agosto. No me extraña que los compatriotas de todo el mundo se hayan apostado frente al televisor para ver cómo se obra ese milagro llamado rescate y se sientan identificados, orgullosos y emocionados.

Curiosa similitud la de esta historia con la que vivieron los supervivientes de la tragedia de los Andes. Busco información y me encuentro con que precisamente hoy se cumplen 38 años del accidente del avión que trasladaba al equipo de rugby desde Montevideo hasta Santiago. La coincidencia es estremecedora.

Sesenta y nueve días de dura espera, a expensas de lo que se decida y programe en la superficie. Una experiencia extrema para unos hombres que unos días bajaron para trabajar y se vieron obligados a paralizar sus vidas durante más de dos meses. Algunos de ellos no bajarán nunca más, pero apuesto a que la mayoría sí lo harán. Ójala que todo esto sirva para mejorar las condiciones de este colectivo en Chile y en cualquier país del mundo.

1 comentarios:

paralgeteño dijo...

Desde luego que emociona.